Alexandra Ames Brachowicz
Experta en gestión y monitoreo de proyectos, programas y políticas públicas orientadas a la inclusión social y desarrollo humano
Muchas empresas todavía tienen a la responsabilidad social, dentro de un área de comunicaciones. Incluso hay empresas con buena reputación que ni siquiera cuentan con un área de responsabilidad social. Y si la tienen como gerencia, ésta aún no logra ser comprendida por las demás áreas.
Lo que las empresas deben comprender es que la Responsabilidad Social no debe ser vista como un área funcional dentro de un organigrama. La Responsabilidad Social, o mejor dicho, la sostenibilidad debe estar inmersa en el centro de la estrategia del negocio e impartir una mirada trasversal en toda la organización.
Personalmente, me he topado con empresas que suelen invertir más en sus reportes de sostenibilidad y otras estrategias de comunicación que en los mismos proyectos sociales o ambientales sobre los cuales se busca comunicar.
Para que los próximos 15 años sean realmente impactantes para el país, aquí les dejo unas pequeñas recomendaciones a mis amigos lectores:
- Ir más allá de la norma: No nos limitemos con cumplir las reglas de juego. Pensemos cómo podemos ir más allá y hacer mucho más de lo que las leyes nos piden que cumplamos. Seamos innovadores y tratemos de convertirnos en el ejemplo a seguir por las demás empresas. Cumpliendo con lo que todos cumplen, nunca seremos admirados.
- Ser coherentes: siguiendo con la importancia de cumplir con la norma, no se trata sólo de cumplir la ley sino con entender sus fines. Los supermercados, por ejemplo, que ahora no pueden entregar bolsas de plástico de manera gratuita, deberían reducir el uso de plástico para la envoltura innecesaria de productos. Hay que buscar la coherencia en todo lo que hacemos. Recuerdo haber ido a un evento corporativo en donde se hablaba de la importancia de contar con políticas laborales de inclusión de género y todos los panelistas, eran hombres.
- Convertirse en una empresa activista: En otros países es conocido el concepto de “CEO activista” para definir a aquellos corporativos que se toman en serio ciertas batallas sociales o ambientales como la reducción del uso del plástico, la equidad de género, la crítica al acceso de armas de fuego, mostrarse a favor de la migración, etc. En el Perú, este año, vimos como diversas empresas se atrevieron a celebrar el mes del orgullo gay y si bien, este es un gran paso, me quedo con la sensación de que no todas están apostando por seguir esa causa de verdad y más bien se subieron a la “moda del arcoíris” por mera estrategia de marketing.
La responsabilidad social no puede seguir siendo una estrategia de marketing. Es al revés: el marketing está al servicio de una adecuada estrategia de responsabilidad social. Los reto a pensar diferente para el año que viene y a enfocarse en impactar de verdad. El país necesita de empresarios responsables 360º y tenemos todo para hacerlo. Sigamos con más fuerza en estos quince años que se vienen.