Álvaro Fabián Suárez León
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Es innegable que el prestigio de las escuelas de negocio sea uno de los factores principales que los ejecutivos y otros profesionales consideran al momento de decidir donde continuarán sus estudios complementarios o de posgrado. En la actualidad contamos con una gran variedad de instituciones académicas ofertando en el rubro. Es en este contexto que la acreditación de los programas de formación se presenta como el sello de calidad más fiable sobre el cual basar su elección.
A medida que avanzan los años, la acreditación de las escuelas de negocios ha ido cobrando mayor importancia. En términos generales, la acreditación es el mecanismo de evaluación que se utiliza para asegurar un nivel de calidad alto de la enseñanza superior. Asimismo, sirve como un reconocimiento público hacia las instituciones que realizan buenas prácticas formativas.
El Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace) es el organismo que se encarga de premiar públicamente la calidad de las prácticas educativas en los distintos programas de formación de los institutos y escuelas de formación superior.
Verónica Caffo Suárez, directora de Evaluación y Acreditación de Institutos y Escuelas de Educación Superior del Sineace, explica que, mediante la acreditación, el organismo se encarga de brindar garantía pública de la calidad educativa que ofrecen las instituciones.
“En este caso, si hablamos de los institutos y escuelas de educación superior, creo que es muy importante partir del derecho a la educación. Los jóvenes tienen derecho a recibir un servicio educativo de calidad”, enfatiza.
Caffo explica que, actualmente, 50 programas de estudios de escuelas superiores tecnológicas cuentan con acreditación por parte del Sineace; de las cuales, seis de estas pertenecen a las áreas de administración y negocios.
Calidad internacional
Sandro Sánchez, director de aseguramiento de la calidad de CENTRUM PUCP, explica que una acreditación permite evidenciar que la escuela cumple con estándares internacionales reconocidos a nivel mundial. Asimismo, este sello de calidad logra trazar alianzas y convenios con otras escuelas también acreditadas en materia de educación e investigación.
La escuela de negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú ha sido la primera institución en el mundo en lograr la certificación Triple Corona (AMBA, EQUIS, AACSB) en un periodo de diez años. Asimismo, recientemente han logrado la acreditación BGA.
“CENTRUM PUCP solicitó por la acreditación de estas entidades para poder evidenciar que la escuela opera bajo estándares de calidad reconocidos a nivel mundial; así como también para recibir un mayor soporte y una mirada más amplia del panorama internacional en materia de educación posgrado”, explica Sánchez.
De este mismo modo, el especialista expone que las escuelas de negocio suelen optar por este tipo de acreditación internacional supone una exigencia mayor al resto.
Peter Yamakawa, decano de ESAN Graduate School of Business, explica que, para las escuelas de negocios, las acreditaciones suponen una garantía del cumplimiento de los estándares internacionales.
“Nos permite integrar el selecto grupo de las mejores escuelas de negocios del mundo, con lo cual aumenta nuestra capacidad de gestionar diversas alianzas y convenios internacionales; así como generar mayores oportunidades de intercambios de estudiantiles y fortalecer nuestras redes de investigación y movilidad docente con diferentes instituciones educativas acreditadas en el mundo”, agrega.
Asimismo, el decano explica que todos estos procesos garantizan un alto nivel de calidad en la enseñanza, ofreciendo al mercado un capacitado grupo de graduados con reconocimiento internacional.
Tipos de procesos
Por otra parte, Verónica Caffo comenta que no existe mucha diferencia entre los modelos de acreditación nacionales e internacionales; debido a que la gran mayoría busca que se afiancen tres tipos de procesos: misional, estratégicos y de soporte.
“Lo misional refiere a lo que la institución se ha propuesto lograr con los estudiantes y que tenga los mecanismos para hacerlo. Lo estratégico está enfocado a la gestión y la de soporte a lo institucional”, agrega.
Asimismo, expone que si bien este suele ser el panorama general, existen algunas particularidades o dimensiones que otros entes acreditadores suelen agregar.
Finalmente, la directora de evaluación y acreditación del Sineace manifiesta que no existen niveles de superioridad entre las acreditaciones. Asimismo, explica que siempre se recomienda optar por las nacionales.
“No creemos que una acreditación reemplace a la otra, o que alguna sea mejor. Pero si recomendamos que si los institutos y escuelas que quieren continuar la ruta de la mejora y han decidido avanzar a la acreditación, deberían pensar en tener una acreditación nacional y no solo la internacional. Pero ambas son voluntarias y ambas terminan aportando a mejorar la calidad educativa que todos buscamos y merecemos”, finaliza.