El objetivo del proyecto es crear textiles inteligentes que se pueden disolver antes de desechar.

Por Stakeholders

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Eldy Lázaro es una peruana innovadora que viene destacando en los Estados Unidos por su trabajo en el biodiseño. Ella junto a su equipo de investigadores han desarrollado una máquina que hila fibras hechas de gelatina para crear textiles inteligentes y que se pueden disolver antes de desechar.

Lázaro obtuvo la licenciatura de Arquitectura en la Universidad San Pedro de Chimbote, y continuó sus estudios de maestría en Diseño en la Universidad de California Davis. Actualmente, cursa el último año del doctorado en el Instituto ATLAS de la Universidad de Colorado en Boulder.

La diseñadora peruana contó que los textiles inteligentes combinan la electrónica con las formas textiles tradicionales. Sin embargo, también presentan importantes desafíos de sostenibilidad, por la cantidad de desechos que generan.

«Este proyecto contribuye a los esfuerzos de sostenibilidad centrándose en la integración de materiales de origen biológico que son biodegradables, compostables y reciclables en el diseño de textiles inteligentes», explicó para la agencia Andina.

El proyecto destaca por la innovación en los materiales que se usan y el desarrollo de un prototipo de máquina que crea fibras a partir de biomateriales como la gelatina. 

«Permitirá que los innovadores en textiles inteligentes exploren fibras de origen biológico (es decir, biofibras) e imaginen aplicaciones en textiles inteligentes sostenibles», añadió la investigadora peruana. 

El equipo de investigación exploró materiales sostenibles en este caso la gelatina, que es una proteína que se usa normalmente en la cocina e industria alimentaria, pero también en el sector cosmético y farmacéutico. 

«Es un material alimenticio común y también un desecho que normalmente termina en los vertederos. Por eso tratamos de recuperar esa gelatina y luego usar ese material para fabricar estas fibras que se parecen mucho a los hilos de lino”, señala Eldy Lázaro, líder de esta investigación que fue presentada en la Conferencia CHI sobre Factores Humanos en Sistemas Computacionales en Honolulu.

La idea del equipo no es hacer ropa a base de gelatina sino combinar las fibras sostenibles con materiales textiles más comunes como el algodón, por ejemplo. Otra de las ventajas de las biofibras es que se pueden disolver, es decir se pueden reciclar o reutilizar por separado de las otras fibras comunes. “Digamos que a temperaturas a 80 ó 90 grados se pueden disolver y crear esa separación de desperdicios”, agrega Lázaro.

Crean la primera máquina que hace fibras con gelatina

La máquina que ha desarrollado este equipo de investigación utiliza una jeringa de plástico para calentar y exprimir gotitas de una mezcla de gelatina líquida. Luego, dos juegos de rodillos de la máquina tiran de la gelatina, estirándola hasta formar fibras largas y delgadas. En el proceso, las fibras también pasan por baños líquidos donde los investigadores pueden introducir tintes de origen biológico u otros aditivos al material para hacerlos más resistentes.

La investigadora explica que normalmente las fibras textiles se hacen en máquinas muy grandes o industriales y solo tienen acceso a ellas los ingenieros o expertos en ciencias de materiales, pocas veces los diseñadores o el público en general.

“La idea era poder traer el conocimiento de esas máquinas grandes para poder crear fibras y hacerlo en algo más pequeño como una impresora 3D. Entonces hemos creado una máquina de prototipado para poder crear las fibras de un material biobasado en este caso de gelatina. Para hacer las fibras necesitamos solo tres ingredientes: agua, gelatina y alcohol. Con las fibras puedes crear hilos y finalmente tejidos”, señala.

Se espera que otros investigadores y diseñadores utilicen esta máquina de código abierto para desarrollar otras fibras sostenibles. Aproximadamente $560 se invirtieron para el desarrollo de este primer prototipo.

“La idea es que más diseñadores y más gente que esté interesada en la innovación textil puedan probar esta tecnología. Adueñarse de la herramienta y la usen para el tipo de innovación que más se adapte a su contexto local. No existía ninguna máquina de prototipado que pudiera crear fibras sostenibles. Como mencioné uno de los retos más grandes que existe para innovar en fibras es el poco acceso que se tiene a estas máquinas por ser super costosas y muy grandes. Lo que hicimos fue desarrollar esa máquina pero a una escala mucho más pequeña”, explica la diseñadora peruana. 

También podrían experimentar con el hilado de fibras similares a partir de otros ingredientes naturales como la quitina, un componente de los caparazones de cangrejo o el alginato que proviene de las algas.







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