Por Stakeholders

Lectura de:

Por: Gabriela Arrieta

Directora de Evaluación y Certificación en Educación Básica y Técnico-Productiva del Sineace


El SINEACE o Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa, en la ley N° 28740 del 19 de mayo del 2006, que le dio origen, tenía dos mandatos: acreditar instituciones formativas y certificar personas. Estos procesos estaban dirigidos a mejorar la calidad del servicio educativo en dos momentos: durante el proceso formativo en instituciones que reúnan requisitos de calidad, por encima del mínimo y a la salida del proceso, certificando las competencias de las personas en el mundo del trabajo.

Desde un inicio el enfoque de la certificación de competencias fue de Inclusión social.

La realidad del Perú nos demuestra que las brechas más profundas están en el reconocimiento equitativo de las personas y en la educación. El sector más vulnerable del país se encuentra en el área rural y en el urbano-marginal. Precisamente, ha sido en el área rural donde nos hemos focalizado para certificar a los productores agropecuarios.

Nuestras primeras experiencias fueron con los Extensionistas rurales de ganadería de bovinos, los kamayoqs del Cusco, Apurímac y Puno especializados por la capacitación recibida de diversas instituciones públicas y privadas hicieron su evaluación y obtuvieron sus certificados en Manejo de Pastos, Alimentación del Ganado, Transformación de Lácteos y especialmente en Sanidad ganadero y Manejo reproductivo. Las evaluaciones se realizan comparando el desempeño de las personas en una situación real de trabajo con un estándar que ha sido construido participativamente en Mesa con Expertos.

El resultado no pudo ser más alentador. Las personas certificadas exigían más capacitación para tener otros certificados, apostaban por seguir formándose, recibían mejores ingresos. Adicionalmente, en el área rural, la certificación adquiría el estatus de título a Nombre de la Nación para las personas que lo lograban y eran valorados como expertos en sus comunidades.

A los Extensionistas en ganadería de bovinos le siguieron los productores de plantones de café, aquellos que tienen en sus manos la responsabilidad de los viveros, los que seleccionan semillas y tienen que brindar los cuidados y atención especializada a las plantas del café.

Pudimos certificar viveristas en Junín, Cajamarca, San Martín, Puno. A los Estándares del productor de plantones de café, le siguieren otras Normas de Competencia o Estándares vinculados al cultivo del cacao, del banano orgánico, de la producción de cuyes, de los alpaqueros, etc. [i]

En estos años hemos certificado de acuerdo a lo que nos exige nuestra ley, a través de las Entidades Certificadoras autorizadas en casi todo el país, privilegiando el sector rural y trabajando en paralelo con el MINEDU para que las certificaciones sean convalidadas.

El nivel de Educación de las personas certificadas, es Primaria completa y Secundaria incompleta. Ellos son operadores que se han desempeñado en una ocupación. Tienen mucha experiencia, pero carecen de documentos que acrediten sus saberes.

La oportunidad que les brinda el SINEACE es que, a través de la evaluación individual, con evaluadores expertos certificados, que hablan su lengua original, que pertenecen a su región y conocen su cultura y tradiciones, puedan demostrar, lo que saben hacer.

Los estudios cualitativos que ha realizado el SINEACE han mostrado que las personas certificadas han logrado un incremento entre el 80 y 100% de sus ingresos, han logrado el reconocimiento y valoración de sus comunidades y apuestan por la educación de sus hijos.

Otro resultado interesante ha sido articulación realizada con otros sectores como Salud, Educación, Agricultura, Justicia, Cultura, MIDIS desarrollándose procesos de evaluación a las internas del Penal Virgen del Pilar, a los Yachachiq de las zonas alto andinas, a los servidores públicos que prestan servicios en las dependencias del estado de poblaciones de habla quechua y aymara, a los promotores de salud, a los gestores de riesgos.

En cifras: Se han entregado 7346 certificaciones y ¡nos queda mucho por hacer!!







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