Este lunes 19 de diciembre culminará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP15) que se viene realizando en Montreal, Canadá. Se espera que los líderes de todo el mundo lleguen a grandes acuerdos que sean capaces de cambiar la pérdida de la biodiversidad que cada vez nos afecta más.
En ese sentido, diferentes organizaciones han analizado qué se requiere para lograr este objetivo. Para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) es preocupante el progreso lento que se vio en Montreal luego de tres largos días de negociaciones técnicas.
La reunión del Grupo de Trabajo de Composición Abierta 5 (OEWG-5, por sus siglas en inglés), que se llevó a cabo del 3 al 5 de diciembre, contó con la presencia de negociadores de todo el mundo para tratar de entregar un borrador del Marco Global de Biodiversidad.
A pesar del progreso que hubo en objetivos críticos para consolidar un enfoque basado en derechos dentro del Marco, con énfasis en los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, así como la protección de los defensores ambientales, las negociaciones se estancaron cuando se pasó a temas más complicados como la distribución equitativa de beneficios derivados de las secuencias genéticas y los sectores catalogados como más nocivos para la naturaleza.
“Lo que estamos notando es una repetición de posiciones fijas, en las que poco se ha cedido ni buscado la convergencia. No podemos seguir dando vueltas en círculos. Si no empezamos a simplificar el texto, el mundo perderá la oportunidad de asegurar un acuerdo ambicioso mientras la naturaleza continúa desapareciendo. No se ve un sentido de urgencia en las salas de negociación, lo que es profundamente frustrante. Este es justamente el tipo de mentalidad a corto plazo que nos metió en este lío”, señaló Lin Li, directora de Política Global e Incidencia de WWF Internacional.
En ese sentido, explicó que se requiere de una mayor ambición. WWF considera que, para lograr un ambicioso Marco Global de Biodiversidad, es necesario que este incluya; una misión para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030 y así lograr un mundo positivo para la naturaleza (en el que haya más naturaleza que la que hay ahora, así como un mecanismo de implementación sólido que ofrezca revisiones y aumente la ambición y acción a lo largo del tiempo, tomando como referente el Acuerdo de París sobre cambio climático, con indicadores acordados para medir el progreso.
Pueblos indígenas, custodios de conservación
Por su parte, la Amnistía Internacional señala que cualquier acuerdo durante la COP15 debe reconocer a los pueblos indígenas como custodios de la conservación.
“Cualquier acuerdo del 30 x 30 que se negocie en los últimos días de la COP15 debe reconocer que la conservación es más efectiva en las tierras indígenas que en las zonas protegidas gestionadas por los Estados. Los Estados deben incluir en cualquier acuerdo los territorios y las tierras y aguas tradicionales de los pueblos indígenas como una categoría de área de conservación, tal como pidió el Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad.”, declaró Chris Chapman, asesor de Amnistía Internacional sobre derechos de los pueblos indígenas.
Indicó también que los acuerdos deben abordar las violaciones de derechos humanos cometidas en zonas protegidas y exige a los Estados que respeten la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
La Amnistía Internacional subrayó, además, la necesidad de establecer acuerdos relacionados con la pérdida de biodiversidad. “Es paso esencial hacia la justicia climática y de proteger el derecho a vivir en un entorno seguro, limpio y sostenible”, comentó la institución.
La Unión Europea y su estrategia de biodiversidad para 2030
La protección de la biodiversidad es un reto mundial. En Europa,así como en diferentes regiones, los hábitats y especies protegidas siguen disminuyendo cada vez más.
De acuerdo con el informe “El estado de la naturaleza en la UE” de 2020 reveló, el 81% de los hábitats protegidos de la UE y el 63% de las especies protegidas de la UE se encuentran en un estado de conservación deficiente o malo.
Ante esta situación tan alarmante, la UE pretende destacar el papel crucial de la naturaleza y los ecosistemas en el desarrollo sostenible e invertir en la pérdida de biodiversidad, con su Estrategia sobre la Biodiversidad para 2030.
Pero, ¿Qué está haciendo? Se ha comprometido a plantar al menos tres mil millones de árboles adicionales de aquí al 2030. También está duplicando la financiación externa para la biodiversidad hasta alcanzar los siete mil millones de euros.
Asimismo, la Comisión Europea propuso una Ley de Restauración de la Naturaleza, con la cual pretende restaurar ecosistemas, hábitats y especies en todas las zonas terrestres y marítimas de la UE.