La Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es más de lo que aparenta y representa una enorme oportunidad en aras de mejorar la formación de profesionales. En el Perú, hay avances en la medida de que su incorporación a la Ley Universitaria delinea su desarrollo, pero se requiere de acciones concretas para su efectividad.
POR RENZO ROJAS
rrojas@stakeholders.com.pe
“Si queremos calidad, debemos desarrollarla RSU”. Con esta frase, François Vallaeys, director educativo de la Unión de Responsabilidad Social Universitaria Latinoamericana (URSULA), capitaliza su respuesta para este informe cuando se le consulta sobre cómo lograr una mejor calidad educativa en el Perú. Desde el 2015, y con motivo de la entrada en vigencia de la Ley Universitaria un año antes, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) ha certificado las Condiciones Básicas de Calidad (CBC) de las universidades peruanas a través del licenciamiento. El resultado más de cinco años después deja a un buen número de instituciones licenciadas, mientras que otras se han visto obligadas a cerrar. Pero ¿qué relación tiene la RSU con la calidad académica que todos los peruanos anhelamos? El presente informe es una aproximación a la respuesta de esta interrogante.
Al igual que en ámbitos empresariales, la RS en espacios académicos, como el universitario, puede verse reducida a programas de voluntariados y acciones aisladas del core business de la universidad. Si en entidades privadas con fines de lucro la RS se confunde a veces con filantropía, en la universidad también. Sin embargo, el panorama es alentador en cuanto al desarrollo de la RSU para los próximos años, ya que se cuenta con un marco legal que la respalda en la Ley Universitaria N0 30220.
Vallaeys hace un breve recuento en la definición de la RSU para referirse a la envergadura de los impactos de esta: “de la misma manera que la Responsabilidad Social en cualquier organización, según la ISO 26000, se trata de la gestión ética de los impactos de la organización, en este caso de la universitaria. No es filantropía, se trata de los impactos sociales y ambientales de la universidad, los cuales se dan en cuatro grandes ámbitos”.
Son cuatro aspectos en los que la RSU tiene impactos. El primero está relacionado a la gestión administrativa de la universidad:el campus, el personal administrativo, los proveedores, las compras, etc. El segundo es a nivel de formación, aquellos impactos educativos en tanto a la oferta de cursos, diplomados, títulos y demás que la entidad tiene con sus alumnos. El siguiente es el cognitivo donde la universidad tiene importantes impactos mediante la investigación que realiza y la selección de conocimientos válidos para la enseñanza, por ejemplo. El último es el impacto social propiamente dicho. Es decir, el que tiene la universidad en su territorio frente a todas sus partes interesadas por las cuales trabaja.
La Ley Universitaria contempla estos ámbitos anteriormente mencionados. Consultado para la elaboración de este artículo, Sergio Cuentas, director del Centro de Proyección y Responsabilidad Social Universitaria de la Universidad Nacional de Ingeniería (CEPS UNI), enfatiza en esto último: “su introducción, como fundamento de la vida universitaria, a través de la nueva Ley 30220, establece una política que a través de la gestión transversal de los impactos de sus cuatro ejes sustanciales: Formación Profesional, Investigación, Proyección social y Gestión, hace posible que la universidad cumpla con calidad, ciudadanía y cuidado del medio ambiente, su función dentro de la sociedad, dándole así pertinencia el conjunto de la actividad universitaria. Ponerla en práctica requiere, ineludiblemente, de la participación de toda la comunidad universitaria”.
Miu Huang Li, vicepresidenta de Sostenibilidad Corporativa de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL), comparte también que la implementación de Ley Universitaria ha sido a favor de la RSU: “ha logrado fortalecer la integración de la Responsabilidad Social dentro de la misión y quehacer de las universidades, dándole un propósito mayor que la de generar conocimiento, el ‘TRANSFORMAR’ la sociedad a través de la formación de los futuros profesionales con una perspectiva que va más allá que las competencias técnicas de la propia profesión; impulsando que la formación sea integral y trascendental, con acciones concretas que promuevan el desarrollo humano y contribuyan al desarrollo sostenible para el bienestar del país y del mundo”.
La RSU como un medio para la calidad
Teniendo en claro el alcance de los impactos de la RSU, es evidente que su despliegue no es paralelo a las actividades propias de la universidad como es la enseñanza y la investigación, sino que forma parte de su ADN. En ese sentido, no se puede hablar de calidad educativa sin RSU. El ingeniero Sergio Cuentas hace hincapié al respecto: “la respuesta es simple; sin RSU, no puede existir calidad académica en su moderno y estricto sentido, porque se tendría formación y creación de conocimiento carentes de pertinencia, poco útiles a la sociedad y la solución de sus problemas para alcanzar un desarrollo humano sostenible, respondiendo a los objetivos del milenio”.
