Sólo el 35% de los matriculados en las carreras vinculadas a las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM, en sus siglas en inglés) en la educación superior son mujeres y el 3% de las estudiantes de la educación superior siguen carreras en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como detalla un informe de la UNESCO.
Si bien estas cifras representan una leve mejora en los esfuerzos para que más y adolescentes estudien carreras vinculadas a STEM, «son aisladas e insuficientes para lograr incentivar que las mujeres estudien carreras vinculadas a las ciencias y la tecnología», explica Jéssyca Sampe, directora de proyectos de Innova Schools.
En el día de las niñas y las adolescentes que se conmemora este 11 de octubre, es necesario analizar cuánto influyen los prejuicios y las expectativas sociales para que las niñas y las adolescentes no opten por una carrera vinculada a ciencia y tecnología. En el Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) las carreras que más estudian las mujeres son Educación (20,3%), Administración de Empresas (15,6%), Ciencias de la Salud (13,5%), Ciencias Económicas y Sociales (12,4%), Psicología (9,7%) e Ingeniería (8,7%).
“Si queremos que las niñas y las adolescentes de hoy tengan las mismas posibilidades de inclusión con empleos de calidad, se necesita que en la educación básica se trabaje, primero, con las familias para minimizar los prejuicios que existen para acceder a carreras vinculas a ciencias y tecnología porque en el círculo familiar aún se cree que las niñas y las adolescentes no tienen las mismas capacidades que los niños y los adolescentes hombres o consideran que sus hijas van a ser relegadas o marginadas en este tipo de carreras dominadas por hombres”, analiza Jéssyca Sampe.
En ese sentido, destaca la importancia de trabajar desde las escuelas con buenos mentores y guías que apoyen a las estudiantes a descubrir y desarrollar sus intereses hacia las ciencias y tecnología. Asimismo, lo fundamental de difundir y acercar modelos de mujeres científicas que han logrado seguir su vocación de tal manera que sirvan como referentes e inspiración.
“Es sabido que los países que invierten más en investigación y desarrollo sobre Ciencia y Tecnología, tienen mayores posibilidades de enfrentar mejor su futuro. Además, la formación del pensamiento computacional en la etapa escolar, no solo es una tendencia internacional de muchos sistemas educativos sino una necesidad para desarrollar las competencias que serán necesarias en un mundo tecnificado”, añade la experta de Innova Schools.
En ese sentido, Sampe concluye que, si las mujeres no están optando por carreras vinculadas a estas áreas, serán relegadas en las carreras que más demanda tendrán en el futuro, aquellas que pueden brindar además bienestar, sostenibilidad y desarrollo.