Medio ambiente - Economía verde

Financiamiento estructurado, aliado clave de la sostenibilidad empresarial

El financiamiento estructurado presenta entre sus beneficios la atracción de capital para proyectos sostenibles de gran envergadura, así como permite afrontar los riesgos y mejorar la reputación de las empresas.

Por Renzo Rojas

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Bonos verdes, fondos climáticos, Sustainability-Linked Bond Principles (SLBP), etc., son algunos de los instrumentos financieros que se muestran como oportunidades para impulsar la sostenibilidad. A lo largo de los últimos años, el sector privado ha ido apalancándose de ellos para el desarrollo de proyectos o la incorporación de un enfoque ASG en sus actividades.

En el caso del Perú, el escenario viene marcado por grandes empresas que muestran un interés creciente por integrar criterios de sostenibilidad en sus operaciones, motivadas principalmente por factores regulatorios, reputacionales y de acceso a capital, tal como lo señala Mercedes Fernández, associate partner de EY Law.

José Goyburu, socio del Estudio Hernández & Cía., señala que las finanzas sostenibles cada vez más se ponen en práctica desde las grandes empresas: “Vemos desde el año pasado más préstamos Sustainability Linked Loan (SSL) con índices e incentivos financieros que las entidades financieras les brindan a las compañías en base de la medición de los KPI vinculados a lo ambiental y social”.

Si bien es cierto que existe un mayor reconocimiento y tendencia de estos tipos de instrumentos, lo cierto es que aún el uso de soluciones financieras diseñadas específicamente para objetivos ASG aún es limitado. Mercedes Fernández indica que un estudio elaborado por la Embajada Británica, A2G y Carbón Trust revela algunos retos pendientes.

“Además, de acuerdo a informes de seguimiento de la Hoja de Ruta de Finanzas Verdes (HRFV), realizados por el Proyecto Transformación para una Economía Verde – GIZ en 2020, se identificaron algunas barreras, tales como la falta de estandarización y definición de términos vinculados con la sostenibilidad, insuficiencia de incentivos públicos y escasez de datos, mediciones y estándares en finanzas verdes”, explica.

José Goyburu – Socio del Estudio Hernández & Cía.

Beneficios y financiamiento estructurado

En el marco corporativo, las finanzas sostenibles demuestran claros beneficios para las empresas. José Luis Velásquez, socio líder de sostenibilidad y cambio climático de PwC Perú, menciona que uno es el acceso a financiamiento con tasas preferenciales o condiciones más flexibles, lo que permite implementar iniciativas ecológicas y sociales que de otro modo podrían ser más costosas de costear.

“Asimismo, influye en la mejora reputacional y posicionamiento en favor de la atracción de inversionistas y clientes que valoran la sostenibilidad (ventaja competitiva); así como en la gestión de los riesgos y cumplimiento regulatorio, a lo que se suma el impulso de innovación gracias a la mejora continua y procesos más eficientes”, detalla.

En este marco, el financiamiento estructurado es una alternativa con un gran potencial. Este instrumento financiero está diseñado a medida para cubrir necesidades específicas de financiamiento que normalmente no se pueden atender con préstamos convencionales. Como señala José Luis Velásquez, puede ser un préstamo sindicado donde varios bancos participan, pero el repago se prioriza según el nivel de riesgo.

A su vez, Mercedes Fernández manifiesta que un caso de este tipo de financiamiento es el Project Finance, que posibilita aislar riesgos, optimizar flujos y atraer inversionistas con mayor tolerancia al riesgo como multilaterales, fondos especializados o banca de desarrollo.

“En el Perú, estos esquemas han sido empleados históricamente en sectores como infraestructura”, dice.

Mercedes Fernández – Associate partner de EY Law

José Goyburu ve un gran potencial en los Sustainability Linked Loan como una herramienta de financiamiento estructurado que cuenta con los KPI relacionados a criterios ASG: “Están tomando más relevancia. Para el estado del mercado, en un país como el nuestro que recién comienza a interiorizar las finanzas sostenibles o verdes, este tipo de préstamos son un paso importante en la masificación”.

El financiamiento estructurado posee grandes ventajas. Una de ellas es que permite canalizar el capital combinado para proyectos que requieren un gran desembolso de capital inicial, como la instalación de una planta eólica

“Estos instrumentos financieros son una de las palancas para escalar proyectos de sostenibilidad porque permiten superar barreras de acceso al financiamiento, alinean incentivos con múltiples actores y canalizan inversión privada hacia objetivos de reducción de emisiones y resiliencia climática”, argumenta José Luis Velásquez.

En esta línea, Mercedes Fernández señala que para proyectos como plantas solares, centrales hidroeléctricas, infraestructura de eficiencia energética o de economía circular, que suelen requerir montos de inversión elevados, retornos de largo plazo y tienen exposición a riesgos tecnológicos o normativos, resultan las finanzas estructuradas especialmente útiles.

Otra ventaja es que, a la fecha, muchos inversionistas buscan destinar fondos a activos de sostenibilidad, por lo que la combinación de bonos verdes, créditos sindicados y garantías públicas hace que los financiamientos estructurados sean un puente hacia la transición sostenible. José Luis Velásquez agrega que este tipo de financiamiento “facilita transferir o reducir ciertos riesgos, ya que se cuenta con diferentes actores que participan en la transacción”.

