Los astronautas suelen pasar mucho tiempo fuera de su hábitat espacial realizando actividades extravehiculares. De acuerdo con un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cornell publicado el viernes en la revista académica Frontiers in Space Technology, se realizaron 37 caminatas espaciales entre 2021 y 2023 ya sea para experimentos científicos o para llevar a cabo reparaciones en la Estación Espacial Internacional, y duraron un promedio de 6 horas y 26 minutos, según
Para estos largos periodos, los astronautas portan los conocidos trajes EVA, que contienen una prenda de máxima absorbencia. Estas prendas desechables son pañales que recogen y contienen la orina y las heces. Es necesario que puedan contener hasta un litro (1,8 pintas) de orina y 75 gramos (2,6 onzas) de materia fecal al día por cada miembro de la tripulación.
Pese a que los pañales pueden absorber eficientemente los residuos, se ha comprobado que perjudican la salud de los astronautas y generan molestias. Los astronautas han reportado fugas de los pañales, lo que les hace incapaces de distinguir entre su orina y el sudor, y se quejaron de irritaciones en la piel y problemas de olor. Los miembros de la tripulación se enfrentan a riesgos médicos como la contaminación cruzada con materia fecal, infecciones del tracto urinario y molestias gastrointestinales, que empeoran por el reducido acceso de los astronautas a la atención médica.
Algunos incluso han reducido sus comidas varios días antes de un EVA para evitar tener que llevar uno, lo que podría afectar a su rendimiento en las extenuantes caminatas espaciales, de acuerdo con los investigadores.
Sistema «Dune»
Para «fomentar el bienestar de los astronautas, los investigadores han diseñado un novedoso sistema de recogida y filtración de orina dentro del traje, o sistema ‘Dune'», explicaron los investigadores a CNN.
El sistema reciclaría la orina mediante ósmosis directa e inversa, un modelo utilizado por el actual sistema de tratamiento de gestión de aguas residuales a bordo de la estación espacial, para eliminar los contaminantes de la orina y filtrarla hasta convertirla en agua potable.
Uno de los aspectos del sistema es un dispositivo de recogida de orina, que contaría con un vaso de silicona, de forma diferente para hombres y mujeres. El dispositivo tendría varias capas de tejido, incluido un tejido antimicrobiano, para permitir que la orina se aleje rápidamente del cuerpo y llegue a la superficie exterior del recipiente, donde se puede bombear, minimizando el riesgo para la salud que supone la exposición prolongada a la orina.
A continuación, el líquido entraría en el sistema de filtración, un aparato de dos pasos que extrae el agua de la orina y la convierte en una solución salina; después, una bomba separa el agua pura de la sal.
Los autores del estudio propusieron que un volumen de 500 mililitros de orina podría procesarse en menos de cinco minutos, con un reciclado efectivo de más del 86,8% de la misma en agua potable.
Posterior a ello, el agua se bombearía a la bolsa de bebida del traje, donde se repondría con electrolitos, y potencialmente carbohidratos, para las necesidades de nutrición y energía.
Todo el aparato se colocaría en una bolsa que podría montarse en la espalda de un traje EVA, lo que agregaría 8 kilogramos (17,6 libras) a su peso total.
Aunque «el peso del traje es una preocupación para las próximas misiones lunares, creemos que la mayor comodidad y eficiencia de recursos que proporciona el sistema compensarán con creces el ligero aumento de volumen», señalan los autores del estudio.