Por Stakeholders

Lectura de:

POR MANUEL ARANA OVIEDO – Consultor Asociado de Soluciones Conjuntas

¿Cuándo aprendimos acerca de la importancia del reciclaje? En mi caso, recién se volvió visible en mi época de universidad. No gracias a algún profesor, compañero o proyecto. Fue gracias a mis recorridos por la ciudad en la que estudiaba. Caminando cerca del mercado más grande, conocí a los recolectores de cartones, vidrio y jabas de madera. Todos informales, como la mayoría de los trabajadores en el Perú. Conversé con ellos en varias ocasiones acerca de su trabajo, sus ingresos y sus vidas. Como estudiante de economía me inquietaba cómo generaban valor desde lo que los demás desechábamos, valor que era invisible desde la formalidad. Con ellos aprendí sobre el reciclaje, su importancia para el medio ambiente de la ciudad y el potencial económico que escondía.

Posiblemente usted, apreciado lector, no tenga duda ya de la necesidad de la transición de una economía lineal a una economía circular. Como en todo proceso de cambio, las personas somos el centro, ya sea generándolo o adaptándonos. El reciente informe del World Economic Forum, The Future of Jobs 2023, encuentra a los empleos en sostenibilidad como algunos de los más demandados en el futuro próximo y a las tecnologías para la gestión ambiental entre las principales habilitadoras de nuevos empleos.

En ese contexto, la transición de nuestra economía hacia la circularidad nos da la oportunidad de integrar a quienes aún, en muchas partes del país, siguen siendo invisibles. Recién en 2019 se realizó el primer censo de recicladores.

Según el censo, alrededor de 180 mil personas se dedican al reciclaje en el Perú, de manera formal o informal, y más de 500 mil personas dependen de esta actividad. Las asociaciones formales de recicladores les brindan mayor seguridad y la posibilidad de trabajar de la mano con las organizaciones titulares de la gestión de residuos, las municipalidades, y articular con otros actores. Aún así, su trabajo es precario.

Diversas organizaciones, especialmente ONG, empresas sociales y algunos gobiernos locales trabajan ya en fortalecer el rol de recicladores y recicladoras. Es justo en alianzas con estos actores que las empresas privadas tenemos la oportunidad de sumar a su integración a la formalidad. Su incorporación en nuestros programas para la gestión de residuos reaprovechables puede ganar mucho incorporando su experiencia y conocimiento, a la vez que les brinda mayores oportunidades de trabajo decente.

La presencia de recicladores y recicladoras ya no es invisible en las ciudades y tenemos en nuestras manos la posibilidad de dejar que sea una presencia marginal al reconocer el valor de su trabajo para nuestra sociedad. Como escribí al inicio, fue recién de adulto que conocí el reciclaje y el aporte de los recicladores a la sociedad. Afortunadamente, mi hijo que apenas inició primaria, los conoció más temprano. Aprendió directamente de ellos cómo segregar los residuos de casa y esta experiencia le permite valorar su importante trabajo. Los invito a hacerlo todos juntos.







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