Por RONNY FISCHER - Director del Centro de Sostenibilidad de la Universidad de Lima

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El cambio climático suele relacionarse únicamente con las alteraciones en la temperatura. Sin embargo, estas consecuencias pueden tener otro tipo de repercusiones. Por ejemplo, pueden afectar la disponibilidad del agua, generar incendios forestales y deshielos en los polos ―que incrementan alarmantemente el nivel del mar―, e incluso disminuir gravemente la biodiversidad a nivel mundial, lo que facilita la propagación de agentes patógenos responsables de enfermedades1 .

Lograr que los Gobiernos y las empresas privadas inviertan proactivamente en iniciativas ambientales requiere de mucho esfuerzo y de políticas públicas que promuevan dicha práctica. Al respecto, la Universidad de Lima ha identificado tres aristas fundamentales para combatir su impacto. La primera se vincula con ciudadanía y ciudades, cuyo enfoque es la protección de los ecosistemas más vulnerables, como los marino-costeros. Esta se desarrolla mediante jornadas de limpieza de playas y sensibilización en el marco de programas de voluntariado2. Bajo el mismo modelo, las jornadas de arborización en zonas eriazas son acciones clave en la lucha contra el cambio climático3.

«Lograr que los Gobiernos y las empresas privadas inviertan proactivamente en iniciativas ambientales requiere de mucho esfuerzo y de políticas públicas».

La segunda arista apunta a sensibilizar a la comunidad Ulima sobre el impacto ambiental de sus actividades mediante estrategias de campus circular, como la gestión de los residuos sólidos y de los residuos orgánicos, cuyo manejo inadecuado genera metano, un gas de efecto invernadero (GEI) 25 veces más potente que el dióxido de carbono. En esta línea, en 2023 se implementó un proyecto de gestión de los residuos sólidos orgánicos de uno de los comedores de la Universidad, en el que 869 kilogramos de estos residuos se convirtieron en compost que fue empleado para fertilizar distintas áreas verdes del campus Ulima. Con esta iniciativa se dejó de emitir 525,8 kilogramos de CO2 eq.

Además, en alianza con la Asociación del Niño Quemado (Aniquem), se han valorizado más de 18 290 kilogramos de papel, cartón y plástico, lo que ha tenido un impacto no solo ambiental, sino también social. Con esta valorización se logra costear los gastos requeridos por pacientes con quemaduras graves que no pueden financiar su tratamiento. Finalmente, conscientes de la necesidad de disponer los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) generados en el campus, y en cumplimiento de la normativa ambiental, se trabaja con la empresa ReVo4 para el manejo seguro y ambientalmente responsable de dichos aparatos en desuso. Asimismo, recientemente se instaló un contenedor exclusivo para los RAEE de la comunidad universitaria. Como consecuencia de ambas iniciativas, se ha valorizado un total de 8587 kilogramos de RAEE durante 2023.

La tercera arista se enfoca en el monitoreo y la gestión de los indicadores ambientales. En esta labor, la medición de la huella de carbono es fundamental para establecer una línea base y priorizar las acciones ambientales5 . Otra herramienta son los informes de gestión, como el Reporte de Sostenibilidad en Universidades Peruanas (RSAUP) del Minam, en la que la Ulima se ubica cuarta en la categoría de gestión ambiental.

El reto es grande y aún existen metas por cumplir en materia ambiental, sin embargo, queda demostrado que, a través de la generación de alianzas, la sensibilización y el diseño de iniciativas sencillas pero potentes, estaremos un paso más cerca de frenar los efectos negativos del cambio climático en el planeta.

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1 Según Greenpeace México (2019), enfermedades como dengue, paludismo, asma, tuberculosis, ébola, fiebre amarilla, cólera, diarrea, parásitos intestinales, hipotermia, tracoma y peste.

2 A la fecha, se han realizado cuatro jornadas de limpieza de playas con la participación de 121 voluntarios de la comunidad universitaria.

3 Desde 2023, se ha logrado ejecutar siete jornadas de arborización en las que se plantaron 707 árboles de la mano de 295 voluntarios de la Universidad.

4 Sistema de manejo colectivo de RAEE.

5 La Ulima ha calculado por tres años consecutivos su inventario de gases de efecto invernadero a través de la plataforma Huella de Carbono Perú del Ministerio del Ambiente (Minam).







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