La búsqueda de la equidad es una tarea aún pendiente, así como saber cómo contribuir a ella desde el ámbito laboral, ya sea desde una pequeña o gran empresa. Silvana Fernández, gerente de Desarrollo Organizacional de Pacifico Seguros, indica algunas pautas de cómo reconocer y prevenir estos micromachismos.
Una manera de conmemorar el Día Internacional de la Mujer es identificar aquellas prácticas y actitudes que persisten y se necesitan cambiar para cerrar las brechas que atentan contra sus derechos y evitan su desarrollo pleno, siendo los micromachismos una de las prácticas más frecuentes.
Así, para generar un ambiente laboral seguro para las mujeres, hay que hacer un análisis de la organización y que todos tengan claro cuando ocurra e ir evitándolo de forma consciente. Por ello, Silvana Fernández, gerente de Desarrollo Organizacional de Pacifico Seguros, indica algunas pautas de cómo reconocerlos y prevenirlos.
“Los micromachismos son cotidianos y sutiles, y pueden darse en distintos ámbitos de la vida diaria, como en la familia, entre un grupo de amigos o en un espacio laboral. Parte del compromiso de cada empresa con sus trabajadoras es brindar un entorno saludable para que no se sientan limitadas frente a estas conductas” explica.
¿Cuándo ocurren? Debido a lo arraigado que están como sociedad, los micromachismos pasan desapercibidos, pero suelen presentarse como comentarios en una reunión de trabajo, en los sesgos que pueden aparecer durante la decisión de un ascenso (como pensar que las mujeres que son madres son menos comprometidas y no podrán afrontar grandes retos laborales), el comentario de un líder durante una reunión haciendo referencia a que las mujeres son las idóneas para organizar “fiestas” o hacer comentarios innecesarios sobre su vida personal.
¿Cuáles son sus efectos? Genera incomodidad, pérdida de motivación y culpa, produce una sensación de doble jornada, falta de confianza en sí misma y aumenta la desigualdad de oportunidades, así como fortalece estereotipos y prejuicios.
Identifícalos: Es necesario reflexionar sobre los comentarios y acciones que realizamos en dichos espacios: ¿estoy juzgando a la persona? ¿Estoy siendo ofensivo o minimizándola? ¿Estoy limitándola a algún rol en específico? ¿Estoy reproduciendo estereotipos? ¿Cómo reacciona esa persona?
Evalúa los porqué: Reflexiona en qué situaciones ocurren estos comentarios y acciones ¿por qué decir o hacer eso? ¿Está bien decir o hacer eso? ¿Es el momento adecuado? Es importante conversar como equipo de estas situaciones para que estas reflexiones se den en conjunto y los micromachismos se puedan identificar de mejor manera.
¿Cómo los combatimos? Las organizaciones necesitan identificar estas prácticas y actitudes, así como de las consecuencias negativas. Parte importante de la solución es considerar la equidad como un pilar fundamental en la estrategia general de la empresa. En base a ello, se debe capacitar a todos los colaboradores para generar conciencia y fomentar la reflexión respecto a sesgos inconscientes, estereotipos y micromachismos que atentan contra el bienestar de las personas y de la empresa.
“Por último, es de enorme importancia la elaboración de una política de equidad de género. Esto no solo enmarca todas las acciones que pueda realizar la organización, sino que provee de indicadores que permitan conocer si realmente las acciones tienen resultados positivos evidenciados en la disminución de este tipo de situaciones. Además, también ayuda a crear un ambiente laboral seguro, en el que las personas que presencien o sufran de algún micromachismo alcen la voz y no los toleren, evitando su reproducción a través del ejemplo”, finaliza Fernández.