Por Stakeholders

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Este mecanismo de deuda sostenible estará valorizado en un total de 50 millones de dólares australianos con una tasa fija en el plazo de una década, indicaron desde el brazo inversor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Específicamente, este bono es el primero en su especie y está relacionado a mantener la salud del océano y el cuidado del agua en la región, para lo cual se ha contemplado una cifra de 50 millones de dólares australianos con una tasa fija a diez años. 

El encargado de llevar a cabo el proceso será el BID invest, ente inversor del Banco y que se encuentra en constante relacionamiento con el sector privado. 

Desde esta organización, James Scriven, consejero delegado, indicó a EFE que “no solo los gobiernos tienen un rol que jugar. Creo que el sector privado, más que nunca, tiene también un papel importante”.

Añadió que este bono es aún más importante dado que, como se sabe, “Latinoamérica y el Caribe constituyen uno de los continentes con mayor cantidad de población asentada cerca de los límites de mares y océanos”. 

Vale recordar que cerca del 25 % de la población latina está asentada en las costas, así como, evidentemente, el Caribe posee un territorio predominantemente de islas, lo que deviene en una mayor susceptibilidad al calentamiento global.

Buenas expectativas en bonos para el futuro

El primer bono ‘azul’ se configura como un esfuerzo fundamental para combatir la emergencia climática y, además, coadyuva a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el número seis y catorce, relacionados a la gestión del agua y la vida submarina.

Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, también resaltó el desarrollo del instrumento a nivel económico, ya que a la vez lleva a la región a un mayor flujo financiero. 

“Con este primer bono ‘azul’, el Grupo BID está promoviendo una perspectiva novedosa a la financiación de las acciones climáticas y atrayendo a nuevos inversores hacia América Latina y el Caribe”, dijo.

En lo que va del año, el organismo internacional ya ha lanzado otros cinco mecanismos de deuda sostenible, los cuales suman un total de 1 600 millones de dólares y que se distribuyen en un bono ligado a la sostenibilidad, dos de tipo social y otros dos verdes. A todo ello se suma este nuevo bono ‘azul’. 

Desde el BID, ven en este avance también futuras oportunidades para seguir emitiendo bonos más sectorizados como en lo que se refiere a economía circular, turismo sostenible y puertos resilientes con bajas emisiones de carbono. 

Así como pasó con los bonos verdes, también hay expectativas de crecimiento con los bonos ‘azules’, debido a que yacen “donde se encontraban los bonos verdes hace diez años”, indicaron desde BID invest.

“Los bonos azules están emergiendo como una solución financiera innovadora para movilizar capital y crear oportunidades de negocio sostenibles en el ámbito de los océanos y la protección del agua”, mencionó James Scriven.







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