… Y en un momento todo cambió!
Prof. Darío Díaz
Docente del Programa Online de Gestión de Sostenibilidad de la Universidad de Piura
Los esfuerzos de muchas empresas peruanas para ser parte de la solución a los desafíos sociales y ambientales del país habían mostrado avances significativos en los últimos años; la agenda de sostenibilidad había comenzado a ser parte de los modelos de negocios.
La actual crisis sanitaria, económica y social demuestra que nos encontramos ante una nueva realidad: una creciente sensación de vulnerabilidad; cambios radicales en los modelos de negocios; más conciencia social y ambiental.
Y también hay un creciente escrutinio público sobre el rol de las empresas.
En un estudio que realizó APOYO Comunicación[1] se comprobó que el activismo negativo de los consumidores se ha casi triplicado versus el 2019. Estamos frente a un consumidor más dispuesto a expresar sus críticas o cuestionamientos en redes sociales.
¡Crisis! … pero también es un momento de empatía y solidaridad.
Según la plataforma «Perú Siempre”[1] ha habido más de 500 iniciativas solidarias en todo el país, por un monto que supera S/. 600 millones. La mayor parte han sido contribuciones financiadas por industriales medianos y empresas grandes, ya sea en forma directa o a través de gremios como SNI, CONFIEP, SNMPE.
O esa, muchas empresas han sido y están siendo empáticas y solidarias.
Sin embargo, siguen siendo cuestionadas por los peruanos …
En un estudio reciente se reveló que solo el 25% de las personas tenía una opinión favorable sobre la actuación que ha tenido el sector empresarial durante la pandemia.
Según César Vieira de APOYO Comunicación, hay “un fuerte escrutinio de decisiones y acciones internas, como recortes de personal, cambio en las condiciones laborales y la implementación adecuada de protocolos de salud para trabajadores, que también impacta en la intención de compra. Otra razón importante que gatilla cuestionamientos es el incremento de precios. Todos estos son temas que obedecen a decisiones complejas o no completamente bajo su control, y que tienen un impacto directo en el bienestar de las personas, y en la percepción que genera en la sociedad.”
Sin dudas que las empresas deben saber comunicar estas duras decisiones de manera clara, empática y acompañarlas de medidas que busquen mitigar los impactos negativos que puedan generar.
Pero también otro aspecto clave para comenzar a revertir la percepción negativa de la sociedad es saber comunicar las acciones positivas, las contribuciones que están haciendo las empresas. Este es un tema delicado: las acciones que hagan deben ser y ser percibidas como un aporte genuino, un interés de ayudar. Saber comunicar es también determinante.
¿Qué podemos esperar en los próximos meses?
El mundo post COVID-19 desafía a las empresas y a sus líderes a repensar la gestión y cómo trabajar en alianza con otras empresas, ONG y autoridades para lograr no solo objetivos de negocios, sino también alcanzar un propósito que las trascienda y que alinee y motive a trabajadores, clientes y a las nuevas generaciones.
El liderazgo ético e inspirador es un motor indispensable en este momento país, y la agenda de sostenibilidad, esa que había comenzado a desplegarse antes de la pandemia, cobrará aun más fuerza.
Sin dudas que la mayor oportunidad que tenemos es seguir trabajando para ser mejores personas y empresas.
[1] https://www.perusiempre.com, plataforma lanzada con el soporte de Arellano Consultoría para Crecer
[1] “Reputación en los tiempos del COVID-19”, junio 2020. APOYO Comunicación.