Predicar la sostenibilidad en redes sociales es fácil. Compramos créditos de carbono y nos llamamos “agentes del cambio climático”, pero ¿realmente lo somos o nos encontramos rozando la línea del ‘greenwashing’?
Por Alessandra Landa
Colaboración escrita para Stakeholders
Calcula, reduce y compensa. La triada por excelencia para ser sostenible o por lo menos venderse como tal. En un contexto social, político y económico que nos demanda con urgencia acciones reales para enfrentar el cambio climático, muchas empresas adoptan iniciativas verdes sin saber realmente cómo serlo.
Mayra Montoya, especialista en sostenibilidad ambiental en A2G, cuenta cómo las organizaciones que no se encuentran correctamente asesoradas optan en primera instancia por calcular y compensar sus emisiones – de gases de efecto invernadero (GEI)- a través de créditos de carbono. Una herramienta que si bien es útil para demostrar responsabilidad ambiental y financiar proyectos sociales y ambientales se vuelve vacía si no se considera en la ecuación: transparencia, verificación y divulgación del cálculo de la huella de carbono. Así como un plan de reducción de emisiones a largo plazo con metas reales.
Y es que el greenwashing contempla implementar acciones de sostenibilidad, sí, pero engañosas. Un ejemplo general se da cuando las empresas plantean iniciativas ambientales como medir su huella de carbono, mas no buscan mejorar su performance ambiental. Es decir, no emplean una mejor gestión de sus residuos sólidos u optimizan el uso de sus recursos naturales, sino que solo ejecutan acciones que sean impresionantes para los consumidores y stakeholders, pero no profundas ni conscientes.
“Aquí recae el rol de guía por parte de las consultoras ambientales”, indica Angélica Ramos, gerenta de proyectos y negocios sostenibles en A2G, quien resalta que antes de pensar en compensar se debe analizar la cadena de valor. Ello con el objetivo de identificar qué fuente de emisión es la más alta y así diagnosticar qué necesita realmente la empresa.
“Pensamos que la Huella de Carbono es la única vía para ser sostenible, cuando puede que lo que se requiera sea una medición del consumo y uso del recurso hídrico. Algo bastante común para la industria textil. Por eso se requiere un diagnóstico ambiental”, destaca Ramos.
El boom de los eventos carbono neutro
En la línea de acciones que muchas veces no contemplan la reducción de emisiones de GEI están los eventos carbono neutro, una tendencia que se ha popularizado durante los últimos años. Solo debemos ver a Machu Picchu como primer destino turístico Carbono Neutral del mundo; la Carrera Nat Geo como la primera carbono neutral en el Perú; seguida de la maratón Lima42K o los eventos organizados por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
Todos ellos bien ejecutados son realmente positivos para la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, de realizarse apresuradamente y sin un acompañamiento profesional podría estar rozando la línea del greenwashing.
Para evitarlo, Karin Bartl, especialista senior en Huella de Carbono e Hídrica en A2G, comenta que es indispensable contar con la participación de un asesor ambiental durante la planificación de un evento carbono neutro. Durante esta etapa se debe identificar las fuentes de emisión de GEI, tales como tipo de combustible a ser utilizado, medio de transporte para el personal y materiales, entre otros. Y así reemplazarlas por vías más sostenibles, evitando el consumismo y centrándose en lo más relevante: neutralizar aquellas emisiones que no se pueden reducir por sí solas.
No obstante, para lograrlo se precisa un compromiso mutuo entre la organización y la consultora ambiental, ya que durante el proceso se requerirá constantemente de información interna que será más sencillo de obtener de contar con un área de sostenibilidad por parte de la empresa.
“Esta área no solo beneficiará a las empresas a agilizar sus procesos sostenibles, sino a adelantarse en iniciativas hacia la carbono neutralidad al 2050. Ser líderes”, puntualiza Bartl.
Creando conciencia ambiental
Un pilar sumamente relevante en la búsqueda de la carbono neutralidad -evitando el greenwashing– es la capacitación de los colaboradores. No solo en el sentido técnico, sino también en el ético.
“La formación de los miembros de la empresa en materia de sostenibilidad y cambio climático es esencial para el correcto desarrollo de las tareas relacionadas a Huella de Carbono e Hídrica y fundamental para motivarlos durante el proceso”, indica Angélica Ramos.
Y es que su aporte va más allá de la mejora corporativa, motivándolos a formar parte de un propósito más grande: la conservación del medio ambiente. A través de las capacitaciones, los colaboradores podrán comprender su rol en el mundo de la carbono neutralidad y conocerán maneras de cambiar sus hábitos por unos más ecoamigables. Por ejemplo, movilizarse en transporte público para ir a la oficina, fomentar el carpool con sus compañeros de trabajo, impulsar el reciclaje de residuos en el ambiente laboral, entre otros.
Todo ello con la intención de que el conocimiento obtenido sea replicado en otras áreas de su vida. Tal como el rol de consumidor responsable, que cada vez va siendo más considerado por la población peruana.
“Ahora más jóvenes están dispuestos a pagar por productos sostenibles, una postura que antes se encontraba muy alejada de nuestra realidad. Aquí recae la responsabilidad de las empresas de informar y concientizar a los consumidores sobre las consecuencias para que cada vez más usuarios prioricen la variable de sostenibilidad sobre la del precio”, explica Angélica Ramos.
Carrera al 2050
Finalmente, hay que recordar que es todo un reto ser carbono neutro. No solo se basa en calcular, reducir y compensar emisiones; sino en generar un escalamiento en sus proveedores y stakeholders. No es fácil, pero tampoco es imposible. Solo se re[1]quiere un compromiso real que debe ser asumido desde ahora si es que se espera alcanzar un balance neto de cero emisiones al 2050.
“Por ahora muchas empresas no lo ven como una desventaja, pero ser carbono neutro toma tiempo y compromiso. Se requiere que la huella de carbono sea verificada por medio de un tercero, se divulgue a las partes interesadas y que vaya de la mano con un plan de reducción de emisiones acorde a regulaciones y tratados internacionales como el Acuerdo de París”, concluye Mayra Montoya.
Y es que la carbono neutralidad se trata de eso, de asumir un compromiso real por la preservación de nuestro planeta y ser pioneros en una lucha que muchos no están dispuestos a iniciar.