
Según ONU Mujeres, los países en desarrollo enfrentan un déficit anual de 420.000 millones de dólares para financiar las políticas y programas necesarios que permitan alcanzar este objetivo dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La cifra fue presentada en la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (FfD4), celebrada en Sevilla, donde representantes de gobiernos, organismos internacionales y sociedad civil adoptaron por consenso el llamado Compromiso de Sevilla.
Este acuerdo reafirma que la igualdad de género es un componente central en cualquier estrategia de desarrollo inclusivo y sostenible, aunque el reto principal sigue siendo convertir las promesas en inversión tangible.
La brecha que frena el avance
A pesar de que cada vez más países incluyen la perspectiva de género en sus planes y presupuestos, ONU Mujeres advierte que solo uno de cada cuatro cuenta con sistemas para monitorear cómo se asignan los fondos públicos destinados a esta materia. Esto significa que, en la mayoría de los casos, no es posible saber si los recursos llegan efectivamente a las mujeres y niñas que más los necesitan.
“La igualdad de género debe pasar de los márgenes de las partidas presupuestarias al centro de las políticas públicas. Requiere dinero, reformas y un liderazgo que vea a las mujeres no como un costo, sino como el futuro”, declaró Nyaradzayi Gumbonzvanda, directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres, durante el evento.
La agencia de la ONU remarca que la mayor parte de la financiación mundial sigue sin beneficiar a los países más pobres, donde vive la mayoría de las mujeres de bajos ingresos y donde las inversiones pueden tener un impacto más inmediato.
Un llamado a invertir y reformar
ONU Mujeres presentó en Sevilla una serie de recomendaciones concretas para cerrar la brecha financiera y acelerar el cumplimiento de la Agenda 2030:
- Ampliar el uso de presupuestos con perspectiva de género, garantizando que las prioridades nacionales respondan a las necesidades reales de mujeres y niñas en todos los sectores.
- Alivio urgente de la deuda y reformas fiscales progresivas, con normas financieras globales más justas, para liberar recursos destinados a salud, educación y sistemas de cuidado.
- Reequilibrar el gasto público hacia el desarrollo humano, la inclusión social y la consolidación de la paz, priorizando inversión en cuidados e infraestructura social por encima de políticas exclusivamente centradas en seguridad.
- Invertir en sistemas públicos de cuidado, como guarderías y atención a personas mayores. ONU Mujeres estima que destinar el 10% del ingreso nacional a este sector reduciría la pobreza, elevaría los ingresos de los hogares y crearía millones de empleos dignos.
Una década decisiva
La conferencia insistió en que los próximos diez años serán cruciales. Sin una inversión consistente y focalizada, las brechas de género no solo permanecerán, sino que podrían ampliarse, afectando tanto a los derechos como a las oportunidades económicas de las mujeres.
ONU Mujeres concluyó con un mensaje claro para los gobiernos y las instituciones financieras: acompañar los compromisos políticos con financiamiento sostenido, transparente y responsable. Solo así será posible cerrar el déficit de 420.000 millones de dólares y cumplir las promesas hechas a la mitad de la población mundial.