Por primera vez y tras dos décadas de solicitarlo, una experta en derechos humanos visitará la cárcel militar estadounidense de Guantánamo, así lo informó la ONU en un comunicado.
La Relatora Especial sobre los derechos humanos y libertades fundamentales en la lucha contra el terrorismo, Fionnuala Ní Aoláin, realizará una visita técnica del 6 al 14 de febrero. La experta publicará una declaración que incluirá conclusiones y recomendaciones.
Al iniciar su viaje a Estados Unidos, Ní Aoláin realizará una serie de visitas de manera voluntaria para entrevistar a diversas personas, sobre todo a víctimas y familiares de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y de exdetenidos en Guantánamo.
Cabe resaltar que los expertos de derechos humanos de la ONU buscaron acceder a esta prisión militar desde su apertura en 2002 para tener llegada a los detenidos de la «guerra contra el terrorismo» que Estados Unidos libra, por los atentados del 11-S.
Este centro ha sido acusado de detención ilegal, violación de los derechos humanos y tortura. Llegó a abarcar hasta 800 «prisioneros de guerra», la mayoría de ellos encarcelados con pruebas imprecisas sobre su intervención.
A la fecha tienen 40 detenidos.
¿Por qué Guantánamo es la cárcel más polémica del mundo?
La cárcel de Guantánamo abrió sus puertas el 11 de enero del 2002. Este centro fue diseñado para ser el más seguro del mundo y recluir a sospechosos acusados de terrorismo y calificados como “criminales extremadamente peligrosos”.
Los sospechosos de los atentados del 11-S, que cobraron la vida a 3.000 personas, fueron los primeros en desfilar por la entrada de la prisión
En esta cárcel los reos no gozaban de las leyes básicas aplicadas en Estados Unidos, ni tenían derecho a las visitas de abogados y familiares.
Sin embargo, la parte más oscura de Guantánamo, fueron los métodos de tortura que emplearon como: ahogamientos simulados, uso de técnicas de privación del sueño y exposición a temperaturas extremas.
A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones de derechos humanos y del propio Gobierno estadounidense no se ha logrado cerrar este centro debido a la oposición del Congreso nacional.