Por otra parte, el director educativo de la URSULA propone buscar la calidad a través de la RSU y para eso apela también a la pertinencia social de las actividades de la universidad. Es necesario un enfoque en temas que ayuden a solucionar los problemas de la sociedad. De esta manera, desde la universidad se debe buscar que los alumnos sean partícipes a través de la investigación.
“En el Perú, hay ciento de miles de estudiantes que cumplen con actividades pedagógicas solo para obtener notas. ¿A dónde va ese esfuerzo? Una vez que la nota se obtiene desaparece. Si por lo menos pudiéramos poner el 20 % de esos esfuerzos al servicio de la sociedad, transformaríamos esos cientos de miles de estudiantes en una fuerza de desarrollo y es ahí donde el Estado debe trabajar. Ya hay una ley que es muy buena, que obliga a las universidades a poner un 2 % del presupuesto anual en RSU. El marco legal está”, sostiene François Vallaeys.
La Ley Universitaria N0 30220 es clara. Los artículos 124 y 125 del capítulo XIII establecen los lineamientos de la Responsabilidad
Social Universitaria y explican tanto la implicancia de la RSU como los medios de su promoción. Asimismo, resalta que el proceso de acreditación toma en cuenta la “responsabilidad social y lo concretiza en los estándares de acreditación, en las dimensiones académicas, de investigación, de participación el desarrollo social y servicios de extensión, ambiental e institucional, respectivamente”.
Miu Huang Li menciona que para el caso de la USIL trabajan con el Modelo de Formación por competencias, el cual les permite, entre otras cosas, orientar al docente y al estudiante en el desarrollo de habilidades blandas importantes para la RSU. En ese sentido, señala que “la calidad académica y la RSU van de la mano, en la medida de que el criterio y aprendizaje logrado por nuestros alumnos, a través de sus diversas experiencias universitarias dentro y fuera del aula, generan un impacto positivo en la sociedad”.
La normativa representa un espaldarazo para promover la RSU; no obstante, es necesario el involucramiento de todos los actores del sector. La realidad peruana da cuenta de que la centralización educativa afecta a las diferentes regiones del país, en menoscabo de una igualdad de calidad de educación para todos los jóvenes. De este modo, acoger la RSU ha sido un proceso difícil y también distinto dependiendo dela realidad que afronta cada universidad. Sergio Cuentas comenta queparael caso de la UNI no fue suficiente contar con un marco legal, ya que era requisito vencer ciertas barreras internas de la institución.
“Como toda reforma, no bastan disposiciones normativas para implementar la RSU en las universidades, ni los sendos acuerdos de sus órganos de gobierno. En primer lugar, debía vencer la fuerte resistencia de parte de los afectados que inmediatamente sentían peligrar sus intereses y la indiferencia de la mayoría de los beneficiarios, incapaces de advertir, en lo inmediato sus efectos positivos a verificarse en el largo plazo. La RSU es un proceso que requiere el compromiso activo de todos los integrantes de la comunidad universitaria, proceso que ha avanzado en distinto grado en las diversas universidades del país”, explica.
Por ejemplo, integrar la RSU en la USILha implicado valorar el aporte de los estudiantes. MiuHuang Li cuenta que han tenido “una evolución muy rica de la RSU, la cual fue iniciada con acciones filantrópicas a través de la Alianza Social Universitaria (ASU) formada por un grupo de alumnos. Sus iniciativas fueron adoptadas por la universidad, cobrando cada vez mayor importancia hasta que a lo largo del tiempo la Responsabilidad Social y, ahora, la Sostenibilidad son uno de los cuatro pilaresinstitucionales de la universidad y de todo el Grupo Educativo USIL”
Existe otra cuestión: la comunicación. Las mayorías de acciones y resultados que las universidades realizan en torno a su RS, no se comunican. Es importante poner al alcance de las personas estas actividades y que las mismas universidades tengan la capacidad de monitorearlas. “El problema es que muchas veces esas actividades que se realizan no se publican, no se sistematizan y nadie las conoce. En ese sentido, considero que hay mucha más innovación y calidad en la universidad peruana de lo que parece y de lo que se sabe. Lo que debemos aprender nosotros es a publicar y sistematizar esas buenas experiencias”, señala François Vallaeys de URSULA, asociación que trabaja constantemente en que estas prácticas se difundan.
Por otra parte, según Sergio Cuentas, un procedimiento que no ayuda a la implementación de la RSU es el Reglamento de Organización y Funciones (ROF)establecido por el Estado, un documento normativo – técnico de gestión institucional. “La primera (dificultad) es el de la propia burocracia del MINEDU que acaba de impulsar un ROF para la Universidad Pública que ignora las disposiciones de la propia Ley, ‘desapareciendo’ de la organización administrativa de la universidad a los órganos de RSU, lo cual se añade al principal obstáculo que tenía que enfrentar y que constituye actualmente su mayor barrera: ‘sacar’ a la docencia, al estudiantado y a la gestión universitaria de su zona de confort, principal flanco de resistencia al cambio y fuente de volatilidad de este”.
