Andrea Serrudo
Consultora de Sostenibilidad y Asuntos Públicos
La comunidad científica ha asegurado que esta pandemia, entre otras razones, es el resultado del estrés generado al mundo, por un consumo indiscriminado. Manifestaciones como el COVID-19 son solo la punta del iceberg. Al mantener un modelo de producción y consumo lineal, estas manifestaciones serán cada vez más evidentes y difíciles de revertir, tales como la ya anunciada crisis del agua. Este año, debe ser un punto de quiebre para que las empresas apuesten por una renovación de sus modelos, haciendo cambios estructurales y apostando por un futuro sostenible.
En el 2009, después de la crisis financiera, cerca del 80% de los ejecutivos indicó que esperaban reducir sus gastos en sostenibilidad o RSE. Esta información fue recogida y plasmada en un amplio análisis en el libro “The Green Giants”, donde la autora E.Freya Williams, también expone casos interesantes como los de la sueca IKEA y la americana TESLA; empresas que fueron creadas porque sus fundadores creyeron que actualizar los modelos de negocio existentes, incluyendo la sostenibilidad en la estrategia corporativa, sería un mejor negocio. Años después, vemos que esta visión les ha salido rentable, pues ellos fueron los “alguien más” que decidieron apostar por el futuro y crear organizaciones saludables.
Para entender el concepto de salud empresarial se puede hacer un símil con la salud de las personas. Si una persona tiene una buena alimentación, balanceada, sin excesos, y practica ejercicio, las posibilidades de que contraiga alguna enfermedad, son menores, y si la contrae, los efectos son menos agresivos. De igual manera sucede con las empresas, si su alimento: visión, misión, estrategia y políticas, están alineadas y encaminadas a construir valor para todos, enfrentar problemas del entorno le será más fácil pues contará con el respaldo de una red sólida de clientes, usuarios, trabajadores e inversionistas.
De un lado, vemos a una comunidad empresarial haciendo lo posible por sobrevivir, negocios grandes, medianos y pequeños luchando por arreglar un problema inmediato, pero no están pensando en la salud de sus organizaciones en el largo plazo.
Entonces, ¿cómo evitar una posición reactiva de las empresas y más bien brindarles salud a nuestras organizaciones?
- Apostar por un modelo de negocio sostenible, es decir, empezar a hacer cambios estructurales para generar valor; convirtiendo a la empresa en parte de la solución y no del problema.
- Generar confianza a través de una comunicación asertiva y honesta motiva la confianza con nuestro entorno. La honestidad es un valor del cual muchas empresas carecen, o si la predican, no la practican.
- Entender que lo único constante es el cambio y que la innovación es su principal soporte. Para lograrlo, no se requieren grandes inversiones, solo una cultura organizacional que lo motive y la voluntad de ejecutarlo.
Brindarles salud a nuestras organizaciones significa darle más vida, y no una vida cualquiera, sino una con significado. Durante la pandemia algunas empresas fortalecieron sus programas de responsabilidad social, siendo un auténtico soporte para la sociedad. Por ello, experiencias como esta deben convertirse en espacios de reflexión para evaluar si queremos que nuestras organizaciones sean un soporte o reales de motores de cambio.
El 2021 es la oportunidad perfecta para hacer el cambio que queremos ver. No esperemos que un año sea mejor que otro, si es que no hemos hecho nada para hacerlo diferente; sin duda, esa no es responsabilidad del calendario, es de nosotros.