Manuel Ego Aguirre
Docente de la Escuela de Economía y Gestión Ambiental de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM)
La pandemia de COVID-19 ha generado impactos importantes en la economía peruana. Uno de los ejes de la reactivación económica se enmarca en las industrias extractivas. ¿Qué aspectos se deben tener en cuenta desde un punto de vista de sostenibilidad respecto a estas industrias en la era COVID-19?
Para entender el tema debemos partir por la pregunta ¿qué es sostenibilidad? Podemos mencionar el Informe Brundtland de 1987, donde se formula por primera vez el término desarrollo sostenible, entendido como la suma de factores económicos, sociales y ambientales a tener en consideración para garantizar que las generaciones futuras gocen de niveles de bienestar por lo menos similares a los que goza la generación actual, lo que hace necesaria una gestión integral a lo largo del tiempo.
¿Cómo se debería entender la sostenibilidad en las industrias extractivas? Se requiere analizar cada uno de los aspectos del desarrollo sostenible. Empezando por el económico, factor importante dado que las industrias extractivas son una fuente principal de ingresos a la economía peruana, los cuales provienen de regalías, canon, impuesto a la renta, IGV y empleos directos e indirectos que son necesarios para recomponer la economía tan afectada por la pandemia.
Desde el punto de vista social, se deben minimizar los riesgos de conflictos sociales, que han sido causa de la paralización de varios proyectos. Al mismo tiempo, es necesaria la elaboración de mecanismos de política que permitan que la renta de estas industrias sea enfocada en el desarrollo.
En cuanto a los aspectos ambientales, se requiere tener en consideración el cuidado de los ecosistemas teniendo en consideración aquellas zonas ambientalmente sensibles.
¿Cómo se deben integrar estos aspectos? En primer lugar, relacionando los temas económicos y sociales, es necesario tener en consideración los problemas actuales de falta de definición del orden territorial en el país, así como los problemas que se derivan de una deficiente definición de derechos de propiedad, y poca presencia del Estado.
Desde los temas económico y ambiental, es importante mencionar que las industrias extractivas van a estar sujetas a estándares cada vez más rigurosos, en escenarios complejos en los cuales el marco legal se encuentra en desarrollo y revisión permanente.
En cuanto a los aspectos sociales-ambientales se debe considerar a las poblaciones que habitan en lugares remotos donde existe poca presencia del Estado, que los convierte en poblaciones vulnerables amparadas bajo el marco del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre pueblos indígenas y tribales. Es justo en estos lugares donde se realizan buena parte de las actividades extractivas.
Bajo este complicado escenario, ¿Cuál es la clave de la sostenibilidad de las industrias extractivas? No se puede pensar en desarrollo sostenible si no se consideran relaciones de largo plazo entre todos los actores.
En este sentido, si se trata de recursos no renovables, se debe tener claro que estos se van a agotar, por lo que se necesita que parte del dinero generado por la renta de los recursos, sea invertida en infraestructura básica en aspectos de salud y educación de calidad, y que se generen los mecanismos para el desarrollo de actividades económicas alternativas a fin de garantizar los ingresos a futuro de las poblaciones. Respecto al medioambiente, es necesario incluir al capital natural en las cuentas nacionales, con el fin de medir que el beneficio de la extracción de los recursos y generación de infraestructura sea mayor al impacto que genera su extracción. El éxito parte por generar relaciones que se basen en la buena fe y confianza mutua entre todos los participantes.