El último domingo terminó la Conferencia Climática de las Naciones Unidas (COP27) que se desarrolló en Sharm el-Sheij, Egipto. Sin embargo, no se lograron acuerdos firmes para eliminar el uso – a mediano o largo plazo – de combustibles fósiles. De este modo, el objetivo de mantener 1,5° C acordado en Glasgow en 2021 parece imposible.
En el texto final, que consta de 10 páginas y se firmó el 20 de noviembre, evidencia que las naciones no están dispuestas a renunciar al uso del petróleo ni el gas. Países contaminantes como China, responsable del 31% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, y Arabia Saudita rechazaron la meta al considerarla “ambiciosa y obsoleta”.
Por otro lado, durante esta COP 27 no hubo mayores referencias en cuanto a los nuevos fondos para el sistema alimentario de los gobiernos. La fundación Bill y Melinda Gates fue la única que se comprometió a donar USD 1400 millones durante cuatro años para ayudar a pequeños agricultores a contrarrestar los impactos generados por el cambio climático.
“Cada vez que el mundo retrasa la acción, más personas sufren y las soluciones se vuelven más complejas y costosas”, comentó el director ejecutivo de la fundación, Mark Suzman.
Tampoco hay ninguna mención a la estimación realizada por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de que los sistemas alimentarios son responsables de entre el 21 % y el 37 % de las emisiones globales.
Opiniones a favor
La revista científica Nature señaló que hubo un lado positivo en esta COP 27. Y es que los líderes de países de escasos recursos llegaron a acuerdos sobre un nuevo fondo de pérdidas y daños, a fin de colaborar con los costos que genera el cambio climático.
Por su parte, Joachim von Braun, economista agrícola de la Universidad de Bonn en Alemania, indicó que “hay un progreso real en término de palabras”.