Crédito: Depositphotos.com

Por Stakeholders

Lectura de:

Dra. Julianna Ramírez Lozano
Jefa de Sostenibilidad y docente
CENTRUM PUCP

El punto de partida de la responsabilidad social será siempre la toma de decisiones de los directivos

La gestión de la responsabilidad social en las empresas se inicia con la toma de decisiones de los directivos de la empresa, la cual se basa en la ética personal y profesional de los fundadores y líderes que dirigen la empresa.

La gobernanza o el buen gobierno corporativo es el mecanismo concreto por el cual la gestión de la responsabilidad social se hace efectiva desde un conjunto de políticas y prácticas para llevar a cabo un plan y estrategia de responsabilidad social, siempre desde una perspectiva de la ética y la transparencia.

La gobernanza, sin duda, le ofrece a la empresa un orden y entendimiento en el qué hacer de las gestiones diarias de la empresa. No olvidemos que la responsabilidad social es hacer bien lo que nos corresponde hacer en todos los días, independientemente a que si la empresa es grande, mediana o pequeña, o si es pública, privada o del tercer sector. Lo importante siempre será que la gestión de la ética y la responsabilidad social se evidencie en nuestra cadena de valor, por tanto tenemos que prestar atención a la manera en cómo la empresa se comporta con sus diversos grupos de interés, midiendo y reduciendo los impactos negativos que pueda estar generando y promoviendo más bien, un valor compartido para todos.
El gobierno corporativo es una manifestación concreta del deseo de la empresa a demostrar un comportamiento empresarial responsable. Es poner en manifiesto la importancia de la ética como un valor que genera rentabilidad a mediano y largo plazo.

La buena reputación es el resultado de un comportamiento ético, responsable y transparente con los grupos de interés

La reputación es quizá una de los mayores beneficios de la responsabilidad social. Pero debemos entenderlo siempre como un resultado, no como un objetivo. Una empresa alcanzará una buena reputación si en el camino ha comprendido que ésta se siembra en base a un buen comportamiento y acciones en meses y años de vida. La reputación es la cosecha, la evaluación que hacen los diversos stakeholders. La reputación es la manera por la cual los grupos de interés de una empresa valoran la experiencia, las percepciones y acciones realizadas por la misma.

La responsabilidad social es uno de los pilares por los cuales las empresas pueden construir reputación. Otras variables que componen la construcción de la reputación son: la calidad del producto o servicio, las finanzas, la cultura corporativa, la comunicación, y otras. Recordemos que la responsabilidad social es solo una manera de gestionar la reputación, pero quizá se convierta en la más importante con el paso de los años, pues cada día los diversos grupos de interés valoran y reclaman un mejor comportamiento de la empresa con sus grupos de interés.

Finalmente, no olvidemos que la reputación corporativa se construye en el tiempo, con las buenas y malas experiencias, es el balance de cómo la empresa ha sabido afrontar las diversas situaciones. El capital reputacional que una empresa puede alcanzar es el mejor resguardo que se puede tener para afrontar una situación difícil o de crisis. En tiempos de pandemia, como los que vivimos actualmente, resulta valioso observar el comportamiento de las empresas y su preocupación por tener un comportamiento empresarial responsable con sus grupos de interés, atendiendo sus necesidades y logrando una mejor calidad de vida de los mismos, evidenciando un equilibro entre la gobernanza, lo social y lo ambiental.







Continúa con tu red social preferida

Al continuar serás un suscriptor gratuito

O continúa tu correo.

Escriba su correo electrónico con el que se suscribió para acceder

Suscríbete

Ya me suscribí.