En un mercado global en constante vaivén, una tecnología olvidada resurge con fuerza, prometiendo transformar la lucha contra el cambio climático y redefinir el valor de los créditos de carbono.

Por Stakeholders

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En un mundo que se tambalea entre metas de emisiones netas cero y un mercado del carbono plagado de incertidumbres, una antigua tecnología está emergiendo como el as bajo la manga para lograr un futuro sostenible. La remoción de dióxido de carbono (CDR) a partir de biochar –un material obtenido mediante la pirólisis de residuos agrícolas y materia orgánica– se posiciona hoy como la esperanza para un sector que busca credibilidad y estabilidad.

Durante años, el mercado del carbono se ha visto sacudido por la volatilidad. Con el valor de los créditos cayendo de 1.87 mil millones de dólares en 2023 a apenas 723 millones en 2024, las empresas se han visto obligadas a repensar sus estrategias para cumplir con los ambiciosos objetivos de net zero. En este escenario, la remoción de CO₂ mediante biochar se destaca como una alternativa robusta y confiable, capaz de generar créditos de alta calidad y recuperar la confianza en el sistema.

Una apuesta a lo probado y al futuro

Aunque la pirólisis y la producción de biochar existen desde hace décadas, durante mucho tiempo fueron descartadas por considerarse demasiado arriesgadas para inversiones a gran escala. Hoy, gracias a la innovación en los contratos de offtake, acuerdos plurianuales que aseguran la compra futura de créditos a precios fijos, el panorama está cambiando radicalmente. De la misma forma en que los acuerdos de compra de energía impulsaron el crecimiento de las renovables hace veinte años, estos nuevos contratos están creando un marco estable que permite a los productores de biochar planificar a largo plazo y reducir la incertidumbre financiera.

En 2024, los proyectos basados en biochar representaron el 86 % de las compras de CDR por volumen. Empresas que se adelantaron a la ola ya han asegurado grandes volúmenes de biochar con importantes descuentos, beneficiándose de economías de escala y posicionándose para el crecimiento en un mercado que se espera se recupere a niveles de 10 a 40 mil millones de dólares para 2030 – ¡y hasta 135 mil millones en escenarios optimistas!

Estableciendo una nueva normalidad en el mercado del carbono

Lo interesante de estos contratos de offtake es que actúan como un ancla en medio de la volatilidad del mercado. Al fijar precios y garantizar la compra de créditos a futuro, no solo se reduce el riesgo para los proveedores, sino que también se le da a las empresas compradoras la seguridad necesaria para cumplir con sus compromisos climáticos de manera sostenible. En pocas palabras, se crea un ciclo virtuoso donde la demanda y la oferta se equilibran a través de expectativas firmes y contratos a largo plazo.

Mientras otras tecnologías para la remoción de CO₂, como la captura directa de aire, enfrentan desafíos técnicos que limitan su escalabilidad, el biochar se presenta como una solución inmediata y efectiva. Con casi el 90 % del biochar de alta calidad ya vendido en los primeros tres trimestres del año, y un 62 % de la capacidad para 2025 ya comprometida, la carrera por asegurar un suministro estable se ha iniciado de lleno.

Un futuro prometedor para quienes se adelantan

El mensaje para las empresas es claro: los primeros en adoptar estos contratos de offtake disfrutarán de ventajas competitivas significativas. Mientras quienes se adelanten podrán fijar precios favorables y consolidar su portafolio de créditos, los rezagados corren el riesgo de ver cómo la demanda se dispara y los precios se disparan, limitando sus opciones en un mercado cada vez más competitivo.

Expertos señalan que, para navegar con éxito en este nuevo escenario, es esencial contar con asesoría especializada. Los contratos de offtake requieren de un conocimiento profundo del mercado del CDR, y quienes logren identificar proyectos de alta calidad y negociar términos favorables serán los que lideren esta nueva revolución.

El amanecer de una nueva era en la economía del carbono

A medida que las empresas y gobiernos aceleran sus esfuerzos para alcanzar objetivos climáticos cada vez más ambiciosos, la tecnología basada en biochar se perfila como un pilar fundamental. Esta innovadora solución no solo promete estabilizar un mercado del carbono volátil, sino que también ofrece la oportunidad de transformar una antigua tecnología en el motor de la próxima revolución renovable.

En definitiva, la remoción de CO₂ con biochar no es solo una apuesta por la innovación; es la respuesta a una necesidad urgente de darle al mercado del carbono la estabilidad y credibilidad que requiere para jugar un papel central en la lucha contra el cambio climático.

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