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Dentro del foro de Perú Sostenible 2021 se discutieron varias situaciones críticas que está viviendo el país, y en las cuales se necesita actuar prontamente para poder continuar en la ruta del cumplimiento de la Agenda 2030. Diversos expertos coincidieron en que, en esta ardua tarea en la que toca reconstruir para salir adelante, es necesario el compromiso de todos los sectores.

POR ILLARI LOAIZA CÓRDOVA
iloaiza@stakeholders.com.pe

El camino hacia la sostenibilidad puede ser complejo para algunas empresas, sobre todo para aquellas que han llevado un mismo proceso durante años y hoy se ven obligadas a modificar dichas acciones por unas más sostenibles. Sin embargo, el mundo hoy requiere de un esfuerzo conjunto para aminorar los efectos del cambio climático y de la pandemia ocasionada por el Covid-19.

La ruta para que dichas acciones sean responsables con los derechos humanos y el medioambiente se encuentra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) creados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En búsqueda de esta acción estratégica es que, recientemente, se dio el evento “Perú Sostenible”.

Dentro del foro se discutieron varias situaciones críticas que está viviendo el país, y en las cuales se necesita actuar prontamente. En el “Panel ODS 1: Fin de la Pobreza”, Janice Seinfeld, Directora Ejecutiva en Videnza Consultores, expuso la preocupante situación que se está viviendo con respecto a este ODS.

Señaló que entre 2019 y 2020, la pobreza monetaria se ha incrementado en 10%, con lo cual hubo un retroceso de 10 años, aproximadamente. “Y no solamente ha habido un incremento en la pobreza monetaria en el sector rural, sino que sobre todo hubo un incremento en la pobreza urbana”, aclaró Seinfeld.

Carlos Monge, Socio y Gerente General en Macroconsult, complementó la idea con una cifra alarmante: “6 de cada 10 peruanos podrían estar en situación de pobreza o podrían estar enfrentando una probabilidad relativamente alta de caer en pobreza”. Sin embargo, explicó que el componente de esa pobreza es fundamentalmente monetario, también conocido como “pobreza coyuntural”.

“La real capacidad que nosotros tengamos para reducir la pobreza va a estar vinculada de alguna u otra manera a la capacidad que tengamos de reactivar rápidamente la economía en el muy corto plazo, para que los problemas coyunturales no se transformen en problemas crónicos”, comentó Monge.

El problema del hambre

Por otro lado, el segundo ODS llamado “Hambre cero”, se encuentra muy vinculado al primero de la lista. Sobre ello, la pandemia también nos hizo retroceder notablemente. Carolina Trivelli, Asesora de la Oficina Regional de la FAO, comentó acerca de esta preocupante situación: “El hambre no era un problema para el Perú”. Hoy en día los estudios revelan las grandes carencias a las que hemos llegado en este tema.

“Las mediciones que tenemos de enero de este año revelan que, entre tres y cuatro millones de peruanos, el día anterior a la encuesta no habían comido nada. Además, hay un 14% de adultos adicionales que han reducido la cantidad de alimentos que están comiendo, o han saltado alguna comida”, explicó Trivelli.

Asimismo, aseguró que esta situación de emergencia hoy se ve intervenida a través de iniciativas como las ollas comunes, pero que aún carece de una solución institucional.

“Ahí el sector privado tiene una oportunidad enorme para contribuir a mejorar […] todos los asuntos logísticos asociados a las cadenas de comercialización, acceso a alimentos saludables y todas las fuentes de información, para que las familias puedan elegir mejor”, sostuvo la ex ministra del MIDIS.

Al finalizar dicho panel, Janice Seinfeld hizo un llamado para que cada quien, desde donde se encuentre, se pueda comprometer a largo plazo. “Los invito, desde sus quehaceres diarios, a pensar cómo pueden contribuir con el desarrollo del país. Porque, en realidad, el Perú lo construimos todos”.

Educación y oportunidades para todos

Los efectos de la pandemia, más allá de la crisis sanitaria, también se han visto reflejados en otras áreas. La educación, que ya era considerada como un punto clave a mejorar, prácticamente ha sido puesta en pausa desde que llegó el Covid-19 al Perú.

Si bien aún no se conoce en totalidad las implicancias de este retroceso, el ausentismo, deserción y falta de recursos para el aprendizaje en los menores de edad representan una gran preocupación.

Una de las acciones más comentadas corresponde al retorno a clases presenciales. Sobre ello, Lea Sulmont, Vicerrectora de la Universidad Privada Peruana Alemana (UPAL), expresó que es importante tener este sentido de urgencia sobre el factor social de los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, ella considera que lo ideal sería apuntar a “no regresar a lo mismo, sino hacerlo mejor”.

Debido a que existen grandes limitaciones de conectividad digital, sobre todo en las zonas rurales del Perú, Sulmont aclaró que es necesario explorar diferentes estrategias de acuerdo a las condiciones de cada lugar. “Es la oportunidad para repensar y rediseñar la educación para que responda a las situaciones tan diversas de nuestro país”, sostuvo.

A su vez, también comentó que las competencias digitales adquiridas a raíz de la pandemia, si bien son necesarias, pueden ser convertidas en un recurso estratégico que pueda ser aprovechado.

Para Sulmont, una manera de potenciarlas es a través de la generación de contenido educativo de calidad, donde los medios puedan brindar el acceso a la información válida, en constante disponibilidad para todos.







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