Por Stakeholders

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Uno de los objetivos organizacionales se refiere a la capacidad de compartir valores que deben caracterizar a una organización para que su personal los interiorice y practique en su vida diaria. Esto ayuda a superar retos y dificultades que puedan presentarse en el trabajo y facilita la gestión de personas. Cada organización determina qué valores son los que quiere promover.

Existe una corriente de empresas en el Perú que promueven o destacan estos valores institucionales como factor de competitividad. Las empresas no solo están buscando promover el talento humano o generar buenos climas organizacionales, sino también están impulsando el tema de los valores institucionales que puedan ayudar a su gestión empresarial y que se refleje en buenos resultados.

Es importante preguntarse si cuando se vende una empresa existe la garantía de mantener la práctica de valores que los identifican y que hacen de su gestión un sello particular. Obviamente la respuesta es no, podemos ver ejemplos de empresas que se caracterizaron por practicar valores que eran apreciados por sus clientes que al ser vendidos a grupos económicos más poderosos hoy, pese a que se esfuerzan porque el personal continúe practicando estos valores, no llegan con naturalidad a los clientes. Vemos por ejemplo como en una empresa de retail, que antes era el líder en su sector, hoy ya no se perciben los valores que le daban ese toque de familiaridad con el cliente el cual tampoco llega a un alto grado de identificación con esta empresa.

Por otro lado, el consumidor peruano ha madurado y percibe estos detalles, ya que ahora no solamente compra un producto sino exige calidad, servicio y el post servicio. Aquellas empresas que no pueden identificar aquellos valores claves que puedan servir de nexos con sus clientes tendrán dificultades de desarrollo.

La competitividad está basada en los valores que pueden influir mucho en la reputación de una entidad. Una empresa que basa en valores su organización, orienta su visión estratégica con mucha facilidad, tiende a aumentar el compromiso social, puede legitimar cambios organizacionales y así los proyectos de direcciones estratégicas se dan de una manera mucho más rápida.

La importancia que les dan ahora las empresas al tema de los valores es influenciado por la globalización. En otros mercados, la promoción de valores en las empresas ya lleva mucho tiempo; y ese debe ser el gran reto de los próximos gobiernos, que se promuevan valores en todos los ámbitos de la sociedad pero sobre todo en la educación. Sin embargo, el inicio debe ser la práctica de valores en las empresas. No podremos crecer y pretender convertirnos en una sociedad desarrollada si siguen existiendo empresas cómo el caso del sector de restaurantes dónde cerca de un 60% evade impuestos.

Una empresa con mala reputación es producto de no tener buenas prácticas ya sean de gestión, de promoción del talento humano, de responsabilidad social etc y hay empresas que no entienden que una de las formas de tener competitividad y reducir costos laborales es incrementando la productividad y esto se logra también promoviendo valores dentro de la organización, logrando que la gente se identifique con su trabajo y empiece a producir más.

En las empresas del Estado, la gran tarea para los próximos años será una reforma de la administración pública en todos sus estamentos. No se puede seguir manteniendo funcionarios ineficientes y en algunos casos participando en actos de corrupción. No puede seguir siendo el Estado empleador del clientelismo electoral. Son prácticas que deben ser desterradas definitivamente.

Finalmente, si bien es cierto que en la formación de valores hay una responsabilidad compartida de la familia, el entorno, el colegio, la universidad y la empresa. Es importante saber el gran impacto que causa una empresa cuando práctica valores y cómo puede influenciar en sus trabajadores para que asuman estos valores como propios y lo practiquen en su vida diaria y esa capacidad de las empresas puede ser un activo valioso que podría ayudar a que nuestra sociedad empiece a cambiar. Es hora de hacerlo.

Por: Juan Rojas
Gerente de Consultoría en Recursos Humanos de Perfil







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