Riesgos e incentivos

Precisamente, frente a los riesgos, el financiamiento estructurado posee un mayor paquete de garantías y mecanismos de control porque consideran diversos aspectos financieros, legales y operativos: “Son y serán un pilar muy esencial para las finanzas verdes o ASG”, indica José Goyburu.

Para el especialista, se espera que el financiamiento verde comience a darse a través de estructuras vía emisión de bonos, que pueden ser titulizados o corporativos. Esto generará que no solo entidades como COFIDE o el propio Gobierno sean los únicos emisores, sino que también más empresas en el país.

Por otro lado, sin embargo, es necesario que haya más conocimiento acerca de este tipo de estructuras. Mercedes Fernández indica que uno de los desafíos es la falta de familiaridad técnica y jurídica en un ámbito ASG. A diferencia de mercados más desarrollados, en Perú todavía no es común vincular variables de sostenibilidad —como la reducción de emisiones, el uso de tecnologías limpias o indicadores de inclusión— a los términos financieros del contrato.

“Pero esto representa una oportunidad: el financiamiento estructurado puede convertirse en una vía eficaz para movilizar capital hacia proyectos sostenibles si se fortalece la capacidad de estructuración y se alinean los incentivos entre los actores financieros y sostenibles”, explica.

El uso de un financiamiento estructurado tiene oportunidades para impulsar las finanzas sostenibles. José Goyburu destaca que las estructuras legales que se pueden utilizar en Perú para el desarrollo de las finanzas sostenibles son muy variadas. Ello debido a que existe un marco legal que permite ser flexible en su estructuración.

José Luis Velásquez – Socio líder de sostenibilidad y cambio climático de PwC Perú

¿Qué más se necesita?

Aparte de contar con una taxonomía, para impulsar las finanzas sostenibles en el país se necesitan incentivos. Mercedes Fernández indica que si bien el Ministerio del Ambiente viene sumando esfuerzos con varios actores al respecto, va a ser importante trabajar luego en incentivos y en los estándares que deben cumplirse para acceder a beneficios financieros o tributarios.

Es indispensable que se generen estos atractivos. José Goyburu señala que son necesarios para promover la participación de prestamistas o inversores en un sistema financiero que también reconoce su apuesta por un enfoque responsable.

“Un banco puede preguntarse qué incentivo existe en comparación de brindar un SSL a un préstamo tradicional. Con el primero se cuenta con parámetros y objetivos ASG para reducir la tasa de interés en favor de las empresas, pero cuál es el aliciente de la entidad financiera”, remarca.

Añade que, en la actualidad, existen casos de préstamos sostenibles gracias a que las instituciones financieras tienen una línea de crédito otorgada especialmente para ello, pero se debería promover más desde el Estado para generar un real incentivo.

Acerca de otros mecanismos desde los cuales se pueden promover las finanzas sostenibles, Mercedes Fernández manifiesta que Perú es formalmente un país receptor de varios fondos climáticos multilaterales, pero el acceso a estos recursos está generalmente mediado por entidades públicas u organismos multilaterales.

“Canalizarlos hacia proyectos empresariales requiere capacidades técnicas y de reporte que muchas compañías locales aún no tienen desarrolladas; no obstante, es importante tener en cuenta que existen varias entidades que brindan dicha asistencia técnica con el objetivo de incrementar el uso de recursos en proyectos sostenibles”, remarca.

Por otra parte, continúa, el creciente apetito de inversionistas institucionales y multilaterales por activos sostenibles, la presión de estándares internacionales de reporte (como las NIIF S1 y S2) y la necesidad de mitigar riesgos físicos y de transición vinculados al cambio climático serán claves para promover las finanzas sostenibles en el sector privado peruano.

“Estas dinámicas están generando que las empresas mejoren su desempeño ASG no solo como un imperativo reputacional, sino como una estrategia para optimizar su costo de capital”, concluye.

Bonos verdes y activos globales

José Luis Velásquez menciona algunos ejemplos de cómo el ecosistema financiero ha venido evolucionando para contar con una amplia gama de instrumentos con foco en rentabilidad y sostenibilidad. Detalla que, por ejemplo, en cuanto a bonos verdes, BCP en el 2022 hizo una emisión por USD 30 millones. Estos fondos fueron para el financiamiento de proyectos de plantas de producción amigables con el medio ambiente.

“En relación a SLL, que corresponden a préstamos con condiciones ajustadas si se cumplen metas de desempeño ambiental o social, BCP y Credicorp Capital cuentan con líneas de crédito vinculadas a sostenibilidad para clientes corporativos. Acerca de los Fondos ESG y de inversión sostenible, que invierten en empresas o proyectos con desempeño destacado en criterios de sostenibilidad, BBVA posee fondos que invierten en activos globales con enfoque en empresas sostenibles”, indica.

Finaliza con que es resaltante que el país ya cuente con una infraestructura activa para las finanzas sostenibles. En este sentido, estas herramientas no solo apoyan la transición sostenible, sino que generan rentabilidad alineada con los objetivos de los inversionistas y permiten reducir riesgos a largo plazo.




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