Su nombre completo era Jean Leopold Nicolas Frederic, Barón Cuvier. Vivió de 1769 a 1832 y fue más conocido como George Cuvier, naturalista y zoólogo. Es considerado por algunos como el padre de la paleontología. Sin su trabajo comparado de animales vivos con fósiles, la anatomía y la paleontología hoy en día serían muy distintos. No obstante, también fue el padre del racismo científico.
Cuvier fue el primero en establecer la extinción de una especie como un hecho científico. Hasta él, la extinción era considerada una especulación controversial. Entre otro de sus descubrimientos, estableció que unos huesos encontrados en América del Norte pertenecían a una especie extinta de animal similar al elefante, al que llamó mastodonte. De igual manera, les puso el nombre a otras especies sobre la base de restos encontrados en otras partes del mundo. Nada de esto, sin embargo, borra el hecho de que él fuera el que propusiera que había diferencias físicas y habilidades mentales distintas entre grupos raciales. Estas fueron ideas terribles que terminaron dando como resultado a fanáticos racistas que se basaron en ellas para actos históricamente deplorables posteriores.
Quizás sea sorprendente que un mismo naturalista, Cuvier, haya sido el que le puso el nombre al megaterio, al pterodáctilo y al mosasaurio. No solo eso, sino que fue uno de los primeros investigadores que sugirió que la Tierra en tiempos prehistóricos había estado dominado por reptiles y no por mamíferos. Todo esto es aún más impresionante si se considera que en el momento en el que Cuvier estaba publicando no había evidencia aceptada de la evolución de las especies. Charles Darwin aún no había hecho su viaje alrededor del mundo para recolectar las muestras que le darían validez a su teoría. Aun así, no debemos dejar de recordar que Cuvier también mantuvo a Sarah Baartman cautiva para hacerle experimentos en contra de su voluntad, debido a sus malformaciones de nacimiento. Semejante atrocidad ya debe de haber sido considerada inaceptable incluso en el siglo XVIII.
«Cuvier fue el primero en establecer la extinción de una especie como un hecho científico. Hasta él, la extinción era considerada una especulación controversial».
Me parecía curioso este personaje frente a la situación que vivimos actualmente de cambio climático. Los efectos de la contaminación y de la industria humana ya están aquí. Son innegables. Las alteraciones a los patrones del clima son una realidad. Y ni así se ponen la camiseta todos.
A Cuvier lo siguieron muchos. Entre los pensadores a los que influyó directamente podemos mencionar al biólogo y geólogo Louis Agassiz en Estados Unidos, al biólogo y paleontólogo Richard Owen en Gran Bretaña y al emperador Napoleón Bonaparte en Francia, entre otros muchos. Muchos lo admiraban y lo seguían. Esto a pesar de sus ideas tan políticamente incorrectas y sus prácticas inhumanas de experimentación en personas.
Pero hacerle caso a los científicos y a los activistas que advirtieron del cambio climático, de sus consecuencias y de los problemas que traería… Ah, no. Eso no, por supuesto. Ni siquiera hoy en día, con todo lo que estamos viendo de primera mano. Sin embargo, está bien, porque no todo está perdido.
Una nueva generación de ambientalistas que buscan encontrar soluciones a los problemas, en vez de bloquearlo todo, puede ser la que nos saque del hoyo. Los que tratan de encontrar la manera de cuidar el medio ambiente, sin que eso implique desempleo, menor producción, etc. Aunque, por supuesto, esa ola llegue al Perú con décadas de retraso.