Por Stakeholders

Lectura de:

Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe

Las mujeres tienen un papel preponderante en las actividades relacionadas a la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Por ende, impulsar su participación requiere que las empresas y distintas organizaciones incluyan políticas que les brinden las oportunidades necesarias para su desenvolvimiento. De acuerdo al Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial (2018), hay una brecha de alcance global en cuestión de género que demoraría 108 años en subsanarse.

Los últimos años han mostrado una evolución positiva en cuanto a la presencia de mujeres en altos cargos empresariales. Sin embargo, aún existe una diferencia sustancial en la cual las empresas y el Estado deben trabajar. Según el “Ranking PAR” (realizado por Aequales con el apoyo de la Cámara Oficial de Comercio de España en el Perú) 2019, solo el 22,2% de mujeres están en puestos de directorio en todo el Perú. Esto permite observar la existencia del llamado techo cristal, por el cual se entiende como la disminución de las mujeres en puestos de alta dirección en las organizaciones, mientras más aumentan la jerarquía en los cargos, menos mujeres se encuentran en estos.

En esa línea, se debe fomentar la presencia de las mujeres en puestos concernientes a la gestión de la RSE.
Un análisis minucioso del Ranking PAR 2019, permite ver que en los cargos de segundo nivel (gerencias de áreas o equivalentes), en los cuales estarían los de RSE, en solo el 39,3% se desempeñan ellas. Por ello, desde las políticas internas de las empresas se debe luchar contra las barreras conscientes e inconscientes que figuran entre los distintos empleados y directivos, para así estimular y empoderar el liderazgo de las mujeres.

Por otra parte, hay que considerar algunos aspectos diferenciales que las mujeres pueden aportar al desarrollo de la RSE. Es fácil reconocer en ellas una vocación social innata, lo cual generaría un mayor interés por lo social.

Al respecto, un artículo publicado en la Universidad Militar Nueva Granada (Colombia) y titulado “Prácticas de Responsabilidad Social en mujeres empresarias profesionales de Bogotá, Medellín y Cali”, permite relacionar sus conclusiones con lo anteriormente mencionado.

“Se puede concluir que las mujeres empresarias profesionales, estudiadas, identifican y se proponen objetivos y prácticas frente a cada uno de sus grupos de interés, entendiendo la importancia de la creación de valor social (y no sólo la dimensión económica) en las interacciones que han establecido como prioritarias”, señala este.

El ámbito económico tampoco es ajeno al notable papel de la mujer en su desarrollo. Una investigación hecha por McKinsey and Company a más de 300 empresas en Latinoamérica, señala que aquellas que tienen a una o más mujeres en sus comités ejecutivos, poseen una rentabilidad de 44,4% mayor a las empresas que no cuentan con ninguna en esos puestos. Por consiguiente, no hay motivo – y nunca lo debió haber – para exentar a las mujeres del panorama productivo y económico mundial.

En ese sentido, y siendo conscientes de la continua lucha por reducir la brecha salarial, la violencia, la discriminación, entre otros problemas, Stakeholders presenta a continuación a tres líderes en su sector, quienes abordan la crucial tarea por conseguir la igualdad de condiciones y oportunidades para las mujeres desde sus respectivas organizaciones.







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