Las fiestas de fin de año impulsan a las familias a incurrir en diversos tipos de gastos. Sin embargo, es esencial que se tenga en cuenta el impacto de cada una de nuestras acciones en el medio ambiente, con la finalidad de contribuir también en fenómenos globales como el cambio climático.
A continuación, se presentan una serie de cuatro recomendaciones a tener en cuenta a cada momento en vísperas de este Año Nuevo, festividad muy celebrada a lo largo del territorio nacional.
Cero desperdicios de alimentos
Uno de los consejos que los especialistas suelen recomendar es evitar desperdiciar los alimentos para las fiestas de fin de año. Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el año 2019 hubo 931 millones de toneladas de alimentos desechados.
La anterior cifra insta a tener cautela al momento de la preparación de las cenas de fin de año, así como al tiempo de dar tratamiento y gestionar los alimentos restantes después de las festividades.
Ahorro de energía
La electricidad es una de los gastos que suele aumentar debido a fechas como Navidad o Año Nuevo. Especialmente en el Perú, el encendido de luces multicolores junto a otro tipo de adornos conlleva a que nos preguntemos sobre el tiempo que se les da funcionamiento.
Vale recordar que en la actualidad el mundo trabaja por obtener fuentes de energía renovables para así evitar el uso de combustibles fósiles. La energía solar, eólica, entre otras, se configuran como grandes alternativas.
Movilidad sostenible
El aumento de compras lleva al desplazamiento de larga distancia muchas veces. Por ello es importante tener con anticipación lo necesario para la festividad de fin de año. De esta manera, se evitará usar transporte público o privado, a la vez que generar contaminación dada la congestión en las ciudades, especialmente este 31 de diciembre.
Una gran opción es movilizarse mediante un transporte que no genere emisiones. Entre ellos se puede usar bicicleta o scooter eléctrico. Caminar también es una gran alternativa.
Uso de moda responsable
En Año Nuevo, las personas usan diversos tipos de vestimentas o prendas para esperar el año entrante. Muchas de estas solo se usan una vez al año, lo que implica saber emplearlas y guardarlas para que a la siguiente festividad se tengan en cuenta y no comprar en exceso.
De acuerdo a un estudio de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo, se calcula que anualmente la confección de vestidos emplea 93 millones de metros cúbicos de agua. El dato nos invita a cuidar nuestros hábitos en el empleo de gorras, vestimenta u otros artículos para el Año Nuevo.