Por Stakeholders

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Bajo el lema ¡Donando lo mínimo un menú se hace lo máximo!, el proyecto “Un sol con proteína” busca que las personas que acudan a las ollas comunes cuenten con una mejor dieta alimenticia. Con una contribución que puede ir desde un sol diario, esta iniciativa demuestra que todos y todas pueden sumarse a acabar con  el hambre y la desnutrición en el Perú.

Emilio Pérez, integrante del proyecto, señala que la importancia de una buena alimentación influye directamente en el futuro de todo un país, dado que por más que exista una educación de calidad, las capacidades de las personas no podrán desarrollar todo su potencial si padecen de hambre o no tienen al alcance una buena alimentación. 

“¿Cómo podemos hacer que la gente se solidarice con quienes no pueden comer? De una manera muy sencilla con esta idea fuerza de que ¡Donando lo mínimo un menú se hace lo máximo!. Lo mínimo es un sol, entonces la idea era juntarse con algo que ya viene funcionando como son las ollas comunes. Aquí las personas van y pagan un sol o un poquito más y comen básicamente un menú de arroz con menestras, pero que no es suficiente”, indica. 

Un Perú sin hambre y desnutrición

El impacto puede ser enorme. Y es que, prosigue Emilio, donando un sol diario se puede cambiar radicalmente la vida de millones de personas. En el contexto peruano, se sabe que aproximadamente hay diez millones de pobres, de los cuales tres millones se encuentran en extrema pobreza sin la posibilidad de acceder a una buena alimentación. 

“Lo otro importante es que si solo el 9 % de la población peruana (3 millones de personas aprox.) donara un sol diario se podría acabar con el problema de la anemia y desnutrición, porque son cerca de tres millones de personas que no pueden comer directamente siempre”, agrega.

Esta es la motivación de un “Un sol con proteína” que ha iniciado en junio trabajando en las ollas comunes de Pamplona Alta (San Juan de Miraflores), pero que aspira poder llegar a todo el territorio nacional, a las regiones que necesitan también mucho de la ayuda, lo cual será posible si se juntan esfuerzos mediante esta iniciativa.

“Puedes donar 30 soles al mes, 360 soles al año o lo que puedas. Tenemos para esto a disponibilidad una web, el aplicativo Yape, cuenta bancaria y más”, indica Emilio.

El proyecto cuenta con todo lo necesario para que se puedan registrar las compras o boletas de las mismas que se realizan en favor de las ollas comunes, para que así todo el proceso sea transparente. 

Aparte de Emilio hay otras ocho personas que participan en “Un sol con proteína”, entre las cuales se encuentran, por ejemplo, misioneras combonianas que tienen experiencia en este tipo de labor. De esta manera, experiencia y ganas de ayudar a los demás se juntan para llevar a cabo las actividades.

Se trata de solidaridad, de caridad, de brindar alimentos a quienes lo necesiten. El sistema logístico ya está armado, ya que parroquias e iglesias de la zona están bien organizadas con las municipalidades, por lo que es cuestión de solo coordinar con ellos. Hay comedores y ollas comunes registradas, simplemente es montarse en algo que ya existe”, explica sobre esta ventaja del proyecto. 

Para mayor información y poder ser parte de la lucha contra el hambre y la desnutrición en el Perú, se puede acceder al siguiente enlace: https://unsolconproteina.org/

O también contactarse al siguiente correo electrónico: contacto@unsolconproteina.org

Emilio Pérez, integrante del proyecto «Un Sol con proteína»






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