El Minam presentó esta propuesta tres años después de la aprobación de la norma contra la contaminación lumínica. Esta iniciativa busca regular la intensidad de la luz artificial, protegiendo así la biodiversidad y promoviendo un uso más eficiente de la energía

Foto: SPDA.

Por Stakeholders

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A casi tres años de haberse aprobado la Ley de Prevención y Control de la Contaminación Lumínica, el Ministerio del Ambiente (Minam) publicó el proyecto que busca reglamentar esta norma. Esta iniciativa tiene como objetivo regular la intensidad luminosa generada por fuentes de luz artificial, una medida esencial para preservar el medio ambiente y la salud humana.

Entre los aspectos que aborda el reglamento propuesto se encuentran la regulación de la iluminación proveniente del alumbrado público, así como de las instalaciones deportivas, industriales, productivas y de servicio. Además, establece zonas de protección contra la contaminación lumínica (ZPCL), cada una con regulaciones específicas según su nivel de luminosidad.

«La propuesta de reglamento del Minam constituye un avance, aunque tardío, para reducir y evitar los efectos negativos de la iluminación artificial en las personas, especies y el medio ambiente», señala Gabriela Villanueva, abogada de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Agregó que la expectativa es que la pronta aprobación del proyecto contribuya a establecer parámetros mínimos para el control de la iluminación artificial.

A pesar de la relevancia de esta propuesta, es importante señalar que el plazo para implementar el reglamento de la ley venció el 27 de enero de 2022. Sin embargo, el Minam ha presentado su proyecto recién el primero de marzo.

Los ciudadanos interesados en contribuir con esta propuesta de reglamento tienen un plazo de 10 días hábiles desde el día siguiente a su publicación. Asimismo, el equipo de Conservamos por Naturaleza está trabajando en sus comentarios para retroalimentar la norma.

Cabe mencionar que la contaminación lumínica no solo altera los ciclos de sueño y afecta la salud mental, sino que también aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, afecta la fauna, desorientando a las aves migratorias, alterando los ciclos de anidación de las tortugas marinas y devastando la población de insectos. En términos de seguridad vial, puede distraer a los conductores, aumentando el riesgo de accidentes de tráfico.







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