Cada 22 de abril se conmemora el Día de la Tierra, con el objetivo de que la población tome conciencia sobre los problemas ambientales que enfrenta el planeta. Esta fecha, es un llamado global a la acción en defensa del medio ambiente.
En la actualidad, uno de los principales problemas que enfrenta nuestro planeta es el cambio climático. ¿La causa? La emisión de gases de efecto invernadero producidos por la quema de combustibles fósiles.
Cabe resaltar que las temperaturas han incrementado a 1,1 grados centígrados, una cifra superior a los niveles preindustriales, producto de más de 100 años de quema de combustibles fósiles y del uso desigual e insostenible de la energía y el suelo. Dicha situación ha originado fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos, causando impactos cada vez más peligrosos sobre la naturaleza y las personas a nivel mundial.
Si las emisiones de carbono no disminuyen para el 2025, la Tierra será inhabitable para el 2050. Esto llevará a que la humanidad se enfrente a olas de calor extremo, incendios forestales, huracanes, sequías y tormentas sin precedentes, según el reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que data del 2022.
La solución propuesta por la organización es el «desarrollo resiliente al clima«, que implica llevar a cabo medidas de adaptación al cambio climático con acciones para reducir o evitar las emisiones de gases de efecto invernadero de manera que se obtengan beneficios.
El acceso a energías limpias, la electrificación con bajas emisiones de carbono, la promoción del transporte con cero o pocas emisiones y la mejora de la calidad del aire, son algunas medidas. Esta última medida también contribuiría con la salud de las personas ya que evitaría múltiples enfermedades provocadas por la contaminación ambiental.
Estas conclusiones vienen de los más de 18 mil artículos y publicaciones científicas con relación a la crisis climática que el reporte reúne. Por otro lado, la demanda de recursos naturales que necesitará el crecimiento poblacional global no será sostenible.
El Gobierno debe tomar acción
Los Gobiernos tienen la facultad para reducir las trabas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, a través de financiación pública y señales claras a los inversores, además de la ampliación de medidas políticas de eficacia probada.
Los cambios en el sector alimentario, la electricidad, el transporte, la industria, los edificios y el uso del suelo son claves para reducir las emisiones, así como la adopción de estilos de vida bajos en carbono, que ayudarían a mejorar la salud y el bienestar.
En esa línea, la ONU ha propuesto al grupo de economías altamente desarrolladas del G20 un «Pacto de Solidaridad Climática», dónde los grandes emisores de gases de efecto invernadero deben hacer esfuerzos adicionales para reducirlos, y los países más ricos deben movilizar recursos financieros y técnicos para apoyar a las economías emergentes en un esfuerzo común para garantizar que la temperatura global no incremente.
La organización exige el fin del carbón, la generación cero de electricidad para 2035 en todos los países desarrollados y para 2040 en el resto del mundo, además del fin de todas las licencias o financiación de nuevos yacimientos de petróleo y gas, y de cualquier expansión de las reservas de petróleo y gas existentes.
La actividad humana está destruyendo al planeta
Una grave amenaza para el planeta. Toda actividad humana provoca un efecto ambiental sobre los ecosistemas. El plástico, es sin duda, uno de los productos que ha generado más impactos en el planeta, ya que el mundo está inundado de este material.
Cada año se producen al menos 400 millones de toneladas de plástico, la mitad de esa cifra está diseñada para ser utilizada una sola vez. De eso, menos del 10 % se recicla. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas acaban en lagos, ríos y mares.
Ese plástico obstruye vertederos, se filtra en el océano y se quema en humo tóxico, causando un grave daño al planeta, según datos de la ONU. Además, los microplásticos invaden los alimentos, el agua y hasta el aire. Se estima que las personas ingieren más de 50 mil partículas de plástico anualmente.
Los productos plásticos de un solo uso que acaban desechados o quemados no solo dañan la salud humana y la biodiversidad, sino que contaminan todo tipo de ecosistemas, desde los picos de montaña hasta el lecho marino.
Los millones de toneladas métricas estimadas de plástico que entran al océano cada año se triplicarán en los próximos veinte años. Esto significa que entre 23 y 40 millones de toneladas métricas de plástico fluirán a los océanos anualmente para 2040, lo que equivale a 50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el mundo.
Para el coordinador regional de la organización Preserve Planet, Luis Diego Marín el Día de la Tierra es un llamado a la población para que revisen sus hábitos de consumo, y opten por otras alternativas, ya que conforme dejen de consumir plástico desechable, el impacto sobre la casa común disminuirá
¿Qué acciones debemos implementar a favor del planeta?
1. Ahorrar energía en casa
Gran parte de la electricidad y la calefacción que utilizan los hogares a nivel mundial funciona a base de carbón, petróleo y gas, según la ONU, Por ello, es importante “utilizar menos energía reduciendo el uso de la calefacción y el aire acondicionado, cambiando a bombillas LED y electrodomésticos de bajo consumo, lavando la ropa con agua fría o tendiendo la ropa mojada en vez de optar por la secadora”.
Acciones cotidianas como apagar las luces, usar el aire acondicionado en la temperatura óptima y aprovechar la luz solar al máximo pueden ayudar a un cambio positivo mayor.
2. Optar por medios de transporte sustentables
Caminar o ir en bicicleta, en vez de conducir, minimiza las emisiones de gases de efecto invernadero, además contribuye con la salud.
3. Considerar alimentos de origen vegetal
La alimentación basada en frutas, verduras y legumbres son más sustentable para el planeta, de acuerdo con un estudio de 2014 publicado en la revista Nature. El informe revela que la creciente emisión de GEI incrementa en gran medida por los altos niveles de consumo de productos de origen animal.
5. Minimizar los desperdicios de alimentos
Cada año se desperdician 1.100 millones de toneladas de alimentos vegetales, mientras que el desperdicio de alimentos de origen animal ronda los 175 millones de toneladas, según la FAO. Compostar ayudará a reducir la basura y evitar dañar las fuentes hídricas o acuíferas.
6. Reducir, reutilizar y reciclar
Es fundamental ver qué productos se compran, de dónde vienen, qué tipo de packaging utilizan, si es posible reducir la cantidad de plástico y si se puede recuperar o reutilizar el envase. En ese sentido, la ONU recomienda comprar menos, adquirir productos de segunda mano, reparar lo que se rompe y reciclar.