El estado de Massachusetts, en Estados Unidos, ha propuesto que los prisioneros puedan reducir sus sentencias a cambio de donar órganos y médulas óseas. Esto ha generado profundas dudas éticas y legales, ya que podría entrar en conflicto con la ley federal que prohíbe la compra y venta de órganos humanos o intercambiarlos. Además, enfrenta una batalla en la Cámara de Representantes.
Para Kevin Ring, presidente de Familias Contra Sentencias Mínimas Obligatorias, este proyecto parece “sacada de una novela distópica”. “Promover la donación de órganos es bueno. Reducir las penas de prisión excesivas también es bueno. Juntar ambas es perverso”, precisó.
Por otro lado, algunos críticos de la iniciativa legislativa califican de deshumanizante, mientras los promotores del proyecto la plantean como una respuesta al encarcelamiento excesivo y la necesidad de donantes en Estados Unidos.
“No puedes comprar un órgano. Eso debería poner fin a la discusión (…). Es una compensación por el servicio. ¿No explotamos lo suficiente a los prisioneros?”, asegura George Annas, director del Centro de Derecho, Ética y Derechos Humanos de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston.
Por su parte, Judith García, representante democrácata y una de las impulsadoras de la iniciativa, señaló que esta propuesta nace en respuesta a las desigualdades en salud debido a “círculo vicioso de encarcelamiento injusto y vigilancia policial excesiva de las comunidades negras e hispanas”.
Cabe mencionar que, para ejecutar el proyecto de ley se crearía un Programa de Donación de Médula Ósea y Órganos dentro del Departamento de Correccionales para permitir que las personas puedan reducir su sentencia de 60 días a un año, de acuerdo a la condición en que hayan donado los órganos.