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La irrupción de la pandemia ha cambiado sustancialmente el sistema de enseñanza en el Perú. La educación a distancia se ha convertido en el ‘salvavidas’ ante la imposibilidad de la presencialidad durante 2020. Sin embargo, los desafíos que afronta el país en este tema son más profundos y urgentes en la actualidad.

POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe

Inexorablemente, el sector educativo ha sido en el mundo uno de los más afectados por la pandemia. El emigrar hacia una educación digital se ha convertido en todo un reto para los países, que, en su mayoría, no estaban preparados para este contexto. Se calcula que cerca de 1,300 millones de menores de entre 3 a 17 años no cuentan con conexión a internet en sus hogares, según la UNICEF y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

En Perú el problema no es diferente. Y es que, en el intento de proveer de las herramientas necesarias, los antecedentes no ayudan lo suficiente. De acuerdo al INEI, solo 40,1% de los hogares en el país tenían internet hasta marzo de 2020. Si bien se deduce que a la fecha se ha dado un aumento de este acceso, el avance tiene visos de profundizar las brechas entre el sector urbano y rural.

Alfredo Draxl, director ejecutivo del Centro de Investigación para el desarrollo de la educación y el liderazgo (CIDEL), señaló que un primer obstáculo ha sido material a la hora de brindar una educación digital al alumnado peruano. En el ámbito rural, indicó que muchos escolares accedieron a través de los celulares de sus padres a las clases virtuales. Esto es un claro limitante en la calidad del proceso de enseñanza.

“Se está profundizando una brecha educativa entre los chicos que tienen acceso a internet mediante las computadoras o teléfonos y los que no. Los que tienen profesores que han podido evolucionar o colegios que ajustaron sus programas a la realidad y aquellos que no lo han hecho. Es una brecha brutal que está creciendo día a día en el Perú”, sostuvo.

Pero el tema va más allá. Abordar los retos que tiene el Perú en educación digital es más complejo. Conlleva visualizar la manera en cómo se ha venido desarrollando la educación en el país desde años atrás. Incluso podría verse a la pandemia como una oportunidad para llevarla a otro nivel.

“Luego hay una limitación que no es material, más bien del sistema educativo. Este ha de haber migrado en sus maneras de enseñar. En su metodología, a un formato que sea viable de manera digital. Ya la educación tradicional estaba totalmente desactualizada y desconectada con la realidad de los alumnos. Hay un tema de qué y cómo enseño muy limitado”, explicó.

Añadió que no es más viable ver a los docentes abocados a solo trasladar información frente a una computadora, como si se encontraran frente a un aula. Del mismo modo, otro desafío al respecto es el diseño curricular que todavía no responde a las necesidades de los alumnos del siglo XXI. Se exigen competencias y capacidades que no están a la par de los recursos materiales que se les brinda, más aún en medio de la crisis sanitaria.

Presencialidad y virtualidad

Sobre si se puede prescindir de la presencialidad en la educación, Draxl está convencido de que no es posible. Hablar de educación integral requiere del contacto e interacción de los maestros y los alumnos, además de que entre estos últimos se genera también un espacio de aprendizaje. Aparte, es muy difícil reemplazar ambientes como laboratorios, campos deportivos, bibliotecas, etc.

“No podemos prescindir del espacio real. Sin embargo, dicho esto, la educación virtual ha demostrado que puede brindar y tiene potencial para dar muchísimo valor agregado al proyecto educativo. Es complementario. No creo que tengamos que hacer una distinción. La educación virtual está demostrando muchísimo que puede aportar”, manifestó.

Asimismo hizo hincapié en lo importante que es dejar de lado el modelo tradicional de enseñanza. No basta con contar con todos los recursos requeridos para llevar a cabo una educación a distancia. Se trata también de inculcar distintos tipos de habilidades a los más de 9 millones de niños, niñas y adolescentes peruanos en la etapa escolar.

“Yo tengo un conocimiento que te lo paso a ti que no lo tienes. Ese es el modelo tradicional. Para este fin, invento una metodología. No obstante, se trata de ayudar a construir tu proceso educativo, a que puedas descubrir la información, a pensar. También tiene que ver con trabajar actitudes, desarrollar hábitos mentales positivos, desarrollar habilidades para cuestionar lo que estás mirando y ser crítico”, comentó.

