El G20 ha confirmado su compromiso por alinear sus acciones para contribuir a limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1,5 grados para fines de siglo. Sin embargo, un informe de Transparencia Climática revelaría que muchos de estos países aún no estarían preparados para lograrlo.
Luego de una estacional baja en las emisiones de gases de efecto invernadero debido a la pandemia del Covid-19, volvió a presentarse un incremento considerable en todos los países del G20. En ese sentido, se cree que Argentina, China, India e Indonesia superen sus niveles de emisiones de 2019.
Así mismo, los expertos del informe alertaron que, si no ocurre un cambio en los actuales planes nacionales de recorte de emisiones (NDC) de los miembros de este grupo, se podría presentar un incremento de la temperatura global de hasta 2,4 grados al final de siglo.
Se requiere concretar metas. Y es que países como China, Japón y Corea del Sur, a pesar de que expusieron metas más ambiciosas anteriormente, todavía deben presentar sus planes nacionales al respecto.
Es importante destacar, por otro lado, que los mayores recortes de emisiones corresponden a los planes presentados por Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE). Sobre ello, China ha reconocido la relevancia de estas acciones, pues forma parte de los países con mayores emisiones entre los integrantes del G20.
No obstante, países como Australia, Brasil, Indonesia, México y Rusia no realizaron ningún cambio en sus planes nacionales. De igual forma, el informe advierte que tanto en el caso brasileño como el mexicano, no se presentó ningún cambio en sus objetivos que disminuyan sus NDC, lo cual provocaría un disparo de las emisiones 2030.
Urgen cambios en planes
Por otra parte, el informe confirma que a todos los NDC revisados, presentados hasta abril pasado, les faltaría alcanzar 23 gigatoneladas de CO2 para lograr el objetivo acordado para contribuir a la desaceleración del aumento de temperatura hasta los 1,5 grados. Cabe recalcar, que el estudio enfatiza que dos tercios de esta desviación de carbono deben ser asumidos por el G20.
Así mismo, detalla que si la actualización de los planes de cada país del G20 se alinean con programas nacionales compatibles con dicho objetivo y, de igual forma, se comprometen a alcanzar cero emisiones netas en 2050, demandando un mayor esfuerzo en los más desarrollados, esta desviación podría reducirse en un 64%.
Otro punto preocupante que resaltó el documento fue que el incremento del 80.8% de la energía primaria disponible en el 2020 tuvo origen fósil en el G20. De igual forma, estimaba un aumento de ese porcentaje para este año, mientras continuaba el aumento del consumo de gas, lo cual sería contraproducente.
Por otra parte, la mayor concentración de combustibles fósiles entre los países más ricos del mundo se mantuvo igual. Incluso, puede decirse que, EE.UU, China e India impulsan el crecimiento estimado del consumo de carbón. Adicionalmente, es importante resaltar que el gasto que estos gobiernos orientaron hacia la recuperación ecológica fue de tan solo 300.000 millones de dólares, de un total de 1,8 billones de dólares.
Energías renovables para frenar el cambio climático
Por otra parte, el informe de Transparencia Climática expone también avances positivos como el crecimiento de la energía solar y eólica entre los miembros del G20, que han logrado nuevos récords de capacidad instalada en 2020. No obstante, los expertos recalcan que, a excepción del Reino Unido, los miembros del G20 no poseen estrategias concretas, ni a corto ni a largo plazo, para alcanzar el 100% de energías renovables en el sector eléctrico para 2050.
“Los miembros del G20 tiene que priorizar las inversiones en energías renovables (…) y acelerar el abandono del carbón”, afirman los expertos.
Mientras tanto, en el sector transporte, piden que los países del G20 apliquen políticas de cambio hacia combustibles bajos en carbono, de mayor electrificación. Como ejemplo de estas, estaría la prohibición de la venta en 2035 de vehículos con motores de combustión interna.
En cuanto a la construcción, demandan reducir la demanda energética de los edificios y exigen que todas las nuevas construcciones cumplan con los estándares de eficiencia y, de igual forma, cuenten con tecnologías que se alineen a la meta de emisión cero.
Por último, en el uso del territorio, solicitan que se destinen objetivos y políticas de deforestación cero y, que a su vez, se promuevan infraestructuras que respeten los bosques. Para el caso de la agricultura sugieren motivar la transición de la actual mayoritaria producción de carne hacia a otras dietas alternativas basadas en plantas.
Vía EFEverde