Por Stakeholders

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En estos días de incertidumbre provocada por la crisis, muchas veces nos preguntan a los que trabajamos en el ámbito de la RSC por el futuro de éste modelo de gestión…

  
En estos días de incertidumbre provocada por la crisis, muchas veces nos preguntan a los que trabajamos en el ámbito de la RSC por el futuro de éste modelo de gestión en las compañías. Casi todos los ‘practicantes’ compartimos que el futuro de la RSC en las Cajas de Ahorro, y en el mundo empresarial en general, vendrá determinado por el lugar que ocupe en la estrategia de las compañías.
 
Si es algo perimetral, ajeno al núcleo del negocio, sin duda en estos tiempos de crisis terminará desapareciendo ante el recorte de partidas presupuestarias. Sin embargo, este hipotético escenario me parecería un grave error, ya que a mi entender, la RSC aplicada a la estrategia en todos los niveles y ámbitos de actuación de las Cajas de Ahorros (gobierno corporativo, desempeño social, económico, ambiental, laboral y Obra Social) es una expresión actualizada y moderna de nuestros fines fundacionales de servicio a la comunidad, promoción del ahorro y del desarrollo económico y social de los territorios donde operamos.
 
    En este difícil periodo que atraviesa la economía española, el modelo institucional y financiero único de las Cajas de Ahorros, pese a su clara vocación social, no ha sido percibido en general como un refugio seguro y diferenciado del resto del sector financiero al que acudir en tiempos de turbulencias, como sí que ha ocurrido en otros países con fuerte presencia de las Cajas como es el caso de las Sparkassen en Alemania, cuya aportación en términos de obra social, por cierto, es muy inferior a los más de 2.058 millones de euros invertidos por las Cajas españolas en 2008, que nos sitúan a la cabeza de la inversión social privada en todo el mundo. 
 
    Hemos de preguntarnos las razones por las que, contando con un modelo diferencial con una oportunidad de liderazgo imponente ante demandas de mayor responsabilidad social en el sector financiero, éste no se ha ejercido, en términos generales, con total claridad.
 
    Desde Caja Navarra, nuestra respuesta a esta posible pregunta, y nuestra apuesta de diferenciación, se llama Banca Cívica. Banca Cívica es sinónimo de RSC como núcleo del negocio, orientada a todos los grupos de interés y especialmente al cliente.

 
De este modo, cuando todavía no habían surgido con fuerza las demandas de mayor transparencia en el sector financiero, Caja Navarra desarrollaba su estrategia basada en valores de RSC (transparencia y participación ciudadana) desde el año 2004, cuando se tomó la iniciativa de promover que fueran los clientes quienes decidieran el destino de la Obra Social. Esta renuncia a decidir por parte de los órganos de gobierno sobre un gran presupuesto (más de 50 millones de euros distribuidos en 2008, por ejemplo), es el auténtico germen de la redefinición del modelo de negocio, que nos ha permitido crecer eficientemente mejorando nuestra posición competitiva en el sector y en base a la creación de comunidades sociales activas, solidarias y participativas.

 
Tras tomar una decisión tan radical en términos de interacción con nuestros clientes, Caja Navarra ha ido definiendo su propio itinerario en RSC en base a una estrategia de diferenciación e innovación social claramente definida. Hasta hace poco, parecía imposible compartir con los clientes la información más sensible de las entidades: cuánto gana la Caja con cada uno de ellos, cuál es su aportación exacta a los proyectos sociales que han decido apoyar, o dejarles que sean ellos los que decidan qué se debe financiar con el dinero que tienen en CAN. Sin embargo, estas decisiones han sido pasos naturales que se han tomado para implantar relaciones de equidad con ellos, y que en último término, han supuesto una identificación por valores y una mayor vinculación de nuestros clientes, que se ha traducido, tal como se pretendía, en un incremento del negocio y del beneficio empresarial.

 
Al mismo tiempo, y en paralelo, la RSC entendida como parte esencial de la estrategia, nos ha permitido trabajar y mejorar en todos los campos de gestión de la entidad, anticipándonos, por ejemplo, a las peticiones de profesionalización máxima de los órganos de gobierno.

 
Con el ejemplo de CAN, pretendo mostrar cómo la RSC implantada en la estrategia de las Cajas (cada una según su propio itinerario y acciones guía), si nace desde los órganos de gobierno y ‘empapa’ a toda la organización, no sólo tiene futuro, sino que es el futuro en una sociedad que cada vez demanda más transparencia y cauces de participación a las instituciones financieras, y es una expresión actualizada de un modelo de negocio diferencial que hemos de conservar por ser tan necesario en estos momentos como lo fue en sus orígenes.

 

Fuente:
Contenido:Diario Responsable.
Imagen:Diario Responsable.







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