Por Stakeholders
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La ciudad de Lima, envuelta en una canícula sofocante, se enfrenta a temperaturas récord este verano. Ante esta realidad, surge la necesidad de examinar el papel vital que desempeñan los árboles en la mitigación de las olas de calor. Un estudio realizado por el Instituto de Ciencias Atmosféricas y del Clima de la ETH Zurich revela que la presencia de árboles puede reducir la temperatura del suelo urbano hasta en 12°C durante los meses de calor.
Las áreas urbanas arboladas mantienen temperaturas del suelo considerablemente más bajas que aquellas sin cobertura arbórea. Esta conexión entre los árboles y el entorno urbano refuerza la importancia de la plantación de árboles como una herramienta efectiva para contrarrestar los efectos del cambio climático y las olas de calor cada vez más intensas y prolongadas.
Sin embargo, Lima enfrenta un desafío considerable en términos de cobertura arbórea, con apenas un árbol por cada 31 habitantes. Urge una planificación urbana que priorice la recuperación de espacios verdes y la plantación de árboles adecuados para el clima árido de la ciudad.
En este contexto, especies como el aromo, el algarrobo europeo y el molle serrano destacan como aliados en la lucha contra el calor urbano. No obstante, es crucial que los alcaldes reconozcan la importancia de esta tarea y trabajen para integrar la naturaleza en el tejido urbano, protegiendo así nuestro hogar en un planeta que nos recuerda su creciente calor día a día. Los árboles no solo proporcionan sombra y frescura, sino que también purifican el aire y ofrecen refugio a diversas especies animales, contribuyendo así a un entorno urbano más habitable y sostenible.