La tradición de la educación peruanano ha permitido que los alumnos y docentes se inmiscuyan en la vida cotidiana del habitante. La universidad, en muchas ocasiones, ha sido caracterizada como una institución de la que solo egresan profesionales para laborar en su especialidad. No ha existido muchas veces un intercambio de experiencias, incluso uno interdisciplinar entre las mismas Facultades de una casa superior de estudios. La RSU, desde una perspectiva íntegra, es una vía para lograr lo que en mucho tiempo no se ha tomado en cuenta en algunos espacios académicos. Sin embargo, hay que cambiar la forma de pensar, aquellas malas prácticas convencionalizadas. El director del CEPS UNI identifica esto.
“(Existe) la zona de confort de profesores y estudiantes acostumbrados a una forma ‘tradicional’ de academia y una visión de ‘compromiso social’ que oculta la ausencia de responsabilidad por los impactos de la formación profesional y la investigación sobre la sociedad y su entorno geográfico; partiendo para esto del entendimiento de la diferencia sustancial con la Proyección y extensión universitaria, marcada por el carácter transversal de la RSU, a los cuatro ejes de la vida universitaria”, precisa.
Una RSU que avanza en la región y es clave para los ODS
Vallaeys manifiesta que el concepto de RSU surgió en Latinoamérica por los años 2000. Con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la UNESCO y posteriormente la URSULA, su entendimiento ha ido calando positivamente en América Latina. En la actualidad, 180 universidades de 14 países latinoamericanos están afiliadas. Para el caso del Perú, el directivo subraya que es la primera vez que la RSU toma un carácter de estricto cumplimiento en la región.
“Hay más universidades que se interesan por cumplir con su obligación en el desarrollo de la RSU. Hay que resaltar algo: el Perú es el primer país latinoamericano que ha incorporado la RSU de manera obligatoria, puesto que tiene un apartado especial en la Ley Universitaria 30220 del 2014, normativa que obliga a la universidad a cumplir con la gestión de sus impactos hacia la sociedad y el medioambiente en todas sus actividades: académicas, investigativas, de participación social, etc.”, afirma.
La universidad tiene un rol central en la sociedad, no solo como formadora de futuros profesionales con adecuados conocimientos, sino también como forjadora deciudadanos del mundo con valores éticos para ser agentes de cambio. En esa línea, lograr la sostenibilidad del planeta depende también de cuan la universidad esté comprometida con generar bienestar a través de sus alumnos, desde que inician su vida universitaria hasta su finalización. Cultivar en ellos el sentido crítico y compromiso es crucial.
“La RS de una organización como es la universidad tiene una estrecha relación con los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el sentido de que sus Facultades y escuelas profesionales de por sí investigan y forman en ámbitos como la salud, educación, medioambiente, ciudad, etc.; es decir, todos los ODS están presentes finalmente bajo la forma de Facultades, cursos, maestrías, etc., en los impactos que tiene la universidad al formar”, expresa el representante de la URSULA.
Como bien dijo el político y filántropo sudafricano Nelson Mandela, “la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”. Entonces, si se quiere hacer del Perú un lugar mejor, es imperante que la comunidad universitaria tome acción y sea parte de las soluciones para, por ejemplo, combatir la pobreza, la desnutrición, la corrupción, el analfabetismo, entre otros problemas que aquejan el país y donde la universidad tiene un enorme potencial.
La clave está en lograr que la RSU sea interiorizada en la universidad. Una visión holística en la que el alumnado no sea el único actor, aunque quizá sí el principal, para quetodos los integrantes de una institución impulsen una virtuosa reforma educativa. La vicepresidenta de Sostenibilidad Corporativa de la USIL refuerza esta idea: “considero de suma importancia integrar la RSU desde la gestión institucional. Con una visión clara del impacto transformacional se puede y quiere generar cambios en la sociedad a través de la educación de los jóvenes, así como las políticas, directivas, áreas y acciones institucionales sistemáticas para lograr un mismo objetivo”.
Finalmente, François Vallaeys reflexiona sobre el rol de la universidad con la sociedad: “esta pertinencia (social) le da al estudiante más entusiasmo y más sentido a su formación. En lugar de un alumno pasivo que solo cumple para obtener una nota y un título, tenemos uno proactivo. Un ciudadano que trabaja en comunidad y que va formándose como profesional en comunidad. Esto es fundamental para el futuro del Perú, que la universidad sea base de desarrollo y no solo una entregadora de título profesionales”, concluye.