Hay que preguntarse qué significa educar a un alumno hoy en día. En la actualidad, muchos docentes aún ven en la enseñanza una práctica de traslado de información, aunque a veces se diga lo contrario. En ese sentido, urge que a los maestros se les dote de las herramientas para que puedan estimular en sus estudiantes habilidades como las socio emocionales. Asimismo, en medio de un escenario de educación digital, no se puede dejar de lado la formación de otras aptitudes. En este proceso se debe desterrar malas creencias de que, por ejemplo, todos tenemos una cierta inteligencia, algunos más y otros menos.

Además, Draxl indicó que es fundamental que los profesores puedan forjar valores, de la mano con los padres de familia. La corrupción y polarización que se vive en el Perú parte de la carencia de estos y la pandemia no puede ser un pretexto para no trabajar en ello. “No hay un trabajo consistente en valores. Tenemos que hacerlo desde la infancia. Hacer toda una campaña en los colegios y con las familias”, mencionó.

Volver a la presencialidad en las escuelas debe ser una prioridad. Sobre ello, el experto comentó que formó parte de una serie de webinars con directores y representantes del sector educativo de países como España, Estados Unidos, Canadá, entre otros. Las referencias fueron que bajo un adecuado planeamiento es posible que los estudiantes puedan acceder a una educación presencial.

“Preguntamos por la experiencia de seguridad y de trabajo en las escuelas durante la pandemia, debido a que algunos de estos países ya para el segundo semestre del 2020 estaban en clase. Fue unánime. Las medidas sanitarias funcionaron. No había mayores contagios al interior de la escuela. Y si lo habían, provenían de afuera de las escuelas”, subrayó.

Agregó que el Perú no puede darse el lujo de simplemente cerrar los centros educativos. Es claro que en estas circunstancias es difícil y los retos son enormes, pero se debe doblegar esfuerzos para asegurar la calidad educativa y, por supuesto, la salud de las personas. En la búsqueda de soluciones, menciona que el sector educativo privado tiene que ser convocado.

“Existen colegios que tienen metodologías, que han aprendido qué hacer y cómo hacer, y el Estado los viene en la práctica ignorando y son vistos como un enemigo en algunos casos. Es cierto que hay una educación privada que no está funcionando y es parte del problema. Pero hay gran parte de este sector que tienen un éxito enorme”, reflexionó.

Otro punto que resaltó Draxl es la inversión. Es imprescindible que esta sea mejor direccionada y más eficiente. Indicó que la educación pública no es gratuita porque implica que sea solventada con el aporte de impuestos y otros ingresos, los cuales provienen en gran parte de los peruanos. Pero he aquí un problema. Con una economía mayoritariamente informal, cerca de 70%, según el INEI, los costos son otros.

“El 30% de padres de familia que paga impuestos, está pagando con ellos la educación pública y la de sus hijos en el sistema privado, de acuerdo al caso. Hay un doble gasto. Tienes a un gran porcentaje de población que no paga impuestos y, por otro, un grupo que puede, pero por el nivel de la informalidad no paga la educación pública que recibe. La educación no es gratuita. A alguien le cuesta”, afirmó.

A la consulta de la estrategia “Aprendo en casa” del Estado, respondió que se debe revisar el diseño del programa en cómo se ha venido desarrollando durante 2020. Dijo que no hay duda de que se debe entregar los equipos tecnológicos necesarios. Asimismo, consideró que es un ejercicio retrógrado canalizar los contenidos mediante la radio o televisión, cuando existen recursos más sofisticados como tablets o laptops ahora.

Volviendo a las escuelas

La reapertura de la enseñanza presencial de los centros educativos es fundamental para asegurar la calidad de la enseñanza de los estudiantes. En el presente año se aprobó la Resolución Viceministerial N° 273-2020, la cual ha establecido los lineamientos para la vuelta a clases, tanto en el sector público y el privado.

