Por Osmaro Villanueva
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Telefónica del Perú, una de las principales operadoras de telecomunicaciones en el país, decidió acogerse voluntariamente a un Procedimiento Concursal Ordinario (PCO) ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). Esta medida tiene como objetivo reestructurar sus pasivos y garantizar la continuidad de sus operaciones en medio de una crisis financiera agravada por disputas fiscales y una fuerte competencia en el sector.
Según el comunicado oficial emitido por la empresa a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), la decisión responde a la necesidad de proteger la prestación de los servicios de telecomunicaciones que la compañía ofrece a más de 13 millones de clientes en zonas urbanas y rurales del país. El proceso no implica la quiebra ni liquidación inmediata de la empresa, sino una reorganización de sus obligaciones financieras.
Un rescate financiero de 1.549 millones de soles
Para respaldar la operación de su filial peruana, Telefónica Hispanoamérica, matriz de Telefónica del Perú, ha otorgado un crédito mercantil de 1.549 millones de soles (aproximadamente 400 millones de euros) con un plazo de 18 meses. Este financiamiento busca asegurar la liquidez de la empresa mientras se desarrolla el proceso concursal y se evalúan estrategias para su viabilidad.
Elena Maestre, presidenta ejecutiva de Telefónica del Perú, aseguró que la empresa seguirá operando con normalidad y que esta decisión es el mejor camino para proteger los servicios de telecomunicaciones y garantizar la estabilidad a largo plazo.
Deudas millonarias y disputas fiscales de Telefónica del Perú
El principal factor que ha llevado a Telefónica del Perú a esta situación es la acumulación de contingencias fiscales durante más de 20 años, así como decisiones administrativas que han afectado su posición en el mercado. En 2024, la compañía pagó 1.361 millones de soles (350 millones de euros) a la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) por una sentencia judicial relacionada con el Impuesto a la Renta de los años 2000 y 2001. Sin embargo, la Justicia peruana posteriormente ordenó al Estado devolver 347 millones de soles (88 millones de euros) por un cobro indebido de impuestos.
Telefónica mantiene un arbitraje abierto ante el Centro Internacional para el Arreglo de Disputas sobre Inversión (CIADI) para impugnar otras obligaciones tributarias impuestas por el Estado peruano, alegando que varias de estas sanciones son «arbitrarias y carentes de sustento«.
El papel de Indecopi y la Junta de Acreedores
La solicitud de Procedimiento Concursal Ordinario será evaluada por Indecopi en un plazo de 90 días hábiles. Si es aprobada, se publicará una resolución en el Boletín Concursal, permitiendo que los acreedores registren sus deudas frente a la empresa.
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Posteriormente, se conformará la Junta de Acreedores, un organismo clave que decidirá si Telefónica del Perú debe reestructurarse o, en el peor de los casos, proceder a su disolución y liquidación.
Según Daniel Schmerler, expresidente de la Sala Concursal de Indecopi, el proceso concursal es una herramienta diseñada para ofrecer alternativas a empresas con dificultades financieras, pero su éxito dependerá de la capacidad de Telefónica para demostrar que puede mantenerse operativa y cumplir con sus obligaciones.
Un futuro incierto para Telefónica del Perú, pero con opciones
A pesar de la situación financiera crítica, Telefónica del Perú ha reiterado que seguirá invirtiendo en el país y expandiendo su infraestructura. En diciembre de 2024, alcanzó su primer millón de clientes conectados a fibra óptica y actualmente está en capacidad de proveer servicios a más de 4 millones de hogares. Además, en octubre pasado lanzó un ambicioso proyecto de modernización de su red móvil.
El proceso de reestructuración también contará con el apoyo de la consultora financiera Kroll, que integrará a un Director de Reestructuración (Chief Restructuring Officer – CRO) dedicado exclusivamente a este caso.
El resultado final de la reestructuración dependerá de las negociaciones con los acreedores y la viabilidad del plan financiero que presente la compañía. Mientras tanto, Telefónica del Perú enfrenta uno de los mayores desafíos de su historia en el país, con la misión de garantizar la continuidad de sus servicios y recuperar su estabilidad económica en un mercado altamente competitivo.
