El alza de los alimentos y la escasez mundial de fertilizantes viene promoviendo que las organizaciones de mujeres en las zonas más alejadas del país apuesten por la agricultura familiar, sembrando sus propios alimentos, sanos y libres de pesticidas para el consumo de sus familias y para la venta en sus comunidades.
Más de 300 personas forman parte de la Red Nacional de Mujeres de la Agricultura Familiar (RENAF) con el fin de enfrentar la posible crisis alimentaria que amenaza el mundo. Sin embargo, la pequeña agricultura que representa el 80% de los alimentos que consumimos, está abandonada por las políticas públicas, pues solo cuenta con el 3% del presupuesto nacional.
“En las zonas más alejadas y altas del país, donde la pobreza golpea con más fuerza, venimos capacitando a las mujeres y sus familias para la creación de huertos familiares de cultivos de hortalizas, crianza de animales y granos andinos. Ellas mismas producen sus abonos y compost”, dijo Claudia Coari, presidenta de la RENAF.
La dirigente resaltó experiencias productivas en Puno, Ayacucho, Apurímac y Huancavelica, pero se necesita replicar estas prácticas para recuperar semillas e incrementar la productividad de granos y cultivos andinos con el apoyo del estado ya que el 40 % de la población rural es pobre y el otro 40 % se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Coari dio a conocer que las mujeres de la RENAF vienen cultivando pepinillos, vainitas, zanahoria, espinaca, tomates, rocoto, lechugas y beterragas, alimentos que pueden también ayudar a combatir la anemia en los niños ya que para el 2021 los índices de anemia en niños de entre 6 y 35 meses fue de 38,8% y la desnutrición crónica en niños menores de 5 años, fue de 11,5%.
Asimismo, mencionó que el cultivo de estos productos orgánicos y libres de pesticidas busca promover una mejor salud en la población para la prevención de diversas enfermedades ya que actualmente se hace un uso indiscriminado de los pesticidas