Por Stakeholders

Lectura de:

BERNARDO KLIKSBERG
Asesor de diversos organismos internacionales*

Las temperaturas promedio de la tierra siguen subiendo. El aumento del calor está produciendo en este momento nuevos resquebrajamientos en el Ártico, cortes drásticos de energía eléctrica en California, el riesgo de incendios de gran magnitud en Australia y el Amazonas. La causa central es la emisión creciente de gases venenosos a la cabeza de los cuales se halla el dióxido de carbono, producido por fuentes sucias de energía, entre las que resalta el carbón. Se estima que se están arrojando 6.000 toneladas anuales de dióxido de carbono a la atmosfera.

La presión de la opinión pública, y los consumidores para que las empresas reduzcan o eliminen su huella de carbono, se está intensificando. Entre sus expresiones, 100 economistas destacados encabezados por el Nobel de Economía Stiglitz, y por Jeffrey Sachs, exigieron en un manifiesto en el prestigioso diario inglés The Guardian, pasar a una era sin carbón, reemplazándolo por energías limpias.

Hay grandes progresos en la adopción de la sustentabilidad como un credo de las empresas. El movimiento Lean@green, que certifica empresas que avanzan en la eliminación de la huella de carbono, ha extendido esa certificación en los años recientes a 500 empresas relevantes europeas. Con el liderazgo de Paul Polman, de Unilever, está implementando un gran programa de eliminación de la huella de carbono. En la misma línea se hallan Patagonia, Danone, Ikea y otras empresas líderes. Apple ya ha conseguido ser carbono neutral en sus operaciones, pero quiere ampliar ello a la cadena de suministro y el ciclo de vida de sus productos.

Según un sondeo de Morgan y Stanley, el 85% de los inversores actuales están interesados en sustentabilidad. Asimismo, demandan sustentabilidad el 95% de los millennials.

También está claro el costo social y financiero que pueden pagar las empresas que causen daño público contaminando. Volkswagen, el líder mundial en producción de automóviles, termina de acordar el pago de 2.200 millones de dólares para cerrar las acusaciones legales en su contra por los Mercedez Benz que lanzó a la calle en EE.UU emitiendo gases venenosos que violaban los límites legales, y ocultándolos mediante un dispositivo tecnológico que los bajaba cuando sus autos eran inspeccionados por la agencia de control. Son solo una parte de los 20.000 millones que ya acordó anteriormente pagar por hacer eso mismo con sus autos regulares. Su reputación corporativa ha sufrido muy gravemente, y tuvo que reemplazar toda la cúpula empresarial.

El futuro será cada vez más de las empresas sustentables. Sus niveles de rendimiento en los mercados han sido mayores en los últimos 5 años a los promedios de los mercados financieros. En Europa en el 2019, 50 nuevos fondos les han aportado 668,000 millones de dólares en activos, el doble que en el 2018.

Los países que están en la frontera tecnológica de cambiar las energías sucias por limpias están cosechando resultados en reconocimiento colectivo, e interés de los inversores, y éxito económico. Han logrado que los costos bajen desde el 2009 en un 81% energía solar y un 46% en la eólica. Entre los más destacados, Dinamarca donde un 50% de las energías son eólicas, Suecia donde más de un 90% viene de la biomasa, Noruega donde más de un 90% es hidroeléctrica, y Alemania que está avanzando rápidamente a 2/3 de energía de fuentes alternativas.

América Latina debe sumarse activamente al gran movimiento público y empresarial hacia bajar las emisiones venenosas, y crear economía verde.

*Asesor de la ONU, FAO. OIT, Unesco, y otros organismos, y de empresas líderes de diversos países.







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