
En Mala, al sur de Lima, un grupo de mujeres está marcando la diferencia con proyectos que combinan desarrollo económico y sostenibilidad. Danitza Aburto, Gloria Torres y Faustina Huamaní han convertido sus iniciativas en motores de cambio, generando empleo, promoviendo el uso responsable de los recursos y demostrando que la innovación no tiene límites.
Danitza Aburto: el turismo sostenible como motor de desarrollo
Para Danitza Aburto (44), el mar no solo es un paisaje, sino un símbolo de resiliencia y oportunidades. Su infancia estuvo marcada por el trabajo desde muy joven, pero fue en la playa de Bujama donde encontró su verdadera vocación. Como presidenta de la Asociación de Playa Bujama, ha liderado proyectos para mejorar la infraestructura turística, atraer visitantes y garantizar el cuidado ambiental de la zona.
“La playa no es solo arena y mar, es historia, es identidad. Si la cuidamos, nos devolverá todo el esfuerzo que le dedicamos”, señala Danitza. Su trabajo ha permitido que Bujama crezca como destino turístico, promoviendo una gestión sostenible que beneficia tanto a la comunidad como al ecosistema.
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Gloria Torres: del comercio tradicional a la innovación alimentaria

Gloria Torres (52) ha dedicado gran parte de su vida al comercio, primero como vendedora de condimentos en los mercados y luego como dueña de una bodega. Sin embargo, su espíritu emprendedor la llevó a buscar nuevas oportunidades, encontrando en la producción de chifles una forma de impulsar la economía local.
Como integrante de la Asociación de Ecoproductores de Derivados de Plátano Maleño (Ecodep), Gloria ha trabajado en la creación de la marca “Puquchi”, dedicada a la producción de snacks naturales a base de plátano. “Queremos que nuestro producto trascienda, que sea reconocido no solo en Mala, sino en otras regiones e incluso en el extranjero”, afirma. En poco más de un año, su asociación ha procesado más de 3,700 kilos de plátano, demostrando que la sostenibilidad puede ir de la mano con el crecimiento económico.
Faustina Huamaní: transformando residuos en fertilizantes para el futuro
Faustina Huamaní (42) siempre tuvo el deseo de estudiar, pero las responsabilidades familiares la llevaron por otros caminos. Sin embargo, su determinación la llevó a completar una carrera técnica en enfermería y, posteriormente, a encontrar en la producción de biofertilizantes una oportunidad para innovar.
Como presidenta de la Asociación de Productores de Biofertilizantes de Mala (Probima), lidera un equipo que convierte residuos orgánicos en fertilizantes ecológicos, promoviendo una agricultura más sostenible. “Nos dijeron que no funcionaría, pero hoy nuestros productos están mejorando cultivos de uva, plátano y papa”, afirma Faustina. Su visión es expandir la iniciativa y consolidarse como una alternativa ecológica en el mercado agrícola.
Emprendimiento con impacto social y ambiental
Más allá de sus logros individuales, Danitza, Gloria y Faustina representan un movimiento de mujeres que están redefiniendo el emprendimiento en Mala. Con su esfuerzo, están demostrando que el crecimiento económico y la sostenibilidad no solo pueden coexistir, sino que pueden potenciarse mutuamente. Sus historias son prueba de que el verdadero progreso se construye con trabajo, visión y compromiso con la comunidad.
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