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José Koechlin, fundador de Inkaterra, señaló que Machu Picchu se convertirá en la primera Maravilla del Mundo Moderno que mida su huella de carbono a fin de frenar el cambio climático, por lo que será percibida como un modelo de gestión a nivel mundial.

Convertir a Machu Picchu en la primera maravilla del mundo y el primer destino turístico a nivel internacional que alcance el certificado carbono neutral es el objetivo que se ha trazado la alianza estratégica constituida por Inkaterra, Grupo AJE y la Municipalidad Distrital de Machu Picchu y SERNANP.

Este compromiso climático que une al sector privado con el público, se ha iniciado con una colaboración con la empresa Green Initiative, a fin de que en los próximos meses Machu Picchu atienda los requisitos necesarios para alcanzar la certificación Carbono Neutro. De esta manera se busca reducir las emisiones de carbono en un 45% hacia el año 2030, y alcanzar las cero emisiones netas (carbono neutralidad) para el año 2050, conforme los lineamientos señalados por Naciones Unidas en el Acuerdo de París.

Esta alianza nació a raíz de una crisis de manejo de residuos en Machu Picchu, por la cual en el 2016 UNESCO evaluó la inclusión de la ciudadela inca en la lista de Patrimonios Mundiales en Riesgo. La primera acción fue la donación de una máquina compactadora para procesar siete toneladas diarias de residuos plásticos.

El éxito de esta iniciativa fue seguido por la Planta de Transformación de Aceite en Biodiesel y Glicerina, inaugurada el 2018 en Inkaterra Machu Picchu Pueblo Hotel a fin de evitar el derrame de aceite en el río Vilcanota. El proyecto más reciente es una tecnología innovadora con la capacidad de procesar a través de pirólisis (descomposición química a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, sin emisión de carbono) ocho toneladas de residuos orgánicos. De ello se genera bio-carbón, fertilizante natural que ayudará a la reforestación del bosque de nubes con un millón de árboles. Su cultivo ayudará a prevenir desastres naturales en Machu Picchu.

“Los peruanos gozamos el privilegio de tener este patrimonio cultural y natural de la humanidad, lo cual conlleva la gran responsabilidad de cuidarlo para las futuras generaciones”, expresó el fundador de Inkaterra, José Koechlin.

“Esta alianza comprometida con la descarbonización de Machu Picchu, es un ejemplo de innovación por diversas razones. Se trata de un caso de éxito sobre las metas que pueden alcanzarse cuando los sectores público y privado trabajan de la mano. Con el apoyo de la comunidad local, se ha logrado el primer destino de América Latina con una economía circular, a través del manejo sostenible de sus residuos. Ahora tendremos la primera Maravilla del Mundo Moderno que mida su huella de carbono a fin de frenar el cambio climático, por lo que será percibida como un modelo de gestión a nivel mundial”, puntualizó Koechlin.







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