Jessica Guerrero Jarama
Consultora Internacional, Formadora y Conferencista en Marketing Digital, SEO y Personal Branding
El COVID-19 nos trajo la primera enfermedad pandémica mundial del siglo XXI. En este nuevo entorno global tecnológico, en donde las fronteras prácticamente han desaparecido, hay un nuevo escenario virtual que ha avanzado a pasos agigantados, así como las interacciones individuales y políticas dentro de la sociedad. Sin embargo, en nuestro país, mientras lidiamos con una conexión de internet pobre y más allá de eso una falta de conectividad en muchísimas zonas del Perú, la conexión a internet se debería convertir en un derecho de la sociedad y de carácter URGENTE. El desafío aquí está en mejorar la cobertura para que los habitantes logren convivir en tiempos de COVID-19 y se logre la participación ciudadana digital, a la que hoy todos tenemos derecho.
Las redes sociales, la necesidad de conexión digital y la capacidad virtual para que accedan los ciudadanos pertenecen a los desafíos de esta nueva normalidad y de la llamada democracia digital.
La democracia digital, democracia electrónica o e-democracia y la entendemos como: “La creación de espacios de diálogo y reflexión social, acceso a información de sujetos políticos (planes de trabajo, ideología), ejercicio de los derechos de participación/políticos, y mejora de los procesos electorales en la relación existente entre ciudadanos, sujetos políticos, e instituciones electorales”.
A lo largo de la pandemia producida por el COVID-19 muestra 2 enormes retos:
• El primero es convertir o transformar todo lo relacionado a los gobiernos, instituciones y demás en lugares eficientes y transparentes digitalmente.
• Y el segundo es la necesidad de permitir y promover la colaboración ciudadana a través de tecnologías, herramientas y todos los canales de comunicación disponibles digitales.
Si hablamos de este último, acerca de los canales diversos de comunicación digital, vemos que la conectividad a internet y su uso en la ciudadanía, tiene diferentes fines, mientras que para unos son estrictamente de entretenimiento y disfrute, para otros se convierte en un canal para compartir mensajes políticos, y para algunas personas es una fuente de información y participación activa. Por supuesto, todo esto también genera diferencias sobre el impacto socializador de las redes.
Hoy por hoy Facebook se consolida como un canal que carece de censuras y limitaciones gubernamentales, religiosas o partidarias. En esta red social encontramos que se habla mucho de todo, desde los temas de ámbito personal hasta temas más trascendentales como el ámbito público-político tanto a nivel local, nacional y global. Además de Facebook, tenemos otro gran canal como lo es Twitter, donde se promueve mucho el debate democrático, se construyen identidades y se generan muchos consensos. Pero, además de ello, se convierte en el canal de comunicación inmediato por excelencia, pues es el canal más veloz que podemos encontrar hoy en día en redes sociales; y aquí nos encontramos con todos: cuentas de gobiernos, empresas, políticos y ciudadanos corrientes, donde todos estamos al mismo nivel y con la misma capacidad de interacción y opinión.
La tecnología por supuesto juega un rol importante y también ha cambiado en estos tiempos de política. Hoy en día hay demanda de inmediatez en la respuesta de nuestros representantes o candidatos políticos, un tuit o un mensaje oficial en cualquier canal digital ante cualquier evento o fenómeno, por más que estas acciones necesitan muchas veces sosiego o reflexión.
Y además de todo lo anteriormente mencionado, entra en juego la desinformación y los famosos fake news que ponen en riesgo las identidades individuales, aumentan la desconfianza en la población, se crean contradicciones, se incita al pánico individual-colectivo y se resquebraja la salud y la seguridad de los individuos.
Aún nos queda mucho por caminar hacia nuestra democracia digital, donde el gobierno, políticos y los ciudadanos tenemos deberes y derechos; y si, hay una gran oportunidad para llegar a un entendimiento colectivo a través de la comunicación con el fin de llevar a nuestra sociedad hacia un futuro prometedor.