Derechos humanos

“El desarrollo de un país no puede entenderse desligado de la igualdad de género”

Por Renzo Rojas

Lectura de:

Viviana Zaldívar, directora de Programas de CARE Perú, detalla que entre los problemas más urgentes están el embarazo adolescente y la violencia de género. También dialoga sobre el rol del sector privado y su capacidad de contribución en la reducción de las brechas de género.

¿Cómo influye la igualdad de género en el desarrollo del Perú?

El desarrollo de un país, sobre todo uno como el nuestro, no puede entenderse desligado de la igualdad de género. Ignorar o evadir las desigualdades sistémicas, no solo invisibiliza esta problemática, sino que las reproduce y profundiza. El trato discriminatorio puede marginar a las mujeres y obstaculizar su participación como actoras sociales altamente productivas que contribuyan al bienestar de una manera valiosa. Cuando las voces de las mujeres no se escuchan, sus derechos y necesidades a menudo no se satisfacen adecuadamente, y esto refuerza la desigualdad de género. Por el contrario, cuando se asegura su participación y liderazgo, se logra desafiar y transformar las causas fundantes de la pobreza y la injusticia.

¿Qué problemas se encuentran en el tema como los más urgentes a solucionar en el Perú?

Desde nuestra experiencia, reconocemos los siguientes retos como los más urgentes. Uno de ellos es el embarazo adolescente. El 8,9 % de adolescents de 15 a 19 años ya son madres y en la zona rural llega al 15,6 %, quienes, además, no logran culminar su educación escolar. Por ello, urge la implementación de planes y programas, con el debido presupuesto, para la prevención del embarazo no deseado en adolescentes y garantizar la educación sexual integral para todas y todos.

¿Cuál es el nivel de violencia de género que se viene dando a lo largo del territorio nacional?

Otro desafío que debemos afrontar es la violencia de género. El 54,9 % de mujeres entre 15 a 49 años alguna vez fueron víctimas de violencia en algún momento de sus vidas. Ante esta realidad, se debe garantizar el derecho a una vida libre de violencia para niñas, adolescentes y mujeres en todas sus diversidades y ciclo de vida e implementar las obligaciones legales destinadas a abordar, prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, de forma articulada entre los sectores, entidades y actores involucrados en los tres niveles de gobierno.

“El papel del sector privado es fundamental para alcanzar la igualdad de género abordando cuestiones clave”.

¿Cómo se ha avanzado en la participación de las mujeres en espacios de toma de decisión en el país?

Es otro reto que se debe atender. En las últimas elecciones regionales y distritales, solo se ha contado con el 4,8 % de mujeres alcaldesas de 1874 distritos existentes en el Perú. Las brechas de género afectan el libre desarrollo de las mujeres en las actividades laborales, educativas, de participación política, entre otras.

CARE Perú tiene el compromiso de contribuir a la reducción de estas brechas que imposibilitan la igualdad de género. Reconocemos la importancia de trabajar en articulación con mujeres diversas y nuestro compromiso es el de trabajar junto a ellas y promover que el Estado fortalezca su capacidad de respuesta para el cumplimiento de sus demandas.

¿Qué rol puede cumplir el sector privado en la reducción de las desigualdades que enfrentan las mujeres?

El papel del sector privado es fundamental para alcanzar la igualdad de género abordando cuestiones clave como el cierre de la brecha salarial, la incorporación plena de las mujeres al mercado laboral, el aumento de la representación femenina en los consejos directivos, conciliación vida laboral, personal y familiar, y la prevención del hostigamiento sexual.

¿Qué acciones concretas pueden ejecutar al interior de sus compañías?

En el sector privado existen diversas acciones que pueden impulsarse para fomentar la igualdad de género. Esto incluye la creación de comités de equidad de género y cuotas que exijan la presencia de la mujer en determinadas posiciones o durante el proceso de reclutamiento, hasta flexibilidad de horarios y funciones para permitir un mejor equilibrio entre la vida familiar y laboral.

Es importante en este contexto combatir los sesgos en ciertas prácticas…

Estas son iniciativas que deben ir de la mano con una vigilancia cuidadosa para detectar cualquier sesgo existente en las prácticas empresariales. También es esencial llevar a cabo una valoración justa de los puestos, utilizando bandas salariales que determinen la remuneración basándose en la experiencia y el talento de los profesionales, en lugar de considerar su género. A 2021, la brecha salarial en el sector privado formal alcanzaba el 26,35 % en favor de los hombres, según la Encuesta Nacional de Hogares del INEI.

¿Cómo considera que vamos en igualdad de género dentro del sector privado?

A pesar de los avances logrados en los últimos años en términos de igualdad de género en el ámbito empresarial, todavía estamos lejos de alcanzar la paridad que tanto anhelamos. Tanto hombres como mujeres debemos trabajar como aliados para generar las condiciones que permitan un sistema más justo, donde las personas reciban oportunidades basadas en su talento, independientemente de su género u otras características personales. Los beneficios son significativos y no solo impactan a las empresas, sino en toda la sociedad en general.

¿Con qué enfoque han venido trabajando desde CARE Perú para reducir estas cifras en desfavor de niñas y mujeres?

A través de nuestras intervenciones programáticas, buscamos impactar de manera positiva y sostenible en la vida de niñas y mujeres, brindándoles la oportunidad de acceder a más y mejores oportunidades que fortalezcan sus proyectos de vida y su contribución al desarrollo del país. Mediante nuestro marco programático y de respuesta humanitaria con un enfoque de género, en CARE Perú apostamos por mejorar su acceso a recursos y el poder para tomar decisiones que beneficien a ellas, a sus familias y a sus comunidades.

¿Qué programas o iniciativas han implementado?

Desde nuestro trabajo, en el Proyecto Niñas con Oportunidades que opera en zonas rurales del país, impulsamos el potencial de las niñas y las mujeres, fortaleciendo su agencia y asegurando los resultados más inclusivos y sostenibles. Asimismo, potenciamos sus habilidades, proporcionándoles conocimientos, destrezas y capacidades, y reforzamos sus habilidades blandas para crear conciencia, ganar confianza y fortalecer su autoestima.

En esa línea, ¿cuentan también con algún proyecto que involucre a los hombres?

Entre otras iniciativas, en proyectos como Ignite, con foco en educación financiera, desafiamos las relaciones establecidas por los roles y mandatos de género tradicionales, promovemos la voz colectiva de las mujeres e incrementamos el poder de negociación con sus familias y sus comunidades, integrando estrategias de corresponsabilidad e involucrando a hombres y niños como aliados en la búsqueda de igualdad, mediante el enfoque de nuevas masculinidades y prevención de la violencia basada en género (VBG).




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