Por Stakeholders
Lectura de:
Alvaro López Derpich
Managing Director
SGS Perú
En el 2019, el profesor Letian Zhang de Harvard Business School, publicó un interesante estudio de más de mil empresas en 35 países, sobre esta relación – tan analizada en los últimos años- entre diversidad de género y performance de la compañía. Uno podría pensar que el efecto positivo se da siempre, pero la investigación concluye que, en realidad, depende: Mientras más aceptada es la diversidad en un país o industria, más beneficios se obtienen de la misma. Este hallazgo reafirma la importancia del contexto social y la necesaria mirada al entorno para la toma de decisiones, ya que la cultura organizacional puede ser muy fuerte, pero aún en estos tiempos de globalización, sigue bajo el paraguas de la cultura del país o del sector.
Perú no participó en el estudio, pero si analizamos las posiciones que ocupamos en el Global Innovation Index (puesto 69) y en el Global Gender Gap (puesto 66), está claro que todavía tenemos mucho camino por recorrer. La buena noticia es que si se puede avanzar.
El año que se publicó esta investigación nos encontró en medio de un proceso de cambio y de toma de decisiones de mediano plazo enfocados en la innovación de nuestros servicios. Aprendimos en la marcha que la diversidad, en todo el sentido de la palabra, era una gran aliada, así que decidimos dar algunos pasos organizados en búsqueda de esta. No optamos por un esquema de cuotas, pero si trazamos objetivos y planes para mejorarla. Por ejemplo, definimos posiciones estratégicas donde queríamos contratar profesionales mujeres (todo un reto para nuestro headhunter) y como regla general, el aporte de una visión diferente y la suma a nuestra diversidad, se volvieron factores determinantes a la hora de decidir entre dos personas igual de competentes.
La implementación de estas medidas generó un círculo virtuoso. Algunos datos como muestra del avance: Hoy tenemos colaboradores de varios países, el 65 % de nuestro comité gerencial está conformado por mujeres, y a nivel país tenemos 75 % de millenials trabajando de la mano con nuestro equipo más experimentado. Los resultados han sido muy positivos, el desarrollo de nuevas ideas nos ha permitido posicionarnos en el top 20 global de nuestra corporación y superar un año 2020 que puso a prueba toda nuestra agilidad y capacidad de avanzar en un entorno incierto.
La innovación se alimenta de la curiosidad y del cuestionamiento constante, y ese ejercicio es más potente cuando los que participan aportan puntos de vista diferentes e inclusive antagónicos. Un país tan diverso como el nuestro tiene una potencial ventaja competitiva, pero capitalizarla requiere romper la inercia con acciones concretas para impulsar el rol transformador que tienen las empresas en la sociedad. Estamos un poco tarde, pero todavía estamos a tiempo. Que mejor punto de partida, que nuestro año del Bicentenario.
