Por Stakeholders

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Por: Sandra Alencastre
Directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola Perú

En la búsqueda del mejor modelo para producir de una manera verdaderamente eficiente y sostenible, no existe un mejor modelo a imitar que el de la propia naturaleza. En donde el concepto de desperdicio no existe porque todo se reaprovecha y la abundancia de recursos se sostiene en el tiempo.

En cambio, entre nosotros aún impera un enfoque lineal: extraemos, producimos, consumimos y desechamos. Cada vez que ocurre esto, estamos agotando una oferta finita de recursos y generando residuos que impactan en el ambiente. Este modelo no es sostenible en el tiempo.

La economía circular pretende que aquello que consideramos obsoleto sea aprovechado para la creación de algo nuevo, es decir, que se reutilicen los residuos o componentes para crear capital en lugar de reducirlo.
Repensar y rediseñar los productos y sus componentes son grandes pasos hacia la economía circular, pero cambiar nuestros hábitos es fundamental.

Si cada uno de nosotros rompiera con la costumbre de usar y tirar para adoptar una cultura de retorno estaríamos contribuyendo a establecer un modelo de prosperidad. Sin embargo, la economía circular no es viable si solo cambia un productor o algunos ciudadanos, se necesita el apoyo y compromiso de todos.

En esta línea, el Estado peruano promovió, en el 2018, los Acuerdos de Producción Limpia (APL) para que las empresas que operan en el Perú se comprometan de manera voluntaria a hacer un uso eficiente de los recursos en sus procesos productivos y a reducir el impacto ambiental mejorando la gestión de los residuos sólidos. Coca-Cola, junto con nuestro embotellador Arca Continental Lindley fuimos las primeras empresas en firmarlo y hoy también nos hemos convertido en las primeras en ser reconocidas por cumplir al 100% las metas establecidas.

Como Compañía alineamos al APL nuestras metas de acelerar la transformación del negocio hacia una economía circular y contribuir a Un Mundo Sin Residuos.

Siguiendo este compromiso, innovamos en el diseño de nuestros envases y llegamos a incorporar a nuestro portafolio botellas elaboradas al 100% de botellas recicladas; incrementamos la producción y promoción de los envases retornables de vidrio y plástico, cada vez más presentes entre los consumidores por su conveniencia económica y ambiental; y generamos nuevas alianzas con actores públicos y privados para fortalecer la cadena de valor del reciclaje y fomentar su formalización.

Hoy más que nunca, en un contexto sin precedentes, es fundamental que el sector público, el sector privado y la ciudadanía en general comprendamos la trascendencia de repensar los procesos y operaciones, promover un consumo consciente y retornable; y no nos olvidemos que podemosaprovechar los bienes hoy ytransformarlosen los recursos de mañana.

¡Pensemos de manera circular!







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