Por Stakeholders

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Por: Guillermo Vidalón del Pino

Ahora que el Vice Ministerio de la Interculturalidad ha sido designado como el “órgano técnico especializado en materia indígena”, dicha institución se convierte en instancia obligatoria y última del proceso administrativo que todo querellante “cultural” ante el Estado deberá de proseguir si desea aspirar a la resolución de su pretensión, dentro del ámbito del Poder Ejecutivo. 

Afortunadamente para muchos jurisconsultos, la ley de Consulta Previa deja la puerta abierta para que el o los descendientes de pueblo originario que se sienta(n) desoído(s), mancillado(s) o postergado(s) en lo que estime(n) “su derecho” pueda(n) “recurrir a los órganos jurisdiccionales”; es decir, “legem habemus, sed non est secuta”, “tenemos ley, pero no se acata”. 

O, lo que es lo mismo, se ha diseñado un mecanismo que podría postergar “hasta las calendas griegas” la resolución de un conflicto ocasionado por pretensiones de reconocimiento cultural, o lo que equivale a “Mora est iustitia denegata” (justicia postergada es justicia negada). 

La norma señala que los pueblos indígenas u originarios a ser consultados se identifican por las entidades estatales promotoras, lo que en buen romance quiere decir que unos burócratas asentados en Lima, provistos de conocimientos interculturales adquiridos en una institución de carácter occidental, como la universidad, serán los grandes decidores o, en el mejor de los casos, los consejeros eruditos de la autoridad para decirle al oído a quién sí se le debe otorgar el reconocimiento para, posteriormente, ser consultado sobre tal o cual resolución administrativa que emane del Estado. 

En un país mestizo como el nuestro, en el que por fin empezamos a reconocer lo valioso de las diversas manifestaciones culturales, de los aportes que cada uno ha hecho a esta gran comunidad que, tras casi doscientos años de república siquiera se admite como peruanos, que habitamos un mismo espacio geográfico al cual originariamente se denominaba “Virú” y, tras el aporte castellano se fue transformando en lo que con orgullo pronunciamos ¡Perú!, ¿no pudimos tener mejor idea que plantearnos el distinguirnos no para enaltecernos mutuamente sino para excluirnos? 

¿Estamos decididos a obnubilarnos y desconocer las evidencias exitosas que se muestran ante nuestros propios ojos?, permítaseme compartir la siguiente reflexión, la cocina peruana logra ser celebrada internacionalmente porque sus cultores la reconocen como una heredad que se ha nutrido desde diferentes aportes, todos igualmente valiosos. A ninguno de nuestros exitosos cocineros se le ha escuchado decir que se está desnaturalizando la tradicional cocina peruana porque a algunos de sus pares se les ocurrió añadir un ingrediente distinto de los señalados en “la receta original”. 

Todo lo contrario, el cocinero tradicional seguirá legítimamente en su espacio y el otro innovó, ninguno es mejor o peor, ambos aportan. La preservación de lo originario por un lado y la búsqueda de infinitas posibilidades por el otro, por eso es que el turista nunca podrá terminar de disfrutar la cocina peruana, porque siempre habrán nuevos y exitosos platos. 

La Consulta Previa trae consigo un gran riesgo, el potenciar la diferenciación por encima de los elementos que privilegian y fortalecen los sentimientos de pertenencia e identidad de la ciudadanía con relación al Estado Nación, cuyo sistema de gobierno constitucionalmente es unitario. 

La Consulta Previa fortalece el ejercicio de la autoridad y la democracia siempre y cuando los ciudadanos estemos dispuestos a aceptar que No otorga Derecho a Veto y que, por consiguiente, los resultados de cualquier “Consulta Previa”, tienen que traer implícito el acatamiento de la decisión de la autoridad nacional, eventualmente discordante con la del pueblo originario. 

De lo contrario, algunos podrían argumentar que si culturalmente somos diferentes y tenemos derecho a nuestro hábitat, ¿por qué rendir tributo a una ciudadanía de la cual subjetivamente no nos sentimos parte? Porque eso de que el Estado impondrá su voluntad, en el legítimo ejercicio del jus imperium a la minoría discordante no se lo cree nadie. ¿No nos queremos percatar de lo que está sucediendo en Puno cuando alguien se autocalifica como Aymara y decide per se autoerigirse como “presidente regional de facto”, ¿o alguien considera que quien resultó democráticamente elegido como presidente regional en octubre pasado, efectivamente, ejerce la autoridad? 

Recordemos que el “factual” presidente regional aymara desconoció una orden de una instancia jurisdiccional como es la fiscalía, impuso sus reglas, convirtió un recinto privado en un espacio con derechos equivalentes a los de la extraterritorialidad, propio de las sedes de las delegaciones diplomáticas. 

¿Se podrá realizar una Consulta Previa en Puno?, ¿quiénes participarán, los ciudadanos del distrito, la provincia, la región, todos los peruanos?, porque todos tenemos legítimo interés en que se aprovechen las potencialidades económicas del país, tal como lo hacen todos los países desarrollados. 

Ahora, “la papa caliente” está en el Vice Ministerio de Interculturalidad, quien será el encargado de hacer gala de sus dotes de “malabarista en la instancia procesal administrativa” para, posteriormente, el indígena u originario tenga que acudir al Poder Judicial en busca de reconocimiento previo a la aplicación de la Consulta Previa. Entonces, solo Dios sabrá si en el largo tiempo los peruanos de hoy nos seguiremos reconociendo así. 

Lamentablemente, no soy muy optimista al respecto, ojalá me equivoque. 







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