Ricardo Cuenca, ministro de Educación, explicó acerca de estos direccionamientos en el “CADEx: La urgencia del buen retorno escolar”. Se refirió a que la decisión de ir abriendo las escuelas tendrá como condicionante la coyuntura de las regiones en relación a los contagios por el nuevo coronavirus.
“El primer criterio tiene que ver con la manera a cómo se va ir retornando. Es decir, de una forma segura, flexible, gradual y voluntaria. Son las cuatro características que hacen que este retorno llegué a cumplir con el gran objetivo que se tiene en el Perú y en la mayoría de países, que es volver a las clases presenciales ahí cuando las condiciones epidemiológicas nos los permiten”, indicó.
Agregó que todas estas medidas se han adoptado tras un análisis intersectorial e intergubernamental, el cual tuvo inicio el año pasado con la Resolución Ministerial N° 627-2019. En este Grupo de Trabajo Multisectorial participaron carteras como el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) , Ministerio del Interior (Mininter), Ministerio de Salud (Minsa), entre otras.

Clases presenciales en la zonas rurales

A su turno, Fernando Carbone, del Ministerio de Salud (MINSA) y quien reemplazó al ministro Óscar Ugarte, dijo que desde el Estado reconocen lo esencial que es regresar a las clases presenciales, pero hay que visualizar cómo la crisis sanitaria ha sido tan impredecible no solo en el Perú, sino también en todo el mundo.

“Esta pandemia es tan irregular que países como Noruega, Escandinavia, Finlandia y los que mejor estaban, más protegidos o desarrollados, abrieron y tuvieron que retroceder. Ese contacto social es parte importante de la educación para poder aprender bien y se pierde. Eso nos ha pasado a todos los países. Las aperturas y cierres de actividades educativas en otros continentes han sido muy frecuentes y se mantienen hasta el día de hoy”, explicó.

Añadió que en el Perú se está evaluando la presencialidad de las clases en las zonas rurales, donde los indicadores muestran que los contagios se mantienen controlados. Bajo un constante seguimiento, la idea es contemplar esta posibilidad acorde a la información disponible. Hasta inicios de marzo, se calculaba que solo el 20,5% de escuelas del país podían abrir, todas prácticamente del sector rural.

“Si en las áreas rurales hay una correcta conducta preventiva y promocional, es posible pensar que en aquellas que no estén afectadas se puedan abrir las escuelas. Son los lugares que sufren más con el aspecto de poder transmitir las clases de manera virtual. El internet a veces no tiene la intensidad que en zonas urbanas. Siempre observando vamos a ver esta cuestión”, precisa.

El problema de la conectividad

Justamente, sobre la conectividad que carecen algunos lugares del Perú, el titular del Minedu sostuvo que es un problema estructural que en corto plazo no se puede solucionar, dado que viene desde hace muchos años atrás. Sin embargo, destacó que están trabajando al respecto y ya se han ejecutado acciones en favor de las familias más afectadas.

“Hay 60 mil contratos de ejecución en escuelas públicas del país para que puedan tener acceso a internet. Hay casi cerca de 30 mil planes de datos para estudiantes y docentes focalizados en algunas zonas. El Ministerio de Transporte y Comunicaciones ha generado 6,500 plazas públicas con wifi gratuito. También hay cerca de mil colegios de las zonas de la selva en el que efectivamente se va a tener una conexión directa en las escuelas”, explicó.

Carbone especificó algunos puntos de los protocolos en las escuelas. Entre ellos está contar con ambientes muy bien ventilados, así como con un itinerario de limpieza y mantenimiento permanente. Instó a que todos los actores del ámbito educativo puedan sumarse a estas tareas, incluyendo a los padres de familia. Además, añadió que es vital no descuidar la alimentación de los estudiantes.

“Lo otro importante es el tema nutricional balanceado y vaya a la par de reforzar el sistema inmunológico de los escolares. Más que nunca hay que coordinar programas nutricionales con el MINSA, Midis, Minedu, para apostar por una nutrición balanceada”, sostuvo.

Ricardo Cuenca, por su parte, dijo que es crucial controlar los aforos en las escuelas. También manifestó que en esta primera etapa se está priorizando a los estudiantes de los primeros años, ya que han sido los más perjudicados por la pandemia y son los que adquieren las primeras nociones en lectura o matemáticas.

“Las prioridades son aquellos a quienes les ha ido peor. Tenemos un problema que ha sido importante siempre y que aún más se ha profundizado: las desigualdades en la educación. Por eso hay que priorizar a los más pequeños de inicial. Otro grupo también son los estudiantes de 5to de secundaria”, expresó.







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