Por Denisse Torrico
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El reciclaje en Perú aún enfrenta grandes retos para convertirse en una práctica generalizada y eficiente. Con un índice de reciclaje formal del 1.8%, muy por debajo del promedio latinoamericano (4.5%) y mundial (13.5%), el país se encuentra en una etapa inicial de desarrollo en esta área. Así lo señaló Fiorella Danjoy, directora regional de la ONG Recicla Latam, quien subraya la urgente necesidad de formalizar las actividades informales de reciclaje y mejorar la infraestructura logística para lograr avances significativos.
«En Perú, tenemos una cadena de reciclaje formal y una informal, siendo la cadena informal muchísimo más grande que la formal, pero esta no se refleja en el porcentaje oficial», explicó Danjoy a la revista Stakeholders. Esto pone en evidencia la gran cantidad de material que no se está contabilizando ni gestionando adecuadamente, lo que reduce las oportunidades para aumentar las tasas de reciclaje.
Desafíos clave: educación y logística
Uno de los mayores obstáculos para que el reciclaje en Perú prospere es la falta de educación y conciencia ambiental en la población. «Necesitamos una educación ambiental que cale en los ciudadanos», afirmó Danjoy. Sin embargo, esto debe ir acompañado de mejoras logísticas que permitan a los recicladores recolectar y gestionar de manera eficiente los residuos. La falta de puntos de acopio dificulta la comercialización de los materiales recolectados, especialmente en zonas alejadas o de difícil acceso.
“El reciclaje no solo es recolectar, sino transformar los residuos en materia prima para otras industrias. Si los recicladores no pueden comercializar lo que recogen, no podrán generar ingresos y el proceso no avanzará”, explicó la directora.
Chincha Recicla: un ejemplo a seguir
Un aspecto central en la visión de Recicla Latam es la creación de alianzas estratégicas entre el sector privado y el Estado. “Más del 90% de nuestros proyectos se basa en la corresponsabilidad. Trabajamos con autoridades locales, regionales y ministeriales porque creemos que es la única manera de obtener resultados tangibles”, mencionó Danjoy. Esta colaboración es clave para superar los desafíos estructurales que enfrenta el reciclaje en el país y para que los programas sean sostenibles en el tiempo.
Uno de los proyectos más exitosos de la ONG es Chincha Recicla, que en solo unos años ha aumentado de manera significativa la participación ciudadana en programas de segregación de residuos. En el 2022, el proyecto contaba con 2,000 casas sensibilizadas y recolectaba 12 toneladas de residuos mensuales. Hoy, esa cifra ha crecido a 13,000 hogares, con 30 toneladas recolectadas y el número de recicladores ha pasado de 40 a casi 80.
«El éxito de Chincha Recicla radica en el incremento de casas empadronadas y en la mayor participación de recicladores, lo que ha permitido que los ingresos de estas personas aumenten considerablemente. De ganar 300 soles mensuales, muchos han pasado a tener un salario mínimo y la expectativa es que continúe creciendo», explica Danjoy.
Recicla Latam busca expandir su trabajo hacia zonas como Iquitos y Belén, donde ya están comenzando nuevos proyectos. “Es vital descentralizar los esfuerzos y llevar el reciclaje a todo el país. Muchas regiones no cuentan con programas de segregación ni con recicladores capacitados, y las municipalidades carecen de los recursos para implementarlos”, destacó Danjoy.
La ONG planea continuar implementando programas de segregación en zonas rurales, capacitando a las poblaciones y creando redes logísticas para que los recicladores puedan comercializar los residuos. «El reciclaje en Perú tiene un gran potencial, pero necesita el apoyo de todos los actores involucrados, desde el gobierno hasta los ciudadanos», concluyó Danjoy.
