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Derrame petrolero en Ventanilla dejará daños a largo plazo en zona afectada

Por Stakeholders

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Aves guaneras, pingüinos de Humboldt, gaviotas, chuitas, nutrias marinas, entre otras especies, figuran en la lista de las más afectadas tras el derrame de petróleo, que se convirtió en un desastre ambiental en Ventanilla. A pesar del proceso de recuperación de la zona afectada, los efectos negativos perdurarán por muchos años según los especialistas consultados por Stakeholders.

Por Renzo Rojas
rrojas@stakeholders.com.pe

El derrame de petróleo ocurrido en Ventanilla, en la Refinería La Pampilla, ha sido calificado por muchos como el peor desastre ambiental del Perú en los últimos tiempos. Razones existen, dado que las actualizaciones de los reportes revelaron que en verdad fueron cerca de 12 mil barriles de crudo vertidos al mar, casi el doble de lo que se informaba al inicio.

Este accidente, acontecido a inicios de 2022, ha traído consigo también para la zona afectada consecuencias a largo plazo, sin duda alguna. En comunicación con Stakeholders, Jessica Galvez-Durand, directora de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del SERFOR, menciona que esto se debe a que una parte del petróleo y sus componentes tóxicos permanecerán en el agua y llegarán al sustrato marino, donde pueden estar por mucho tiempo.

“Es decir, después del primer impacto en el que se produce la muerte de la gran mayoría de organismos presentes, se empezará una recuperación lenta del ecosistema. Sin embargo, las consecuencias se mantendrán por años, quizás décadas”, explica.

Perjuicios a futuro

La magnitud del impacto es considerable si se toma en cuenta que fue en el mar y no en tierra. En ese sentido, la gravedad, incluso más allá de lo derramado, radica en la expansión del hidrocarburo que pone en peligro al ecosistema marino, especialmente al peruano que es tan rico en biodiversidad. Elsa Galarza, ex ministra del Ambiente y directora de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, profundiza acerca de los efectos negativos.

“Cuando ocurre un derrame de petróleo en el mar, se forma una capa sobre la superficie del agua que evita que el sol pase, lo cual es necesario para que se dé el proceso de fotosíntesis. Lo primero que ocurre es que mueren todos aquellos organismos que necesitan de esta luz para vivir. Luego está la contaminación propiamente dicha, el petróleo sin duda tiene muchos compuestos tóxicos que contaminan”, señala.

Si in situ las consecuencias son graves, a nivel orgánico las especies también se ven perjudicadas por incidentes como los derrames de petróleo. La directora de SERFOR indica que, a pesar de que haya organismos que sobrevivan a este escenario, habrá alteraciones a nivel de los ciclos de vida, reproductivos y también en el comportamiento de los animales.

Más preocupante aún es, prosigue, la presencia de componentes tóxicos del crudo en la cadena trófica, lo cual puede desembocar en una afectación a la salud humana a través de la alimentación. “La contaminación no desaparece, sino que se acumula o se dispersa, y va a llegar incluso a nuestros platos de comida a través de la carne del pescado que consumimos”, argumenta Galvez-Durand.

Asimismo, testigos presenciales en el litoral afectado indicaron observar muchas especies cubiertas de petróleo tras el accidente. En esa línea, personal de SERFOR acudió a la atención de fauna silvestre como aves guaneras (guanay, piquero), pingüinos de Humboldt, zarcillos, gaviotas, cormoranes, chuitas, nutrias marinas, las cuales de por sí estaban catalogadas como amenazadas.

“En el caso de las aves, al estar el petróleo en sus plumas, pierden esa protección natural frente a las temperaturas, por lo que pueden morir muchas por hipotermia. Además, al tratar de retirar el petróleo de encima lo pueden ingerir y mueren”, detalla Elsa Galarza acerca de cómo se ven perjudicadas estas especies.

Necesaria respuesta inmediata

Las acciones al instante en respuesta ante este tipo de incidentes son cruciales para evitar el mayor daño posible. Fátima Contreras, especialista legal, Política y Gobernanza Ambiental de la SPDA, menciona que tras la emergencia se debieron desarrollar acciones inmediatas como control de fuente, asegurar el área, contener el derrame, entre otras.

“Sin embargo, estas acciones fueron tardías por lo que el derrame se expandió en el transcurso de los días a lo largo del litoral. Lo prioritario es la limpieza del derrame y su contención a fin de que no se continúe expandiendo. Luego de ello, se deberá pensar en la rehabilitación y remediación de la zona”, manifiesta la representante de SPDA.

Comparte esta consideración Juan Carlos Riveros, director científico personal de la ONG Oceana, quien subraya que las acciones de contingencia que se vieron de parte de Repsol, empresa operadora de la Refinería La Pampilla, fueron muy artesanales ante el grado del desastre, al menos en el primer momento.

“Realmente sorprende que una empresa de la magnitud y prestigio que es Repsol, tenga un sistema casi primitivo, por decirlo de alguna manera, de trabajo ante este escenario”, indica Riveros.

Proceso sancionador

Lo que sucedió en el mar de Ventanilla ha llevado también a que el gobierno tomé serias medidas para la solución de este escenario, involucrando a Repsol y movilizando a las entidades correspondientes para vigilar por que el proceso de recuperación sea el correcto. Algunas decisiones que resaltan, por ejemplo, fueron la declaratoria de emergencia ambiental por un periodo de 90 días en la zona marina costera afectada o las primeras sanciones impuestas a la empresa.

Precisamente, sobre el transcurso del proceso sancionador, Fátima Contreras señala que se activaron tres canales para determinar infracciones y responsabilidades, así como las sanciones correspondientes. De esta manera el Oefa es, desde el lado administrativo, encargado de las investigaciones correspondientes, del mismo modo que Osinergmin y Sernanp pueden iniciar procedimientos al respecto.

“Por otro lado, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental – FEMA, ya habría iniciado la investigación penal para determinar responsables naturales por la presunta comisión del delito de contaminación ambiental, quienes enfrentarían una pena privativa de la libertad entre cuatro a seis años”, subraya Contreras.

Añade que otra posibilidad es que mediante la vía civil la Procuraduría del Ministerio del Ambiente prepare una demanda para determinar la responsabilidad civil por los daños y perjuicios que el derrame ocasionó al patrimonio natural del país. No obstante, en todo ello será importante que se pueda valorar el impacto negativo ocasionado, así como lo remarca Elsa Galarza.

“He escuchado mucho en los medios que estimar el daño es difícil. La verdad es que no. En realidad los economistas ambientales, tenemos una serie de metodologías para estimar el daño. El valor económico del daño ambiental. En el mundo se ha hecho”, manifiesta.

Lo cierto es que pese a la implementación de la limpieza en la zona, esta no compensará el daño ocasionado. Peor aún, a Juan Carlos Riveros de Oceana le preocupa el tiempo y las complicaciones que suelen tener este tipo de procesos sancionadores. Recuerda que en algunos casos la empresa responsable no paga la totalidad económica de la sanción y sigue operando o hasta se vuelve reincidente en el delito.

“Entonces, qué tenemos al final del día, una situación en la cual se ha causado un enorme daño ambiental, social e incluso de salud pública y que no se va a resolver en el mediano o corto plazo”, concluye.




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