La adopción de vehículos eléctricos (VE) en las grandes ciudades se enfrenta a un obstáculo considerable: la falta de infraestructura de carga rápida y accesible. En Nueva York, donde la congestión del tráfico y la contaminación ambiental son problemas crecientes, los “árboles” de carga rápida en las aceras nacen como una solución innovadora. El éxito de los “Deap Trees” dependerá de su capacidad para superar los desafíos técnicos y regulatorios, así como de la adopción generalizada de vehículos eléctricos con capacidades de carga ultrarrápida.
El objetivo es llevar estos puntos de carga de VE a las calles con “Deap Trees” (Puntos de Acceso de Energía Distribuida). Estos “árboles” de carga, más elegantes y altos que los cargadores convencionales, buscan incorporarse al paisaje urbano sin el desorden de cables que dificultan el paso y el acceso a las calles.
Su diseño incorpora un brazo giratorio con bisagras que baja el cable de carga y lo eleva nuevamente después de su uso. Esta flexibilidad los hace compatibles con cualquier modelo de VE, independientemente de la ubicación de su puerto de carga.
La velocidad es clave para la adopción masiva de vehículos eléctricos en entornos urbanos. Los cargadores de nivel 2, aunque más comunes, requieren varias horas para cargar completamente un vehículo eléctrico, lo que significa ocupar un espacio valioso en la acera durante largos períodos. Los cargadores rápidos de corriente continua (DC), capaces de cargar una batería en menos de una hora, son costosos de instalar y a menudo requieren actualizaciones significativas en la red eléctrica.
Esta capacidad de carga ultrarrápida incrementa significativamente la cantidad de vehículos que pueden utilizar el punto de carga cada día, lo que los convierte en un catalizador para la adopción generalizada de vehículos eléctricos. Estos “árboles” se conectan a la red eléctrica existente y brindan carga rápida sin sobrecargar la infraestructura de los edificios cercanos.
Además, la compañía está diseñando sus cargadores para que sean bidireccionales. En el futuro, los vehículos conectados a la red, incluso cuando estén completamente cargados, podrán suministrar energía a los edificios cercanos durante los períodos de mayor demanda. Sin embargo, aún existen desafíos que superar. La mayoría de los VE actuales no están preparados para manejar la carga bidireccional ni velocidades de carga superiores a 350 kW.
Nueva York tiene como meta alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, con el 80% de los viajes realizados a pie, en bicicleta o transporte público. Para lograr esto, la ciudad requerirá 1,6 millones de vehículos eléctricos, respaldados por una red de casi 160.000 cargadores de nivel 2 y 60.000 cargadores rápidos. La ciudad tiene programado licitar la instalación de otros 10.000 puntos de carga.