La ley aún se encuentra pendiente de ratificación y podría entrar en vigor a finales de 2026. Aquí te detallamos algunas claves para entender este hito legislativo.

Por Stakeholders

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Después de intensas negociaciones, Bruselas ha logrado un acuerdo provisional sobre la regulación de la inteligencia artificial (IA) en la Unión Europea. Este proyecto de reglamento, aún sujeto a ratificación por el Parlamento Europeo y los Estados miembros, busca asegurar la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales en los sistemas de IA, al mismo tiempo que impulsa la innovación para posicionar a Europa como líder en este ámbito frente a China y Estados Unidos.

«La ley de inteligencia artificial de la UE es pionera en el mundo. Un marco legal único para el desarrollo de esta tecnología en el que se puede confiar», destacó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Aquí te presentamos cinco claves fundamentales de este hito legislativo:

1. Riesgo y restricciones:

Las reglas establecidas permiten o prohíben el uso de la IA según el riesgo potencial y su impacto en la sociedad. A mayor riesgo, más estrictas son las restricciones. Los sistemas con riesgo limitado deben cumplir con obligaciones de transparencia leves, mientras que aquellos de alto riesgo, como los que influyen en procesos electorales, solo podrán usarse si demuestran respeto a los derechos fundamentales.

2. Vigilancia biométrica bajo control:

El uso de cámaras de reconocimiento facial por las fuerzas del orden en espacios públicos, una cuestión sensible, estará sujeto a autorización judicial y restricciones específicas. La vigilancia «post remota» se aplicaría selectivamente en la búsqueda de personas condenadas o sospechosas de delitos graves, mientras que la vigilancia «en tiempo real» estaría limitada para casos como la prevención de amenazas terroristas y la búsqueda de víctimas de secuestro o explotación sexual.

3. Usos prohibidos de la IA:

Algunos usos de la IA se consideran inaceptables, incluyendo sistemas de categorización biométrica con datos sensibles, la extracción no dirigida de imágenes faciales para bases de datos de reconocimiento facial, reconocimiento de emociones en entornos laborales y educativos, puntuación social basada en comportamientos, y sistemas de IA que manipulan el comportamiento humano.

4. IA generativa con vigilancia:

Los sistemas de IA generativa, como ChatGPT, deberán cumplir con criterios adicionales de transparencia. Deberán especificar si un contenido ha sido generado por IA, facilitando la distinción entre falsificaciones y auténticas. Además, se impondrán restricciones para prevenir la generación de contenido ilegal, con la obligación de publicar resúmenes detallados de datos protegidos por derechos de autor utilizados en su desarrollo.

5. Sanciones y multas:

El incumplimiento de estas normas puede acarrear multas significativas, que van desde 35 millones de euros o el 7% del volumen de negocios global hasta 7,5 millones o el 1,5% del volumen de negocios, dependiendo de la gravedad de la infracción y el tamaño de la empresa.

Este acuerdo, aún pendiente de ratificación, podría convertirse en ley y entrar en vigor a finales de 2026, marcando un hito en la regulación de la inteligencia artificial a nivel mundial. Las comisiones de Mercado Interior y Libertades Civiles del Parlamento Europeo serán clave en la próxima votación sobre este trascendental acuerdo.







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