Mirella Velásquez - CEO Hermes
Mirella Velásquez es CEO de Hermes.

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Mujeres fuertes, emprendedoras y exitosas

Historias que inspiran. A pesar de la desigualdad y la brecha salarial; Mirella, Karina y Ruth han sabido sortear dichos obstáculos para sobresalir en campos que en su mayoría están dirigidos por hombres. Conoce más de ellas.

Por Stakeholders

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Por: Denisse Torrico

Mirella Velásquez entró en 1999 a Hermes, a poco tiempo de salir de la Facultad de Ingeniería y con la esperanza de forjarse un futuro exitoso. Ella no se equivocó, pues 24 años después se desempeña como CEO de la empresa.

Cuando ella ingresó a la que ahora no es solo su empresa sino su hogar, el equipo era conformado en su mayoría por exmarinos, quienes se enfocaban en tareas de inteligencia. En vista de formar un equipo multidisciplinario y con el objetivo de ampliar más la visión profesional, su jefe decidió realizar una convocatoria a jóvenes talentos de la ingeniería. Allí entró Mirella.

«Me llamó la atención porque la mitad de este grupo (de jóvenes ingenieros) eran mujeres y en alguna forma él había buscado justamente tener ese balance dentro de esta nueva gestión», señala para Stakeholders.

Con el tiempo, asegura, este proyecto permitió el ingreso de varias mujeres en puestos importantes. Actualmente, Hermes se compone por un 40% de mujeres.

“Hicimos línea de carrera y también en los líderes operativos. La empresa empezó a invertir en capacitación, lo cual nuevamente en nuestro país es un privilegio”, señala Velásquez, quien es consciente que hay una brecha educativa reforzada por sesgos machistas.

Es justo en ese proceso de formación donde Mirella tuvo que sortear una serie de obstáculos. Recuerda que luego de hacer un test vocacional decidió estudiar Ingeniería de Sistemas en la Universidad San Martín de Porres. Gracias a su participación en la Selección Peruana de Vóley, en categorías menores, obtuvo una beca universitaria.

En su vida universitaria se percató de la brecha de género que existe en la sociedad. Ella era una de las pocas mujeres que ingresó a esa carrera y narra cómo debió cambiar su pensamiento, para así hacer prevalecer su derecho a ser respetada.

«Yo asumí que era así, asumí que me tenía que cuidar, que tenía que esperar que pase el bus vacío para poder subir. Asumí cuando no debes de hacerlo. Lo que debes hacer es expresar lo que te incomoda», señala al reflexionar sobre la responsabilidad que se le da a la mujer a diario.

Tras un consejo de su madre y el impulso de su padre para que no se rinda, venció su timidez y terminó de estudiar la carrera que ahora ama desarrollar. Sin embargo, es consciente que se necesita el trabajo de todos los actores; Estado, inversión privada y la sociedad civil, para lograr la deseada igualdad.

«Yo no puedo pretender decir que somos, al día de hoy, iguales porque venimos de una sociedad muy machista de lo que tenemos que hacer es construir ese camino», dice con esperanza.

Así es Mirella Velásquez. Una gran profesional, madre de tres hijos, buena hija y amiga. «Yo soy una firme convencida de que el valor lo tenemos en nuestros conocimientos y competencias, y a partir de eso construimos capacidades», finaliza.

Vencer los estereotipos hacia las mujeres en el mundo laboral es uno de los principales desafíos en las compañías, sobre todo en sectores tradicionalmente masculinos. De eso también sabe Karina Mamani, una ingeniera electrónica que pertenece a la empresa Indra.

Sus conocimientos y su perseverancia la convirtieron en la primera mujer en trabajar en la estación base de Movistar en Puno, su ciudad natal.

Ella destaca que el proceso no fue fácil. Fue gracias a las capacitaciones que recibió sobre prevención del acoso y empoderamiento femenino que pudo tener seguridad y así potenciar su capacidad profesional.


Emprendimiento, sinónimo de independencia femenina

Las mujeres vienen desarrollando un rol protagónico en la actividad empresarial, pues cada vez son más las que se animan a lanzar sus propios negocios. El emprendimiento femenino creció un 15.6% en el Perú durante el 2022, según el portal Alegra.com.

Un claro ejemplo es Ruth Morales, una joven emprendedora que pertenece a la Asociación de Releras de Constante que nació hace año y medio.

Ella es una de las 20 mujeres que ofrecen una nueva e innovadora presentación para la venta del pez guitarra: deshilachado, deshidratado y sellado al vacío. Esto le otorga una mayor durabilidad al producto y calidad. Así, pueden comercializarlo con restaurantes de la zona y empresas de otras regiones.

“Podemos ofrecer a un mejor precio, hemos mejorado la inocuidad y hay una mayor optimización de tiempo para el consumidor final”, explica Ruth Morales, vicepresidenta de la asociación. Añade que aplicar procesos tecnológicos les permite darle un valor agregado a su cadena productiva.

Pero llegar a este éxito y el proceso de formalización no fue una tarea sencilla. Al igual que muchas mujeres en el mundo, ellas debieron equilibrar su vida personal con la laboral, priorizando labores del hogar en muchos casos.

Varias de las participantes de la asociación vivían en sus hogares señales de machismo que no reconocían en su momento. Al ser parte de este grupo de mujeres, lograron fortalecer su autoestima, seguridad, capacidad de liderazgo y ser autónomas económicamente.

“Nuestro objetivo es lograr aplicar una economía circular al 100%. Queremos trabajar con recursos hidrobiológicos y seguir promocionando el Chinguirito de guitarra como uno de nuestros platos bandera. No solo a nivel nacional, también, mundial. Porque sé que podemos”, explica Ruth una de sus metas.


Cifras que preocupan

Si bien existen casos como los de Mirella, Ruth y Karina; aún hay mujeres que luchan a diario contra la falta de oportunidades. Y es que todavía permanece una brecha salarial de 7 % entre hombres y mujeres, según la Encuesta de Remuneración Total 2022 de Mercer.

Además, las mujeres tienen también menos oportunidades para acceder a un empleo formal. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, el empleo formal se elevó a un 4,1% (62 mil) en las mujeres, mientras que en los hombres en 9,3% (211 mil personas) durante el año pasado.

Asimismo, en el caso de jefaturas, solo 3 de cada 10 ejecutivos son mujeres. Sin embargo las ventajas de tener equipos de trabajo que sean diversos y que cuenten con perfiles distintos ya son visibles a varios niveles. El 39 % de los directivos de compañías reciben capacitación en cómo organizar equipos de trabajo de manera equitativa e inclusiva. Asimismo, el 24 % de los directivos buscan asumir el compromiso de implementar acciones de diversidad, equidad e inclusión a un nivel individual y de equipo de trabajo, más que solo un compromiso a nivel de unidad de negocio.




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